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Fuencaliente

Carlos Soler desmonta la críticas de Carracedo al descubrimiento de la Fuente Santa

  • El ingeniero director de la obra cuestiona los planteamientos del geólogo

El ingeniero y director de la obra de recuperación de la Fuente Santa, Carlos Soler Liceras, publicó este domingo un artículo en el periódico Diario de Avisos, donde desmonta los planteamientos críticos de Juan Carlos Carracedo que publicó en su último libro y que nosotros editamos recientemente en elapuron. Dado el interés de este artículo lo reproducimos íntegramente:

En el último libro de Juan Carlos Carracedo, éste expresa su opinión sobre la Fuente Santa y la hace extensiva a la obra que hace cuatro años perforó el Gobierno de Canarias y que desde hace dos pertenece al Cabildo Insular. En esencia, lo que dice puede resumirse en cuatro frases.

Pero antes de exponerlas empecemos por el principio, cuando allá por la Navidad de 1995 el alcalde de Fuencaliente, Pedro Nolasco Pérez, encargó a la Consejería que buscara la Fuente Santa. En esa reunión se sugirió que nos asesoráramos con Carracedo para el tema de la geología. Poco tiempo después y ante las primeras discrepancias sobre el modo de trabajar corté el tema de raíz y un día, recuerdo perfectamente la conversación, le dije:

"He pensado Juan Carlos que tal y como vamos, si no encontramos la fuente vas a decir que la culpa es mía y si la encontramos, dirás que el mérito es tuyo. Por tanto…, creo que lo mejor es que la busquemos por separado".

A partir de entonces se convirtió en el asesor del geólogo de los suizos que llevaban ya tiempo buscando la fuente. Poco después esta empresa presentaba un plano que actualmente se conserva en el Ayuntamiento de Fuencaliente, donde se marcaba el emplazamiento de la Fuente Santa en lo alto del acantilado y enfrente de Puerto Viejo. Este plano y esa indicación, explican la obcecación que tenían los suizos en buscar la fuente en lo alto del acantilado y hacia el sur, lo que les hizo desperdiciar dos sondeos y a nosotros nos sirvió para saber que la fuente estaba en dirección contraria.

Una vez expuestos los antecedentes, en algunos casos necesarios para comprender las razones por las que se hacen las cosas, veamos cuales son las cuatro frases y en qué se equivocan.

La primera es que de forma reiterada Carracedo insiste en que las virtudes de la Fuente Santa se exageraron, sobre todo en cuanto a la lepra y a la sífilis. Estoy totalmente en desacuerdo, las virtudes del agua termal en aquella época y con la medicina que existía no eran exageradas, el tráfico de barcos en el puerto, la fama que tenía en Europa y América, el hecho de que se tenga constancia histórica de que fue visitada y usada por Don Pedro de Mendoza y Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Primer y Segundo Adelantado de los Mares del Sur, por literatos e historiadores como Gaspar Frutuoso y Abreu Galindo, le otorgó la fama que le correspondía: el mejor Balneario del Atlántico. Por si fuera poco, sólo el hecho de que su nombre, Fuente Caliente, cambiara por Fuente Santa de alguna manera testifica esas milagrosas curaciones que le dieron la fama. Evidentemente no curaba las enfermedades bacterianas, como la sífilis y la lepra, hubo que esperar a la penicilina para curarlas definitivamente, pero ahora sabemos que el efecto vasodilatador del agua de la fuente -debido al CO2- unido al poder cicatrizante por el ClNa, hacía que curasen las pústulas y volvieran los movimientos en los miembros que estas dos terribles enfermedades iban dejando progresivamente anquilosados. Con ello el enfermo mejoraba en calidad de vida, incluso se la alargaría y eso, en aquella época de tan corta esperanza de vida, era lograr que muriera de otra cosa. Esta mejora de vida está demostrada puesto que Pedro de Mendoza, enfermo de sífilis, había estado un año entero sometido al tratamiento de Juan Bautista Monardes, aquel médico que fue famoso en toda Europa, por sus tratamientos a base de guayaco, pero que fracasó con el Adelantado. Sin embargo, un mes de tratamiento en la Fuente Santa le dio fuerzas para conquistar Uruguay, Paraguay y Argentina, fundar la ciudad de Buenos Aires e intentar volver a los tres años para continuar el tratamiento. Estoy seguro de que a Don Pedro de Mendoza, que dejó, fama, riqueza y conquista para volver a la Fuente Santa, no le pareció nunca exagerada la fama de la fuente. Como tampoco le debía parecer a los colonos americanos que cien años más tarde encargaban barriles de la fuente a todo barco que pasase por la isla. Ni tampoco a los enfermos que venían a La Palma logrando que la isla tuviera la mayor renta per cápita de Canarias. Aquí valdría la pena extenderse pero sería abandonar el tema principal. Volvamos, pues, al libro de Carracedo.

