A los artistas cuyo talento ha servido de inspiración para esta historia (Teddy Bautista y Los Canarios, Frank Capra, Charles Chaplin, I. A. L. Diamond, Los Pekenikes, Robert Riskin, Mercedes Sosa, Manolo Vieira y Billy Wilder); a Pevalqui, por su lealtad de lector cómplice y novelero; y a Ágata Gallardo, que llenó mi vida de dulces guarapeñas durante once años, once meses y quince días
SEC.1/ BREVE REPORTAJE DEL NOTICIARIO NO-DO
Abre de negro
La pantalla muestra la clásica cabecera del noticiario NO-DO para dar paso, a continuación, a unas pocas informaciones breves, extraídas de dicho boletín, todas ellas ocurridas en marzo de 1969: la realización de pruebas de vuelo del Concorde, en Bristol, Inglaterra; el lanzamiento del Apollo IX al espacio; el nombramiento de Rafael Caldera como nuevo presidente de la República de Venezuela; el fallecimiento del ex general y presidente de los EEUU, David Dwight Eisenhower; la designación de Golda Meir como jefa de gobierno de Israel; la buena marcha de la Unión Deportiva Las Palmas en el Campeonato Nacional de Liga de Primera División y la inauguración de las nuevas instalaciones de la empresa Doramas S.A., líder en Canarias en el sector de la confitería.
VOZ EN OFF DEL LOCUTOR
(Sobre las imágenes de esta última noticia)
Y, para poner fin a este noticiario, qué mejor manera que hacerlo con un buen postre. Con los exquisitos pasteles y golosinas que salen cada día de las diestras y aplicadas manos de los maestros reposteros de la casa Doramas, sita en Las Palmas de Gran Canaria… Esta empresa, consolidada hoy como una de las industrias más pujantes y sobresalientes del Archipiélago canario, fue fundada en abril de 1925 por don Victor Sjöberg, un modesto cocinero de nacionalidad sueca que llegó a nuestras Islas Afortunadas a principios de la década de los años veinte, a bordo de un buque mercante alemán… Don Victor, que desde el primer momento se sintió cautivado por la belleza de esta noble tierra y por el carácter abierto y apacible de sus gentes, no tardó en retornar a las Islas, tras un breve periplo por América del Sur… Después de haber decidido echar el ancla en la capital de la Gran Canaria, donde contrajo matrimonio con una joven y simpática muchacha isleña, el emprendedor marino sueco abrió una pequeña pastelería en la calle de Triana, en pleno corazón de Las Palmas, que llevaba el mismo nombre que la actual empresa, hoy verdadero gigante del sector en las Islas y una de las industrias de confitería más prósperas de España… El origen de esta fábrica, en la que actualmente trabajan más de ochocientos empleados, hay que buscarlo en las deliciosas pastas y en los exquisitos hojaldres que, elaborados personalmente por don Victor Sjöberg en el horno de su local, pronto adquirieron enorme fama y notoriedad en toda la isla de Gran Canaria… Con el transcurrir del tiempo, lo que había empezado como una humilde pastelería de barrio creció hasta que en 1941 se constituyó la sociedad Doramas S.A. que, poco después y también con gran éxito, se lanzó a la producción industrial de pasteles y caramelos… Buena parte de culpa del posterior período de imparable ascenso, expansión y consolidación de este negocio familiar se debe a la creación de la hoy célebre chocolatina "Guarapeña": la galleta de harina de maíz y miel de palma, recubierta con una fina capa de irresistible cacao fundido, invención del propio don Victor, que ha venido siendo en los últimos veinte años el más feliz entretenimiento para el exigente paladar de miles de niños de todas las edades… Fieles al espíritu inquieto y aventurero de su fundador, hoy la firma Doramas S.A. no quiere quedarse atrás ni un solo paso y ha emprendido una renovación casi total de sus instalaciones. Como lo demuestran estas imágenes, en las que se recoge el acto de inauguración de la nueva planta de producción, construida sobre una superficie de más de cinco mil metros cuadrados, en el complejo industrial que esta empresa posee en la avenida de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria… A la puesta de largo de estas nuevas dependencias acudieron las primeras autoridades civiles y militares de la capital grancanaria y el obispo de la diócesis de Canarias, monseñor José Antonio Infantes Florido, procedió a bendecir las nuevas instalaciones de la fábrica… Ésta cuenta a partir de ahora con la maquinaria más avanzada y el mejor equipo humano para garantizar así las máximas cotas de calidad: sello y divisa de la familia Doramas desde sus inicios… De manera que nuestras papilas gustativas tienen ahora un motivo más que justificado para sentirse satisfechas…
La pantalla se cierra en iris sobre la última imagen de este reportaje: un niño de corta edad que saborea un dulce con sumo gozo.
SEC.2/ PISTA DE ATERRIZAJE DEL AEROPUERTO DE GANDO / EXT/DÍA
La pantalla se abre en iris y muestra a un avión de línea regular, de una compañía nórdica, que desciende y toma tierra en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Gando.
