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Fiestas Lustrales

Dios Salve a la otra Reina

  • Reviven a la mítica banda londinense en un espectáculo digno de la Reina

Pablo Padín, el solista de Dios salve a la Reina en el Recinto Central de las Fiestas Lustrales.

Queen sonó en La Palma. Y lo hizo como la mítica banda londinense, con un cantante, Pablo Padín, que guarda un increíble parecido con Freddie Mercury, al igual que el resto de componentes, que hicieron revivir al grupo que hizo discos tan inolvidables como A kind of magic. La voz, los gestos, la puesta en escena, todo recordaba a Queen, emocionando con la interpretación de sus grandes temas al público que llenó el recinto de la Bajada como hasta ahora no lo había hecho otro espectáculo musical, sin contar los tradicionales, de esta edición.

La media del público que asistió al concierto, que vivió la época dorada de Queen en la década de los setenta y ochenta del siglo pasado, pudo revivir la intensidad y la genialidad de este grupo que marcó una huella imborrable en el rock. También es probable que algunos de los más jóvenes que asistieron al concierto descubrieron que We are the champions no lo creó la FIFA para celebrar los mundiales de fútbol, sino un grupo musical que compuso canciones de tanta belleza y potencia como Bohemian Rhapsody, baladas de tanto poder como Who wants to leave forever o temas tan divertidos y transgresores como I want to break free.

Estudiados todos y cada uno de los gestos y movimientos de Freddie Mercury, Padín iba cambiando el atuendo tal y como hacía en sus actuaciones el cantante que, como siempre ocurre, la enfermedad del Sida se llevó a destiempo. Así se sentó al piano para interpretar Bohemian Rhapsody sin camisa o se puso la peluca de mujer cuando cantó I want to break free. Para terminar con el We are the champios con la capa blanca y la corona de Reina, la otra Reina después de Mercuri.

Una noche especial para los amantes de la revolución que supuso para la música rock la década de los setenta y ochenta del siglo XX, en un tributo que estuvo a la altura de la añorada banda, con la que La Palma mantiene una relación especial, porque el guitarra, Brian May, es un asiduo visitante del Observatorio del Roque de los Muchachos por su condición de astrónomo.

El recinto de la Bajada estaba lleno de público, probablemente tanto como en el concierto que más gente ha congregado en La Palma, que fue en la edición de la Bajada de 2005, Noches del Atlántico (Juanes, Amaral y David de María), aunque haya quien interesadamente se obstine en referirse a otros espectáculos musicales. El tributo a Queen, sin duda, ha entrado entre esos grandes momentos que quedan para siempre. Ahora, The show must go on, como diría Queen.

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