Un jurado popular, compuesto por nueve personas, necesitó más de quince horas de deliberación para resolver, por cinco votos a favor y cuatro en contra, que tanto el ex presidente de la comunidad valenciana, Francisco Camps, como el secretario general del PP en la región, Ricardo Costa, quedaban absueltos de toda responsabilidad penal en el juicio por cohecho impropio celebrado contra ellos durante casi dos meses.
Con independencia de la opinión que cada cual pueda hacerse sobre dicho veredicto, no deja de llamar poderosamente la atención la innegable falta de decoro y la ausencia de pulcritud gramatical con la que ese mismo jurado redactó el acta que sirvió para decidir la inocencia de los dos imputados. Se suele decir que Dios escribe con pulso firme y en renglones torcidos pero, si hemos de juzgar la calidad de la Justicia impartida por estos nueve ciudadanos, de acuerdo al nivel de su expresión escrita, los dieciséis folios que constituyen el cuerpo del dictamen no alcanzarían el aprobado en la Prueba de Acceso a la Universidad ni siquiera en España.
En la primera oración de este texto, redactado por una mano anónima (y, por tanto, impune), se lee que el jurado "a deliberado" y, continuación, en una serie interminable de incorrecciones ortográficas y anacolutos varios, se desarrolla un engendro, acribillado de errores de concordancia y escrito con una pésima puntuación y sin apenas tildes, quizás por aquello de que la Justicia no sólo ha ser ciega, sino también sorda.
Y, para muestra, ahí van dos botones que son como dos bultos sospechosos:
"Los supuestos regalos no han quedado demostrados que se les hallan pagado a los acusados, mediante el informe pericial que tambien afirma esta conclusion"
"Costa no recibio prenda alguna en consideración a su cargo, basandonos en las declaraciones de los funcionarios de la conselleria en la cual, todos coinciden que no tenian influencia alguna en materia de contratación"
Además de descuidar la acentuación de palabras agudas (como "ningún" o "según"), de nombres propios ("José Tomás"), de algunos monosílabos que deben llevar tilde (como el adverbio "más" o la afirmación "sí") o de numerosas palabras esdrújulas (que la han de llevar siempre), aparecen gazapos verdaderamente inaceptables, como "faborable", "tubiera", "fiscalia" o "no tienia", en lugar de "no tenía".
Poco antes de la conclusión, se lee otro pasaje en el acta que habrá hecho temblar de puro espanto a don Fernando Lázaro Carreter allá donde este buen lingüista se encuentre:
"Nos basamos en las contradicciones de las dencaraciones de D. Jose Tomas […] que entran en contradiccion por lo tanto, al haber duda, aplicamos la condicion más favorable tal y como estable la ley, para los acusados".
Integraban el jurado que concibió tamaño íncubo literario seis hombres (cuatro de ellos menores de treinta y cinco años y otros dos en torno a los cuarenta y cinco) y tres mujeres (dos de unos cincuenta años y una menor de treinta y cinco). Habida cuenta de la edad aproximada de todos ellos no es posible atribuir tanto desatino a la LOGSE, aunque sea por una vez.
De igual modo que no debe confundirse la exigencia de rigor y equidad en el triple procesamiento al juez Baltasar Garzón (sobre el que pesan serias y fundamentadas acusaciones) con el linchamiento moral, retrógrado e incívico que denuncian aquellos que consideran a este polémico magistrado (pésimo instructor, torpe orador y peor escribiente) poco menos que un mártir, víctima de la ultraderecha feroz, cavernaria, enemiga acérrima de la libertad y de los demás derechos del hombre (y de la mujer). No se pasen, señores. Desprovisto de la toga que, durante demasiado tiempo, parece haberle investido de una injustificada (y absurda) beatitud, Garzón es un ciudadano más que comparece ante la Justicia, que habrá de juzgarle conforme a la ley y (esperemos) según las más elementales reglas de la gramática.
spica
#asis.- ¡¡¡Aguita!!!