SEC.3/ TERMINAL DE LLEGADAS-AEROPUERTO / EXT/DÍA
En el exterior de las instalaciones aeroportuarias, frente a las puertas de acceso a la terminal de llegadas, se encuentra una larga fila de taxis. Junto a los primeros vehículos, de pie, dos taxistas conversan distendidamente. De espaldas a su coche, que es el primero de la fila, CARMELO (un hombre de unos cincuenta y tantos años, bajo de estatura y, en apariencia, nervioso y parlanchín) fuma un pitillo mientras charla con su compañero, por lo que no se da cuenta de que un tipo rubio, muy alto, de aspecto fornido (de unos cuarenta y cinco años), con indumentaria elegante de ejecutivo de alto nivel y semblante serio (que arrastra una pequeña maleta de viaje), se aproxima a su taxi, abre la puerta de atrás y se mete dentro, con equipaje incluido. Al cabo de unos segundos, al comprobar que el chófer continúa hablando con su colega, el ejecutivo saca la cabeza por la ventanilla del vehículo y se dirige a CARMELO.
EJECUTIVO
(Tratando de llamar la atención del conductor llega incluso a expresarse en español, aunque con un fuerte acento nórdico)
¡Hey!… ¡Hello!… ¡Hola!… ¡Señor!… ¡Excuse me!… ¡Por favor!
CARMELO se gira y, sorprendido, descubre que tiene un nuevo cliente metido dentro de su coche. Sin perder más tiempo, da una última calada al cigarrillo, lanza lejos la colilla, se despide del compañero taxista y, tras una veloz carrera de apenas tres metros, entra rápidamente en el vehículo.
SEC.4/ INTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / INT/DÍA
CARMELO cierra la puerta de su coche y se pone inmediatamente el cinturón de seguridad.
CARMELO
(Con una sonrisa)
¡Buenos días! Usted, perdone, señor… ¿Adónde quiere ir?
EJECUTIVO
(Que ha sacado del bolsillo de su chaqueta una tarjeta que trata de leer en castellano no sin ciertas dificultades)
Ehhh… Hotel… Hotel Santa… Catalina… Las… Palmas…
CARMELO
¡OK, señor! ¡Allá vamos!
CARMELO pone la primera y arranca.
SEC.5/ TERMINAL DE LLEGADAS-AEROPUERTO / EXT/DÍA
El taxi de CARMELO inicia la maniobra y, en unos instantes, sale de la parada y prosigue su marcha rumbo a la vía de salida a la autopista.
SEC.6/ INTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / INT/DÍA
Son los primeros instantes del trayecto y, como al inicio de cualquier carrera, el conductor del taxi trata de fijar el rumbo del vehículo, ya que luego la conducción se convierte en una suerte de rutina más bien automática y, a poder ser, sin sobresaltos. Transcurrida esta parte inicial del viaje, que en este caso se prolonga hasta que CARMELO se adentra varios kilómetros en la autopista con dirección a Las Palmas, el chófer suele observar e incluso tantear al pasajero, a fin de ver si es posible intercambiar con él unas frases a modo de conversación. Porque, en caso contrario, el taxista sabe que deberá limitarse a conducir en el más completo silencio. Quiere esto decir que, una vez pasados esos momentos de sondeo y al constatar a través del espejo retrovisor que el EJECUTIVO ha sacado del bolsillo de su chaqueta una agenda electrónica que comienza a teclear con un puntero, CARMELO opta directamente por encender la radio de su coche: un modelo digital, que tiene las emisoras presintonizadas y que él puede manipular mediante los botones instalados en el volante.
CARMELO acciona el botón y durante unos segundos realiza un rápido rastreo por el dial. ESCUCHAMOS FUGACES CORTES DE NOTICIAS, CUÑAS PUBLICITARIAS y UN FLASH DE MÚSICA ACTUAL que parecen no ser del agrado del taxista, ya que no se detiene en ninguna estación. Hasta que, de pronto, OÍMOS LA PARTE FINAL DEL TEMA "NOSTALGIA", DE LOS PEKENIKES.
CARMELO
¡Coño! ¡Cuánto tiempo!
CARMELO sigue los últimos acordes de la canción moviendo levemente la cabeza y tamborileando el volante con los dedos. Por el retrovisor mira al pasajero, que sigue enfrascado en la consulta de su agenda electrónica. En la radio, la conclusión de la música da paso a la voz de un locutor.
VOZ DE LOCUTOR
Acaban de escuchar el tema "Nostalgia", original del legendario grupo español Los Pekenikes…
CARMELO
(Asintiendo con la cabeza y hablando consigo mismo)
¡Claro! ¡Los Pekenikes! ¡Joder! ¡No hace años ni nada!
VOZ DE LOCUTOR
Esta pieza pertenece al último disco que Los Pekenikes grabaron para el sello Hispavox, en 1969. Dicho long play, titulado "Alarma", reuniría por última vez a los miembros de la formación original del grupo, quienes contaron para la ocasión con los arreglos del genial Waldo de los Ríos… Llama la atención en este tema la inclusión de una voz. Sabido es que Los Pekenikes se caracterizan por su sonido eminentemente instrumental y son pocas las composiciones de su mejor época que incluían a un cantante… Aquí la parte vocal corre a cargo de un solista sin identificar que, al parecer, por aquel entonces, se encontraba a prueba por la casa discográfica…
CARMELO
¡Ñoh! ¡Igualito que los futbolistas!
VOZ DE LOCUTOR
A pesar de que hoy esta voz nos resulta por completo desconocida, su timbre y su cadencia final, con claros ecos del soul norteamericano, nos recuerdan a una de las voces más inconfundibles del rock español de todos los tiempos. A continuación les dejamos precisamente con esa voz, acompañada por otra de las bandas míticas de la música española…
En la emisora SE ESCUCHAN AHORA LOS PRIMEROS ACORDES DE "FREE YOURSELF", de Teddy Bautista y Los Canarios.
