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El Festivalito hace justicia con la memoria de Roberto Rodríguez

La Estrella Polar homenaje, la máxima distinción del Festivalito La Palma, llevará a partir de ahora el nombre del cineasta palmero

“La Estrella Polar Homenaje, la máxima distinción del Festivalito La Palma, llevará a partir de este año el nombre de Roberto Rodríguez”, así lo anunció anoche el director del certamen, José Víctor Fuentes, durante el acto de homenaje que el certamen rindió al cineasta palmero en colaboración con Digital 104.

Un gesto que arrancó el aplauso del público asistente a la proyección de cuatro piezas del documental Las postales de Roberto’, actualmente en fase de producción bajo la dirección de Dailo Barco.

Un acto de homenaje a título póstumo al que acudió el consejero de Cultura del Cabildo Insular de La Palma, Primitivo Jerónimo, y del que también fue testigo inanimado la cámara con la que el cineasta rodó muchas de sus películas y que, desde la tarima, al pie de la pantalla recordaba a todos la especial contribución que Roberto brindó no sólo al cine, sino a la cultura y a la historia, inmortalizando en sus filmaciones la riqueza natural, paisajística y etnográfica de la isla que le vio nacer en 1932 en el seno de una familia humilde.

Durante su intervención, José Víctor Fuentes señaló que se trata de un homenaje previsto desde hace tiempo a uno de los cineastas “más interesantes” que ha tenido la historia de La Palma y que, finalmente, ha sido imposible realizar en vida “porque desafortunadamente Roberto ha pasado a formar parte de las estrellas del Universo”, emplazando al público a asistir a la ceremonia de clausura donde se hará entrega del galardón.

Por su parte, Primitivo Jerónimo recordó los inicios del certamen y como La Palma, a través del Festivalito, ha sido una isla “precursora” en llevar la cultura y el cine a la calle. Un hecho que, lejos de ser aislado, se suma a otras singularidades históricas como las de convertirse en la primera en Canarias y la cuarta en el mundo en incorporar la electricidad a la vida cotidiana tras Londres, Barcelona o Nueva York o el primer sitio del Archipiélago en el que se proyectó el cine.

Valoró el carácter cercano, comprometido y generoso del cineasta que decidió donar su patrimonio cultural, valorado en más de 2 millones de euros, al pueblo palmero sin pedir nunca nada a cambio, encomendando al Cabildo Insular su custodia y entregando a su isla natal un legado que permanecerá como herencia eterna de todos y cada uno de los hijos de esta tierra. Y culminó su intervención convencido de que allá donde se encuentre se sentirá orgulloso de que su voluntad se vea hecha realidad en actos sencillos que como los que le brinda el Festivalito La Palma, contribuyen a que su figura esté siempre presente.
Una extensa obra que se complementa con miles de fotografías, películas filmadas y montadas de forma artesanal en 16mm y Super 8, una fonoteca y pinacoteca no menos extensas y una biblioteca de literatura neerlandesa.

Dailo Barco, autor del documental sobre Roberto Rodríguez.

Dailo Barco, autor del documental sobre Roberto Rodríguez.

El director del documental, Dailo Barco, recordó también con cierta nostalgia algunas de las anécdotas que tuvo la oportunidad de vivir junto a Roberto “a quien sin duda le hubiera gustado recoger este premio en persona en el Festivalito, del que siempre hablaba porque el cine digital, amateur y de guerrilla que invita a la gente a rodar y a formar parte de un proyecto en común, tal y como se vive en este certamen, va en plena sintonía con las experiencias que el cineasta palmero experimentó en la década de los 70”.

Agregó que Roberto Rodríguez representa para las jóvenes generaciones de canarios “un referente, capaz de traer hasta el presente muestras del pasado que sin su cámara y su pulsión creativa, esa curiosidad que le llevaba a inmortalizarlas, jamás habrían llegado a nuestros tiempos”.

Destacó la importancia de “hacer justicia” con este homenaje a su importante contribución y al legado que nos deja, “porque tenemos muy mala memoria histórica y tendemos a olvidar a personas que, como Roberto, capturó bajo su particular mirada no sólo la realidad de su isla y de Canarias en más de 40 películas sino de diferentes destinos del mundo a los que tuvo la oportunidad de viajar”.

Con motivo del homenaje, tras el que tuvo lugar un coloquio, se proyectó Anatomía pétrea (1975), en la que el cineasta palmero conecta las coladas volcánicas como si fueran una extensión del cuerpo humano, creando una especie de metáfora entre el nacimiento del ser humano y la explosión del Teneguía con grandes dosis de creatividad. Tanausú (1977) una versión amateur sin medios pero hábilmente estructurada a través de la voz en off y planos subjetivos que inserta al espectador en la historia ancestral y mítica de Canarias y, en particular de La Palma con el paisaje de la Caldera de Taburiente como gran protagonista.

La Caldera de Taburiente (1974) desde una perspectiva más lúdica, como espacio para el disfrute de los palmeros con datos geológicos y geográficos de este espacio que Roberto Rodríguez introdujo en la filmación o Los calabaceros (1979), rodada en Argual y en la que el cineasta plantea otra manera de ver el paisaje y las personas que lo trabajan con dureza pero con grandes dosis de emoción fueron las cuatro piezas del documental ‘Las postales de Roberto’ que el público tuvo la oportunidad de visionar.

El Festivalito de La Palma está patrocinado por el Cabildo de La Palma, con la colaboración del Gobierno de Canarias, a través de Canarias Cultura en Red, El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane . También colaboran La Palma Film Commission, Digital 104 Film Distribution, el Hotel Valle Aridane y Feligar Agencia de Aduanas.

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