También insiste y ésta es la segunda frase, en que las aguas calientes muy mineralizadas abundan en la parte sur de la isla y que incluso otra galería parecida encontraría la misma agua, por eso no hay captaciones en esta parte de la isla. También se equivoca, galerías en el fondo de pozos están las de El Delirio y Rosas del Viento en Fuencaliente, galerías aunque con escasos caudales están las de Bergoyo en Mazo, La Hondura y Los Mosquitos en Breña Alta, y ya con mayores caudales en Los Llanos, al sur, Peña Horeb y El Remo, pozo galería y galería en trancada respectivamente. Pero también hay pozos como el de La Zamora en Fuencaliente y más arriba el de Amargavinos. La verdad es que para no haber como dice Carracedo, están saliendo bastantes y sobre todo variados. En todos los casos, el agua que se encuentra en pozos y galerías tenía y tiene entre 1 y 3 gramos de sal por litro, aguas salinas, mineralizadas como dice Carracedo, pero muy poco comparado con los 30 gramos por litro de la Fuente Santa. Todas las aguas afloradas son frías, como cualquier otra agua subterránea, a diferencia de los más de 40 ºC del agua de la Fuente Santa. También se da el caso de que existe CO2 en el ambiente, pero muy poco o nada disuelto en el agua, muy distinto porcentaje frente a los 400 mg/l disueltos en el agua de la Fuente Santa. ¿Dónde están entonces esas aguas calientes por toda la serie Cumbre Vieja?, ¿cómo es que sólo el agua de la galería de la Fuente Santa la ha encontrado si tan abundantes resultan para Carracedo? Y si tan abundantes son: ¿cómo es que los sondeos de los suizos dieron aguas cada vez más frías?

La tercera frase de Carracedo hace mención a la construcción de la galería diciendo que ha sido una obra de más de 200 metros, que se trabajó durante seis años, que fue una costosa obra, financiada con dinero público, que se aumentó por sucesivas ampliaciones de crédito y que se perforó en la Serie Cumbre Vieja. En todo este párrafo resulta asombroso que solo acierte en una. Como hemos visto es usual que no lo haga en cosas que no son lo suyo, pero aquí también se equivoca en su terreno y nunca mejor dicho, porque eso es precisamente lo que debería ser su especialidad. Primero vayamos a la ingeniería. La galería no tiene más de 200 metros, exactamente 196 m; en puridad esto puede ser una exageración perdonable. La perforación duró exactamente mil días, eso hace poco más de dos años y medio; aquí la exageración se ha ido a más del doble. Dice que fue costosa, exactamente el presupuesto era de medio millón de euros (80 millones de pesetas), lo que da 2.000 euros el metro de galería una vez descontadas las excavaciones de charcas. Este precio puede parecerle caro a Carracedo si lo compara con las galerías usuales en La Palma, pero se le olvidó tener en cuenta el tamaño de la galería. En el caso de la Fuente Santa y como debía ser visitable, se hizo con un alto y un ancho doble del de una galería usual. Pero el coste de la obra puede resultar económico si tenemos en cuenta que hubo que archetarla, revestirla e inyectarla para poder avanzar. Y podríamos decir incluso que fue enormemente barata puesto que ha encontrado aguas termales únicas en España y las mejores de Europa. La exageración de Carracedo a cerca del precio revela su desconocimiento de las galerías, el trabajo que supone, las secciones que presentan, los refuerzos que hay que poner para sostenerlas y en este caso también del fin que consiguen. Luego dice que fue financiada con dinero público, al fin un acierto pero que lo empaña cuando deja entrever sus razones. La galería de la Fuente Santa fue financiada con dinero público, igual que el intento de 1737 dirigido por Juan de Paz, como el de 1837 de Francisco Hernández García, e incluso también el de 1905 que dirigió Luciano Hernández Armas. Todos ellos fracasaron pero, al igual que nosotros, vimos claramente que la ventaja de que la Fuente Santa se encontrara con dinero público era que el agua sería de Fuencaliente y por extensión de La Palma, como así lo es desde hace un año; el inconveniente de que se encuentre con dinero privado es que termine siendo de tan solo unos pocos, aquellos que pongan el dinero. Aunque aquí subyace lo que decía al principio del párrafo, lo que se deja entrever, como dice un internauta: Carracedo se te ve el plumero; enlazando con los antecedentes de esta historia, lo que parece molestarle es que no hayan sido los suizos, asesorados por él, los que encontraran la fuente. ¿Se imaginan ustedes que la Fuente Santa fuera de los suizos en un 68 % como así pretendían? Aquí también nos podríamos extender pero, por falta de espacio, tengo que seguir porque la siguiente es una de las mejores, dice que el coste de la obra fue aumentando a medida que se perforaba. Aquí la equivocación denota el desconocimiento del proceso administrativo, para que una obra pública aumente de presupuesto es necesario hacer un proyecto modificado y si se hace en sucesivas ampliaciones como dice, hay que hacer sucesivos proyectos modificados. Pues bien, para orgullo de todo el equipo técnico de la Consejería tengo el placer de comunicar que esta obra no tuvo ningún modificado, sé que a algunos le costará trabajo creerlo, pero es rigurosamente cierto y comprobable que esta obra se realizó en dos fases, cada uno con una empresa distinta y se gastó entre las dos exactamente el presupuesto que se definió en el proyecto inicial. Aquí la equivocación roza la maledicencia.