CARMELO
(Sorprendido)
¡Coño! ¡Esto sí que no me lo esperaba!
LA ESPECTACULAR FANFARRIA INICIAL provoca en el taxista una descarga de adrenalina que le lleva a mover todo el cuerpo al ritmo de la música. Exultante, CARMELO sube el volumen de la radio y aumenta la velocidad de su coche.
SEC.7/ EXTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / EXT/DÍA
AL RITMO DE "FREE YOURSELF", el taxi avanza como una exhalación por el cuarto carril de la autopista, hacia Las Palmas de Gran Canaria.
SEC.8/ INTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / INT/DÍA
El contagioso entusiasmo que transmite la canción de Los Canarios se refleja de manera muy gráfica en el divertido balanceo que realiza CARMELO con la cabeza, hombros y brazos, al compás de la música. Presa del pegadizo e inconfundible ritmo del tema, CARMELO llega a CANTAR EN VOZ ALTA algunas partes de la letra.
Durante unos segundos, el taxista casi llega a olvidarse de que en el asiento de atrás lleva a un pasajero hasta que, con cierto desconcierto por su parte, descubre a través del espejo retrovisor que el EJECUTIVO ha dejado de consultar su agenda electrónica y le observa con una divertida expresión de estupefacta sorpresa.
CARMELO
(Algo abochornado, deja de moverse al volante siguiendo la música, e intenta disculparse en un inglés macarrónico, en el que algunas palabras las pronuncia tal y como se leen en castellano)
¡Oh! Lo siento, señor… Sorry, monsieur… Perdón…
(BAJA EL VOLUMEN DE LA RADIO, sonriendo al cliente)
Lo siento. No lo pude evitar… Please… I"m sorry, míster… Verá, usted, es que esta música es de mi época… De mi juventud… Long time ago the music I head… My young… o youth… o como coño quiera que se diga… joder… es que yo hice el bachillerato de Francés…
El EJECUTIVO, que sonríe por primera vez desde que se ha subido al taxi, asiente en sentido afirmativo.
EJECUTIVO
(Que habla un español algo insuficiente, marcado por un fuerte acento nórdico)
Don"t worry, sir… Yo… yo entender usted, más o menos… Hablar un poco de español… Mí no molestar la music… Mí gustarme la music… Buena music…
CARMELO
(Sorprendido)
¡Coño!… Perdón… Pensé que no me entendía…
EJECUTIVO
(Mostrando una afabilidad y una simpatía que hasta ahora mantenía ocultas)
¡Sí, sí, más o menos! Yo… hablar poquito español…
(Sonríe con grata satisfacción)
CARMELO
¡Sí, señor! ¡Qué sorpresa! ¿Y viene usted mucho por aquí?
EJECUTIVO
Bueno… Yo… Venir por aquí… No mucho… Esta segunda vez que yo estar aquí…
CARMELO
¿Ah, sí?
EJECUTIVO
Sí… Yo estar aquí muchos, muchos años antes… Yo tener entonces… eh… (Haciendo un cálculo mental) Siete años…
CARMELO
¡Ajá! Pues ya ha llovido… En eso yo le gano, llevo viviendo aquí desde el 49… No hace tiempo ni nada…
(El EJECUTIVO pone ahora cara de no entender muy bien lo que le ha dicho)
Nada, tranquilo, sólo le decía que yo llevo en Canarias desde que nací, en 1949…
EJECUTIVO
(Que asiente en señal de haber comprendido)
Sí, sí… Usted nacer aquí en 1949…
CARMELO
¡Exacto! Nací en Las Palmas de Gran Canaria, concretamente, en el barrio de La Isleta, cerquita de Las Canteras… Near to Las Canteras beach… Ahí nací yo.
EJECUTIVO
(Asintiendo de nuevo)
Sí, sí, conocer Las Canteras… It"s wonderful… Eh… Playa muy bonita, el mar ser aquí diferente. La luz, también diferente… A mí gustar mucho la playa y mar y sol…
CARMELO
Sí, señor, diga usted que sí. Como esta tierra no encontrará usted muchas por ahí. Las Islas Canarias son una maravilla. Esto es el mejor regalo que nos pudo hacer Dios… Bueno, esto, y las mujeres… ¿Usted me comprende, no?
(CARMELO le guiña un ojo, cómplice, al cliente)
EJECUTIVO
(Respondiendo con una sonrisa franca, abierta, con una chispa de picardía)
¡Oh, sí, ya! Las mujeres, las mujeres… Sí, gran regalo de Dios…
CARMELO
(En graciosa salmodia)
Te alabamos, Señor… Sí, desde luego, aquí somos muy afortunados. Tenemos el mejor clima del mundo y las mujeres más hermosas… Sí, señor, nosotros, los canarios, no nos podemos quejar. Vivimos en el paraíso, caballero. Lo dijeron hasta los griegos, que de estas cosas sabían un montón… Canarias es el Jardín de las Hespérides.
EJECUTIVO
(Con extrañeza)
Canarias, ¿Jardín de las… Especies?