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asis
Me consta, porque te leo habitualmente, que habrás tomado por costumbre -nada higiénica- de recibir siempre e invariablemente merecidos halagos a tus reflexiones y exposiciones, algunas de ellas compartidas por quien te escribe, pero en este caso no puedo más que estar en desacuerdo contigo en lo que respecta a Garzón. Desde mi punto de vista esta juicio, iniciado por acusadores corruptos y abogados sin escrúpulos (esa es una profesión donde cabe de todo, como en casi todas las que otorgan cierto prestigio en esta querida patria nuestra). Garzón es un tipo que a mí me parece valiente, idealista, perfeccionista, de izquierdas… vale: es también un tío prepotente, seguro de sí mismo, además de tener, si me permites la licencia, cierto atractivo. Pero este es un país de derechas, de derecha zafia, de derecha corrupta, la misma que sigue homanajeando a Fraga (disculpa mi mala acentuación), es el mismo país que se grita y patalea para luego no hacer nada, un pais inmovilista y conformista, pagado de si mismo, pendiente de los guiñoles de Francia jajaja un tema de Estado… con ciudadanos de a pie que redactan sentencias como la que absuelve a Camps y a Costa, y que sobre todas las cosas les dicen, desde esa mediocre redacción, "yo te absuelvo" para volver a su rutina y seguir en la deriva de respirar, siempre hacia adelante, pero eso sí, siendo el centro de su propio universo. Esa es la justicia, que alivio. Dónde está la justica moral, la justicia histórica, la justicia social, a la que se le ha dado una bofetada con una causa iniciada por los propios corruptos aprovechando el careto de Garzón. No me queda más que felicitar a las "esperanzas" a la derecha más reaccionaria de un pais que no termina de madurar, que no se cree la democracia, que por no tener no tiene ni personalidad y todavía está dilucidando si es juancarlista, republicano o felipista. Siento salirme del guión de tus adeptos desde esta, que a mí me parece, sana discrepancia. Gracias y hasta la próxima semana.
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pevalqui
Ciertamente, toca un tema transversal, que aunque mayoritariamente aceptado en los Estados Unidos, como es la "penalty death" (pena de muerte), si que hay un buen número aunque aún es minoritario, de gente, sobre todo dentro de los votantes al Partido Demócrata de Obama, que tiene entre ellos un amplio segmento de población católica, que está claramente en contra de estos usos del pasado, que diría nuestro ilustre abogado encarnado en el inmenso Welles, de quien si conocía otras películas como "El tercer hombre" o "El Juez de la horca", o la del famoso periodista que ahora mismo no me viene a la mente. Pero francamente que esta película, que se me antoja interesantísima y que aún cobra suma actualidad, no la conocía. Al menos, no la recuerdo.
No le quito ni una coma al post de Miguel.
A nuestro Pedro Luis decirle que ha sido no sólo un acto de "voluntary nature", sino un placer, intentar esclarecer el monólogo. Y a fé que la ocasión lo merecía.
Gracias compartidas con José Amaro, por ilustrarnos nuevamente, acercando a nuestro conocimiento hechos y escenas tan relevantes como las descritas.
Saludos cordiales…
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jacarrillo
Estimado Pevalqui: muchas gracias por hacer comprensible el texto de esta escena a todos los
amables lectores que han tenido la amabilidad de verla sin entender una palabra de inglés. Lamento no haber encontrado la versión en castellano.
La película, titulada en España "Impulso criminal", está basada en el sumario de un caso
real de asesinato ocurrido en Chicago, en la década de los veinte. Fue un sumario célebre, debido a que los criminales eran una pareja de amigos que pertenecian a la clase alta y que trataron de demostrar, con la cruel muerte de un niño de corta edad, su presunta
superioridad intelectual (creencia enfermiza que luego
tendría una nefasta materialización durante el
nazismo).
El caso dio lugar a una obra de teatro, que Hitchcock
convertirtía en "La soga", y a esta primera versión cinematográfica, dirigida por Richard Fleischer (responsable de la magnífica "El estrangulador de Boston") con gran talento y una memorable fotografía en blanco y negro.
El discurso del abogado defensor, que aquí encarna Welles, es una transcripción casi literal del pronunciado ante el juez por Clarence Darrow, firme enemigo de la pena de muerte, y que pidió la cadena perpetua para sus defendidos, para así salvarlos de un seguro ahorcamiento.
En España hemos tenido grandes juristas contrarios a la pena capital, como el diputado Nicolás Salmerón o doña Concepción Arenal, cuyo credo se resume en la frase: "Condena el delito y compadece al delincuente".
Por desgracia, Baltasar Garzón tiene muy poco en común
con las citadas figuras, a pesar de que, como ellos, ha defendido justas causas perdidas.
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mgalvan
Este artículo me ha hecho reflexionar.
Sobre el caso de Camps, dos apuntes.
Quizás, en parte, es la muestra de la actual permisividad de la ciudadanía con la corrupción en la política. Cada vez es más difícil distinguir la línea que delimita lo uno de lo otro, hasta que punto es lícito o no.
Los fallos ortográficos y gramaticales, aparte de otros de otra índole, pueden plantear interrogantes: ¿hasta que punto es correcto que un juicio tan técnico lo decida un jurado popular y no puramente los profesionales del gremio?
Sobre el caso Garzón.
Es un auténtico filón para un guión cinematográfico de película de juicios a la americana. Quizás en España no nos sorprende tanto (se dice que le envidia es uno de los deportes nacionales –es un claro componente del mismo), pero en otros países es algo que no aciertan a comprender. Más allá de sus excesos y afán de protagonismo, su servicio a la justicia parece estar fuera de toda duda, aunque quizás no tanto para compañeros, o rivales en este caso. También sorprende en el extranjero ver como el bien común queda por debajo de las venganzas y revanchismos de la propia justicia. Pero como digo, aquí estamos curados de espanto (por desgracia).