Y ahora vayamos al terreno de Carracedo, al volcánico. Dice que la galería está perforada más de 200 metros en la serie Cumbre Vieja y que por eso ha encontrado agua caliente. En verdad, la galería no ha perforado ni un solo metro en la serie Cumbre Vieja, se ha quedado al pie del acantilado de la serie Cumbre Vieja pero sin entrar. Los 200 metros están excavados en el terreno que aportó la erupción del San Antonio. Y en este sutil detalle radica lo verdaderamente asombroso de esta historia. Y resulta sorprendente por lo que se deduce, si se ha equivocado con la geología de la galería, solo caben dos alternativas, eso sí a cual peor: Carracedo no ha entrado en la galería, luego toda su crítica es inventada y por tanto habla por boca de ganso o Carracedo ha entrado y con su ojo experto no se ha dado cuenta del terreno en el que está perforada la galería.

¿Con qué alternativa nos quedamos? Personalmente prefiero pensar que la segunda. Menos mal que quienes intervinieron en la búsqueda de la fuente fueron sucesivamente Luis Hernández, Juan Coello, Telesforo Bravo y José Manuel Navarro, bendito cambio.

Pero lo mejor está por llegar, el final resulta apoteósico, dice que: "la Fuente Santa es irrecuperable por definición" y en un párrafo colocado a pie de foto comenta que la erupción de 1677 y luego la del Teneguía han debido cambiar el flujo del agua de la Fuente Santa. Aquellos que hayan leído mi libro de la Historia de la Fuente Santa, reconocerán en estas dos frases a Juan Pinto de Guisla, aquel Visitador Eclesiástico, Primer Oficial de la Santa Inquisición, que con dos frases similares, logró que ni la Iglesia ni el Estado intervinieran en socorrer a los enfermos desamparados con la desaparición de la Fuente Santa. Curiosamente y a diferencia de nuestro caso, este sacerdote fue uno de los más ilustres hombres que ha tenido La Palma, pero en este tema erró, dejando la duda durante dos siglos acerca de si seguiría o no manando la fuente una vez sepultada por la disipación del poder calórico de los volcanes. A lo largo de la historia de la fuente ha habido muchos "Juan Pinto de Guisla", tres siglos han dado para mucho, pero lo lamentable es que ahora, una vez encontrada la fuente, todavía continúan apareciendo. Hace poco eran aquellos que iban diciendo que la Fuente Santa era radiactiva. Ahora son los que dan crédito al que dice que el agua aflorada no es la de la Fuente Santa. Y lo dicen aunque sea la única caliente de toda la zona, que mana al pie de un acantilado, tan cerca del mar que en pleamar la mar la cubre, aun habiéndola encontrado asociada a un dique que la canaliza hacia la costa -el elevado risco de color plomizo-, aun situándose bajo una enorme cruz de piedra que señalaba el emplazamiento, aun brotando en un terreno de blanda naturaleza, todo ello como decía la tradición, y además, según los análisis, con características balnearias que la convierten en la mejor de Europa.

Para acabar quiero decir que el trabajo de sondistas, geólogos, encargados, ingenieros, laboratorios, especialistas y peones de toda la isla que contribuyeron con su esfuerzo, en condiciones penosas de perforar bajo tierra, con gases de CO2, calor hasta 50ºC y derrumbes, no son dignos de un desprecio como el que has hecho tú con el comentario en tu libro. Ni tampoco la isla se lo merece y mucho menos la Fuente Santa.

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