CARMELO
(Que contesta a la pregunta del viajero al tiempo que parece hablar consigo mismo)
¿De las Especies? Bueno, de eso también, porque hay cada uno por aquí que hay que darle de comer aparte… No, no, señor, me refiero a que los antiguos, los griegos o los romanos… qué sé yo, total, lo mismo da, porque unos se copiaron de otros… Pues esa gente decía que Canarias era el Jardín de las Hespérides… El Jardín del Edén… El parque residencial de Eva y Adán o algo así…
EJECUTIVO
(Que cae en la cuenta)
¡Ah! ¡Ya, ya, Eva y Adán! ¡Ya! ¡Edén! ¡Mito!
CARMELO
(Que se embala a hablar sin darse cuenta)
¡Exacto, señor! Canarias es un lugar mitológico… Bueno, ahora ya no tanto, porque cada vez somos más lo que vivimos aquí, los que vienen a trabajar y se quedan, los que se fueron a lo mismo y volvieron, los que van y vienen, los que vienen y van… Por cierto, ¿y usted de dónde viene, señor? Si me permite la pregunta, claro.
EJECUTIVO
(Negando con la cabeza, como si no hubiese entendido)
¿Qué?
CARMELO
Esto… ¿De dónde viene usted?… Where are you from? Creo que se dice así…
EJECUTIVO
¡Ah, sí! Eh… From Sweden… Perdón… Suecia… Yo ser… sueco…
CARMELO
(Con súbito asombro)
¡Coño! ¡No me diga! ¡Si yo estuve viviendo allí un tiempo!
EJECUTIVO
(Extrañado)
¿Usted… vivir en mi país?
CARMELO
¡Que sí, hombre, que sí! Eso fue a principios de los setenta… Me fui para allá con mi amigo Manolo a trabajar en una serrería, en los astilleros de Malmoe…
EJECUTIVO
(Sin salir de su asombro)
¿Sí? ¿En Malmö?
CARMELO
(Encendido, casi eufórico, hablando a un ritmo vertiginoso)
¡Que sí, hombre, créame! Teníamos los dos poco más de veinte años y nos marchamos para allá a probar suerte. Eran los últimos coletazos de la emigración española a Europa… Como todavía vivía Franco y, sinceramente, parecía que no iba a morirse nunca, Manolo y yo nos dejamos convencer por un par de amigos que se habían ido antes, a Dinamarca… Como ellos encontraron trabajo enseguida, en una fábrica de aceites y carburantes para coches en Copenhague, nos vendieron la moto de que aquello estaba muy bien, de que pagaban mucho más de lo que ganábamos aquí, de que la vida allá era completamente diferente… En fin, que a nosotros se nos pusieron los dientes largos y decidimos dar el salto… ¡Menudo salto! Poco más y nos quedamos por el camino. Resulta que cuando llegamos a Copenhague, con la puñetera crisis del petróleo, nuestros colegas habían perdido su trabajo en la fábrica y tuvieron que buscarse la vida en Holanda… Con lo cual, Manolo y un servidor terminamos en Suecia, en Malmoe… Aguantamos allí quince meses… No he pasado más frío en mi vida… Con razón cuando ustedes llegan aquí se botan en la playa todo el día y terminan rojos como los pimientos morrones… ¡Menudo pelete! Al principio, como no nos aclarábamos con la calefacción, claro, como aquí nunca habíamos utilizado nada de eso, para darnos calor por la noche Manolo y yo teníamos que envolvernos en periódicos… Pero, nada, ni así aprendí una palabra en sueco… Lo más, algún saludito y algún piropo para ligar con las chicas… Pero, qué va, cristiano, el frío de allí le quita a uno las ganas de todo…
EJECUTIVO
(Que da la impresión de haber comprendido sólo algunas palabras sueltas e inconexas de toda la intervención del taxista)
¿Usted entonces trabajar en mi país?
CARMELO
(Que no sabe si mosquearse con el cliente)
¡Otra vez! ¿Cómo quiere que se lo explique, en francés? Que sí, hombre, que sí… Que estuve en su país unos quince meses, trabajando en un taller de carpintería, donde hacíamos piezas y mobiliario para barcos…
EJECUTIVO
(Que ahora parece haber entendido algo)
¡Ah, ya, ya…! ¿Gustar usted mi país?
CARMELO
(Jovial)
Sí, ya le digo, menos el invierno, por lo demás me pareció un país muy interesante. Sobre todo, el sur. Porque, lo que es el norte, casi ni lo pisamos. Como dice Manolo: Suecia es un país muy sueco… Y ésa es la mejor definición que he escuchado sobre su tierra, si usted me lo permite…
EJECUTIVO
(Como repitiendo para sí la frase que acaba de oír)
Suecia es un país muy… sueco…
(El viajero rompe a reír en una carcajada. CARMELO le secunda)
Ser divertido… No escuchar nunca eso…
CARMELO
(Todavía riendo)
Pues tendría que conocer usted a Manolo en persona, es el individuo más cachondo que ha parido madre… (Rectificando sobre la marcha) Bueno, es un hombre muy gracioso.
EJECUTIVO
(A quien aún le queda en los labios el sabor de las risas anteriores)
Sí, sí, muy gracioso, Manolo… Sí, sí, divertido…
Entre ambos hombres se produce una LEVE PAUSA DE UNOS SEGUNDOS, que es interrumpida por CARMELO, quien a lo largo de esta conversación se revela como un personaje vivo, desenfadado, dicharachero y muy locuaz.
CARMELO
(Con curiosidad descarada)
¿Y qué es lo que le ha vuelto a traer a usted aquí, a la isla, después de tanto tiempo? Si puede saberse, claro…
EJECUTIVO
(Adoptando un semblante un poco más formal)
¿Usted preguntarme por qué estar yo aquí otra vez?
CARMELO
(Rápido, vivaz en la réplica)
¡Exactamente!
EJECUTIVO
(A quien, evidentemente, le cuesta dar una información tan personal)
Yo… venir… a importante reunión de empresa…
CARMELO
(Muy lanzado, ha puesto la quinta velocidad y ataca directamente, de frente, sin recato)
¿Y cuál es su empresa? Si no le molesta decírmelo, por supuesto…
EJECUTIVO
(Dudando entre decírselo o no)
Bueno… Yo…. Eh… Ser… Mi… Mi empresa ser Doramas S.A.
CARMELO
(Que da un ligero respingo en su asiento al escuchar el nombre de la compañía)
¡Coño!… Usted, perdone, pero es que no me lo podía imaginar…
(Como si hablara para sí, pensando en voz alta)
Doramas… Vaya, vaya… Pues no me hinché de chico yo a comer recortes de la dulcería ésa… ¡Carajo! Lo que es la vida. Quién los ha visto y quién los ve ahora…
(Al pasajero)
Pues en sus tiempos, esa fábrica llegó a ser la mejor industria de Las Palmas… No trabajó poca gente ahí. Hasta mi cuñado Felo estuvo metido. Trabajaba como repartidor… Bueno, eso fue antes de que vendieran la empresa a la multinacional… Todavía vivía don Victor Sjöberg… Buena persona don Victor… Todo un caballero, como los de antes… ¡Doramas!… No estaba poco buena la chocolatina Guarapeña… Seguro que usted ni siquiera la conoció. Claro, como es anterior a su época…
EJECUTIVO
(Volviendo a poner cara de no entender muy bien lo que le dice)
¿Qué?
CARMELO
(A su manera, intenta vocalizar mejor)
Le digo si usted llegó a conocer la Guarapeña… La chocolatina… La galleta con chocolate. La golosina más famosa de Doramas…
EJECUTIVO
¡La Guarapeña! ¡Oh, sí! The chocolate cookie… Oh, muy buena, sí, muy buena, sí, sí…
(El cliente asiente y sonríe con una sinceridad casi infantil)
CARMELO
(Mostrándose sorprendido y hablando para sí)
Ah, con que la conoce… Qué raro, porque la quitaron de la circulación hace más años que el carajo… En fin, pues lo de su empresa es una pena, caballero. Ya le digo, Doramas es un nombre que a uno no le trae más que recuerdos dulces… (Se pasa la lengua entre los labios como si acabara de degustar una de aquellas golosinas) ¡Qué buenos eran! ¡Ñoh! Yo siempre me acuerdo de los bollitos rellenos de crema pastelera y de las Guarapeñas… ¡Me cago en diez! Si uno pudiera volver atrás… Pero qué va, señor, la vida es como la autopista, aquí sólo se puede circular hacia delante…
El pasajero, que por momentos -como ahora- parece no comprender el significado exacto de las palabras del conductor, se limita a asentir en silencio. De repente, SE ESCUCHA LA MELODÍA DE UN TELÉFONO MÓVIL. El EJECUTIVO pone cara de circunstancias y extrae el teléfono de su chaqueta. Se trata de un Nokkia de última generación que se lleva al oído, tras esbozar una sonrisa de disculpa a CARMELO.
EJECUTIVO
(A CARMELO)
Oh, lo siento… Perdón…
(Desde el espejo retrovisor, CARMELO le devuelve una comprensiva mirada de absolución para concentrar toda su atención en la autopista y en los demás vehículos. Por su parte, el cliente INICIA LA CONVERSACIÓN TELEFÓNICA EN SUECO)
¿Hola?… Sí, soy yo… Sí, ya estoy llegando a Las Palmas… Sí, lo sé, he estado repasando la agenda y todo va según lo previsto… Sí, dentro de una hora… Espero que la dirección de aquí lo tenga todo preparado para mañana, sí… No sé… Seguramente querrán llevarme a comer a algún restaurante pero no me apetece… Sí, cuanto menos tiempo con ellos, mejor… Sí, un poco cansado… Demasiado temprano incluso para mí… (Sonríe) Sí, sí, por supuesto… ¿Esta noche? No sé… Me gustaría dormir… no salir del hotel…
(Hace una PAUSA DE UNOS SEGUNDOS, mira al espejo retrovisor como si se estuviera cerciorando de que el chófer no le está mirando. En efecto, CARMELO permanece totalmente ajeno a la conversación y concentrado en la conducción del taxi. El tono de voz del viajero adquiere un matiz de sospechosa confidencialidad)
¡Claro! Si estuvieses aquí todo sería distinto… Sí, ya, sí… (Sonríe y su rostro refleja de pronto un regocijo hasta ahora desconocido para nosotros; brilla con una luminosidad íntima, secreta) No sigas, que alguien te puede estar escuchando… Ya sabes que en esa oficina las paredes oyen… Sí… Bueno, bueno… (El pasajero ríe como si alguien le estuviese haciendo cosquillas. Un leve rubor se refleja en sus mejillas) Sí… En un taxi, pero no entiende una palabra de sueco…
(Justo al oír estas palabras, CARMELO echa un rápido vistazo por el retrovisor, que pasa inadvertido para el cliente)
Ya te contaré… Un tipo simpático, muy pintoresco… No para de hablar… Sí, el típico español… Parece una ametralladora… Sí, me ha caído muy bien… Bueno… Te dejo… Ya hablamos más tarde… Sí… Que sí… Ya… Ya… Bueno… Un beso… (Nueva risas) Que te van a oír… De acuerdo… Adiós…
El EJECUTIVO cuelga y vuelve a guardar su teléfono en el bolsillo de la chaqueta.
SEC.9/ EXTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / EXT/DÍA
El vehículo continúa su recorrido y transita ahora a la altura de la planta potabilizadora, en la zona de Piedra Santa, en el extrarradio de la capital grancanaria.
SEC.10/ INTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / INT/DÍA
En el interior del taxi todo parece indicar que volvemos a la situación de partida: el conductor, pendiente solo del volante y del resto de coches que circulan ahora por la autovía; el pasajero, enfrascado de nuevo en consultar su agenda electrónica.
CARMELO
(Rompiendo el LARGO SILENCIO que se había instalado entre ambos hombres)
Desde luego, parece que el teléfono móvil lo han inventado para ellas, ¿eh? Así nos tienen más controlados, ¿no cree?
EJECUTIVO
(Levantando la cabeza, despistado)
¿Qué?
CARMELO
El teléfono. Le hablo del teléfono. Como antes creo que lo llamó su esposa le decía ahora que parece que el móvil lo han inventando para que las mujeres nos controlen un poco más la vida… Como si ya no nos la controlasen del todo, ¿no le parece?
EJECUTIVO
(Que, al escuchar la referencia a la llamada anterior, no puede ocultar cierto desconcierto en la expresión de su rostro)
Sí… Claro… Claro…
(Pone una sonrisa de compromiso e intenta regresar a su agenda, aunque el taxista no está dispuesto a dejar escapar la presa)
CARMELO
(Disparado, otra vez)
Hablando del móvil y las señoras: mi amigo Manolo, del que le hablé antes, el que se fue conmigo a Suecia, ése tiene una anécdota muy buena con el móvil…
(El pasajero presta atención con aparente interés)
Hace mucho tiempo, cuando recién empezaron a llegar esos cachivaches de los teléfonos móviles, a Manolo los hijos le regalaron por su santo uno y él, que no se enteraba mucho, lo llevaba a todas partes, aunque luego no lo utilizaba para nada… Hasta que un día, sin avisar a su mujer, después del trabajo, Manolo se fue de copas con unos colegas y la cosa se alargó y terminó en farra, en juerga, en fiesta, vamos, y en eso que le suena el móvil… Lo menos eran las dos o las tres de la mañana y era Maruca, la señora, que lo llamaba toda nerviosa y Manolo, pedo perdido, que no se le ocurre otra cosa que coger el aparato y decirle: "Coño, Maruca, ¿cómo sabías que estaba aquí?"… "Aquí, dónde, muchacho, pues yo sé dónde coño estás…"
(CARMELO estalla en una espectacular carcajada, mientras su cliente se limita a sonreír de manera protocolaria)
"Pues yo sé dónde coño estás, muchacho…"
(CARMELO se vuelve a reír a carcajada limpia)
Desde luego, es que Manolo es mucho… Fíjese si nos conocemos que hicimos la primera comunión juntos… Eso sí, los dos con zapatos prestados, que entonces no estaba la cosa para mucho despilfarro… Y aquí nos tiene. Seguimos siendo amigos después de tantos años… Para mí es casi más que un hermano. Porque a los hermanos uno no los elige. Eso es como la lotería: el que te toca te toca y ahí te quedas… Pero a los amigos sí los escoges… Lo mismo ocurre con la mujer. Uno elige con quien se casa, aunque a veces más bien es a uno a quien cazan…
(CARMELO se ríe con esta última ocurrencia, de difícil comprensión para el viajero, ya que, al hablar con el característico seseo del isleño, el juego de palabras resulta poco menos que intraducible para el EJECUTIVO sueco)
¿Y a usted qué? ¿Eligió a su esposa o lo cazaron? Porque conmigo fue más o menos fifty-fifty…
EJECUTIVO
(Ahora un tanto desconcertado)
Sí… Bueno… Yo… Sí… Casado… Por veinte años… Sí… Tener dos hijos…
CARMELO
(Sorprendido)
Veinte años… No está mal. Yo llevo más de media vida con Paqui. En octubre haremos treinta años juntos y hasta que la muerte nos separe… Tenemos tres hijas y un hijo… Las chicas nos salieron muy bien, con fundamento, pero el varón nos vino medio revirado… Ése es más gandul… Nos ha dado más dolores de cabeza que el carajo… Pero, bueno, la verdad es que viendo lo que hay por ahí uno no se debe quejar. Yo le doy gracias a Dios todos los días por todo lo que me ha dado. Porque lo cierto es que uno, en su modestia intelectual, pues tiene su fe y de vez en cuando también le echa su rezado a Nuestra Señora del Pino y a San Cristóbal, que es nuestro patrón, aunque ése es ya como de la familia…
(CARMELO sonríe a través del espejo retrovisor, el viajero vuelve a responderle con otra sonrisa discreta, de pura cortesía)
Es que uno piensa en los años que ya tiene encima y le da como vértigo… Si parece que fue ayer que llevaba pantalones cortos y mi padre me tenía que coger de la mano para acompañarme hasta la escuela de don Pastor… ¡Me cago en diez! No he dado vueltas yo ni nada para llegar a estar aquí sentado, doce, catorce horas diarias, siempre a la carrera… Porque mi padre, en paz descanse, mucha fue la goma que me dio con el cinto para que me hiciera un hombre de provecho y aquí estoy… Casi sesenta años y al volante del taxi, igual que él, coño, que fue taxista toda su vida… "Vivimos a la carrera la carrera de la vida, Carmelo", me decía y yo, ni caso… Como dicen los chicos de hoy: a mi bola. Y a mi bola, mi bola, se me fueron pasando los años y fui dando tumbos de un trabajo a otro, como quien no quiere la cosa… Picoteando para acá y para allá sin orden ni concierto… Porque aquí, donde usted me ve, servidor ha hecho de casi todo en este mundo… Cuidador de jardines en los hoteles del sur, recepcionista en una pensión de mala muerte, cerca de Las Alcaravaneras, carpintero en Suecia, pintor de brocha gorda y de brocha chica, empleado en una gasolinera, camarero, repartidor de una fábrica de cervezas… Total, para terminar como mi padre, coño, detrás de un volante, conduciendo mi propio coche y dando gracias a la vida que me ha dado tanto, que decía Mercedes Sosa… Por cierto, ¿conoce usted a Mercedes Sosa?
EJECUTIVO
(Que, por vez primera, pone cara de sueco)
No, no conocer… No, no…
CARMELO
Pues es una cantante argentina muy famosa en todo el mundo. Además, según parece, ésa también ha tenido una vida de lo más entretenido… Yo la vi en el Pérez Galdós hace un chorro de años, después de muerto y enterrado Franco, cuando el cambio, y todos éramos un poco más jóvenes y más felices… Recuerdo que fue un concierto maravilloso y cantó todo su repertorio: el "Gracias a la vida", de Violeta Parra; "Te recuerdo, Amanda", de Víctor Jara; "Alfonsina y el mar", "Sólo le pido a Dios", "Duerme, negrito", "Si se calla el cantor"… Lo más emocionante fue al final, cuando todo el teatro, puesto en pie, cantó como uno solo aquello de "Toda la sangre puede ser canción en el viento"… ¡Ñoh! Eso sí era música, coño, y no las machangadas que se oyen ahora en la radio o en la televisión…
(De repente, como arrebatado por un acceso de incontrolable emoción, CARMELO rompe a cantar, con no muy mala voz, "Canción con todos")
"Salgo a caminar
por la cintura cósmica del sur.
Piso en la región
más vegetal del viento y de la luz.
Siento al caminar
toda la piel de América en mi piel
y anda en mi sangre un río
que libera en mi voz su caudal.
Sol de Alto Perú,
rostro Bolivia, estaño y soledad.
Un verde Brasil
besa mi Chile, cobre y mineral.
Subo desde el sur
hacia la entraña América y total,
pura raíz de un grito
destinado a crecer y a estallar.
Todas las voces, todas,
todas las manos, todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento.
Canta conmigo, canta,
hermano americano.
Libera tu esperanza
con un grito en la voz".
Un SILENCIO INMEDIATO, BRUSCO, ALGO VIOLENTO, se produce nada más terminar de cantar CARMELO. Éste se limita a apretar con fuerza el volante. Su taxi está a punto de entrar en Las Palmas de Gran Canaria. En el espejo retrovisor, el conductor observa cómo el pasajero guarda con resignada parsimonia su agenda electrónica en el bolsillo interior de su chaqueta para, a continuación, aplaudirle con contenido entusiasmo.
CARMELO
(Asiente, sonriendo)
Gracias, señor, gracias…
EJECUTIVO
(Que también asiente en señal de aprobación)
Bien… Bien… Magnífico… Felicidades… Usted… cantar muy bien… Sí…
CARMELO
(Con cierta vergüenza)
Hombre… Es que uno, cuando chico, estuvo en el coro de voces blancas de la parroquia de San Telmo…
El cliente sigue asintiendo. Su rostro muestra una amplia sonrisa de sincera satisfacción.
CARMELO se la devuelve en agradecimiento.
SEC.11/ EXTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / EXT/DÍA
El taxi hace por fin su entrada en la avenida Marítima de la capital grancanaria y circula por uno de sus carriles en dirección al hotel Santa Catalina.
SEC.12/ INTERIOR DEL TAXI DE CARMELO / INT/DÍA
El pasajero observa el paseo marítimo de la ciudad mientras el coche pasa veloz junto a la escultura de Martín Chirino, "Lady Harimaguada".
CARMELO
(Señalando, a la izquierda, al teatro Pérez Galdós, que luce su remozada y flamante fachada)
¡Ése! ¡Ése es el teatro del que le hablaba hace un momento! Ahí fue donde actuó Mercedes Sosa…
El cliente mira con aparente interés hacia donde le señala el chófer y, seguidamente, prosigue su contemplación atenta, abstraída y silenciosa de los edificios, nuevos y no tan nuevos, que se alinean frente al mar.
CARMELO
La ciudad ha cambiado mucho desde que usted estuvo aquí la última vez, ¿verdad?
EJECUTIVO
(Que parece cogido una vez más in fraganti y dirige su mirada al espejo retrovisor)
¿Qué?
CARMELO
(Que vuelve a hacer un esfuerzo por vocalizar mejor)
Digo que ha cambiado mucho todo esto desde que usted visitó la isla la primera vez, ¿no?
(El hombre se limita a asentir por toda respuesta y, luego, prosigue la contemplación del paisaje urbano a través de la ventanilla del coche)
La ciudad está ahora como nunca. Aquí hay una vida enorme. Hombre, no es Madrid ni Barcelona, pero la gente vive con una intensidad que en mis tiempos no podíamos ni soñar. Además, de unos años a esta parte, usted puede encontrar aquí de todo. Y, cuando digo de todo, me refiero tanto a lo bueno como a lo malo… De todas maneras, todavía hay algo con lo que no puede acabar ni siquiera el estrés de esta vida moderna y es el mar.
EJECUTIVO
¿El mar?
CARMELO
(Que, a pesar de haberse adentrado en las calles de Las Palmas, es capaz de mantener al mismo tiempo la atención puesta en el tráfico, bastante espeso a esta hora, y en la conversación con el cliente)
Sí, señor, el mar… ¿Sabía usted que el mar contiene gran cantidad de yodo y que el yodo tiene propiedades para curar el alma? Lo leí en un reportaje de la revista Nacional Geographic… Al parecer, está científicamente demostrado que las personas que viven cerca del mar o, como nosotros, los canarios, rodeados por todas partes de agua marina, son muchísimo menos propensas a caer en depresiones y en melancolías… Eso significa que la gente en las islas es más feliz que en el continente…
(El EJECUTIVO adopta el semblante de alguien que duda entre no estar seguro de haber entendido lo que ha escuchado y creer que le están tomando el pelo)
¡A mí no me mire así! Vaya usted a quejarse a los del Nacional Geographic. Me limito a constatar una investigación de lo más seria y calculada que, por cierto, concuerda casi a la perfección con una cosa que siempre defendió mi bisabuela Lola y es que, según sus propias cuentas, todos los que vivimos en una isla, esté en el océano que esté, llegamos a vivir dos años, cuatro meses y tres días más que el resto de habitantes del mundo… Y no me pregunte de dónde sacó mi bisabuela esa cantidad porque no tengo ni la más remota idea. Sólo sé que ella vivió hasta los ciento ocho años; que tuvo once hijos, veinticuatro nietos y dieciséis bisnietos, entre los que me incluyo; que mantuvo intacta la cabeza hasta expirar el último suspiro y que desayunaba tazón y medio de leche con gofio todos los días…
EJECUTIVO
(Atónito)
¿Su… abuela…?
CARMELO
No, mi abuela, no… Mi bisabuela. La madre de la madre de mi padre…
EJECUTIVO
(Intentando entender la relación de parentesco, no sin grandes dificultades)
La madre de… madre… de… su madre…
CARMELO
¡Déjelo ahí, amigo! Porque si no le va a dar jaqueca.
EJECUTIVO
(Que trata de hacerse una idea contando con los dedos, como un colegial)
La madre de… la padre… de la madre de…
CARMELO
(Mascullando para sí y sonriendo como un niño travieso)
Sí, la madre que me parió…
SEC.13/ ENTRADA HOTEL SANTA CATALINA / EXT/DÍA
El vehículo se detiene junto a la puerta de entrada del hotel Santa Catalina, un elegante edificio de estilo colonial inglés, con más de un siglo de antigüedad.
(CONTINUARÁ)
pevalqui
Casi "la clavas", cambiando la pastelería Doramas por la de Los Alemanes del viejo Parque Santa Catalina.
Le podías añadir al entrañable guardia que paseaba por Las Canteras, bombín blanco en ristre. Nuestro entrañable Antoñito, a quien en ocasiones se le perdía la vista contemplando los recién estrenados bikinis suecos que se lucían al Sol frente a La peña de la Vieja, ubicados en aquellas hamacas de loneta (navy blue stripped) con bandas en azúl marino.
Seguro que en la segunda parte, nuestro Carmelo se la liará en Ciudad Jardín, primera colonia inglesa de la capital, con alguna sueca.
Desdichado él que cambia el blanco por el moreno.
Entretando y tanto rememorando aquel ¿Flicka dansande?, tan de moda en la vieja "Cacatua" frente al Reina Isabel Hotel, en donde el Dj te obsequiaba con Gary Glitter mientras se removía el avispero.
Que no, querido José Amaro. Me sigo quedando con la dulcería frente al viejo Guimerá, donde poder disfrutar de exquisitos dulces gomeros, antes que acaben igualmente colonizados. Subo en dirección Ramón y Cajal y me regreso en el Tram a La Laguna.
Los Pekenikes me acompañan con "Cerca de las estrellas", de las pocas canciones con acústica vocal del grupo, aunque no puedo evitar rememorar a Los Shadows. Acaso sus mentores.
Enhorabuena por tal ingenioso y detallado relato yTack (hasta aquí llega "mi sueco"),por su parte de inmerecida dedicatoria. Y nunca pierda de vista a Ágata. Las guarapeñas en compañía, siempre saben mejor. Que "La vida sale al encuentro", diría mi admirado de los 70, José Luis Martín Vigil.
Saludos cordiales…
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Celia
Debo admitir que no lo habia escuchado antes, que buen ritmo, me gusta. Gracias por deleitarnos una vez mas con musica y buena lectura.
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PedroLuis
Está bien empezar el año con un guión diferente al qué por "rigurosa necesidad" nos imponen los mercados…
Con yodo, con mucho yodo, para curarse el alma.
Selva de Doramas, rock del bueno, estilo colonial inglés… Esto evidentemente es para "Pevalqui"… Enhorabuena.
¡Y vamos a por el 2012, que se promete venturoso y novedoso".
Saludos.
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