Sin embargo, gracias a su procesamiento se ha producido una paradoja. Después de más de 70 años por fin se han sentado, para ser escuchados ante un tribunal, antiguas víctimas con su dolor y reivindicaciones, que básicamente son recuperar a sus muertos. No nos engañemos, no deja de ser una injusticia, no están ahí por su causa sino como defensa del Juez Garzón. Quizás nunca más veamos esa situación (por improbable y porque se consumen sus vidas). Y con todo: se les ha escuchado.
Saludos cordiales a todos.
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PedroLuis
Estimado amigo "Pevalqui"… Con gracias no se paga su generoso esfuerzo.
Tras leer su envidiable traducción, volví a ver el vídeo, porque la interpretación invita a ello… y le aseguro, lo entendí todo. Por un momento pensé que había aprendido inglés, al margen de las “plants with leaves and flowers”…
No me ha pasado desapercibido su final amenaza a José Amaro: “Antes de volverme a hacer esto, ahorca a Pedro Luis por no saber inglés”. No lo olviden, si así fuera, mi abogado es Orson Welles.
Un abrazo.
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ificrates
Hay varias burlas en internet sobre este "documento"
La culpa y digo bien,la culpa es de Juan Alberto Belloch,que introdujo un jurado de legos en una jurisprudencia altamente técnica como la española.
Es mejor el jurado escabinado,con mezcla de legos y juristas.
Pero tambien la culpa es achacable al juez.El jurado da el veredicto,pero el juez dicta sentencia y si los argumentos del jurado le parecen absurdos al juez puede revocar el veredicto,o dictar una sentencia contraria al veredicto del jurado.
El juez,en un juicio con jurado,no es un pintamonas
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arodriguez
Querido Jose, en vez de escribir un comentario aquí, decidí hacerlo, un pelín más extenso, en el espacio de mi propio blog. Allí puedes leerlo.
Un abrazo
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PedroLuis
En La Palma, los “Acosta” son más comunes que los “Costa”. En Valencia no.
Tal flagrante error, me hizo comprender mejor al erudito Jurado. Tanto, que hasta me parece correcto su Beredicto.
¡Ay Venito, Venito, berdad que eres ruinito!
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pevalqui
Querido amigo Pedro Luis: con la venia, debo manifestarle que por esta vez, con toda honestidad que no había pinchado el link, que nos trajo nuestro amigo José Amaro, limitándome tan sólo a expresar la opinión. Una vez leído su post me he apresurado a hacerlo. como usted bien dice, por deformación profesional. Hay muchas cosas de las que usted sabe y probablemente de las que no sabe, que también me gustaría saber.
Me permito tras "una pasada" por el audio, intentar aclararle el asunto.
Welles, en una memorable, otra más, actuación se dirige al Juez, el Sr Hornet, al quien le comenta que se encuentra ante un asesinato cometido a sangre fría, y que es absolutamente inexcusable. Nunca a lo largo de sus 45 años de profesión se había encontrado con un caso similar. A pesar de eso añade que no habría motivo para el odio ni para pedir dinero, tratándose de asesinos ricos, por lo que pondría al juez en esa tesitura, en cuanto a lo que reclamarían los pobres, frente a los ricos.
En el ardor de su monólogo aduce que no ha oído ninguna referencia en las últimas tres semanas que no hayan tenido referencia con la pena de muerte por ahorcamiento o la cadena perpétua. Es así que nuevamente. Welles se dirige al juez diciéndole que mucho se teme que el Juez no podrá hacer nada ya que se echaría a la opinión pública en su contra. Interpela con un grito al público diciéndoles Are we crazy? ¿Estamos locos?. Nuevamente Welles se dirige al Juez señalándole que esa será su responsabilidad, su acto premeditado de mandarlos a la horca, aún cuando también existe un jurado de doce personas. Apela posteriormente Welles al respeto por la vida humana, establece comparaciones acerca de altos cargos que también cometen crimenes y aduce que estamos ante un caso de "fantasías de niños" para ser considerados en un hospital como niños enfermos.
-abreviando algo- continua su alegato que aún cuando estamos ante un asesinato premeditado, para el cual el estado tiene "su medicina", promovida por el odio y los sentimientos encontrados, algo que a Welles le perturba, aduce posteriomente que hay pensar en las vidas humanas. A continuación habla de lo que consideraría un lider religioso, apelando a Dios en el sentido de que si no habría opción de salvar la vida de los jóvenes, aún a pesar de que el estado ante este tipo de asesinatos tan crueles siempre ha hacho lo mismo. De acuerdo con los principios de la cristiandad, apela Welles incluso a la posibilidad de que se les aisle de la sociedad si quiera por cadena perpetua, aludiendo a la caridad. Todo ello después de narrar con crudeza el ahorcamiento mientras posteriorente sus cuerpos desnudos caerían en la cuneta. A pesar de que la Corte está llamada, según Welles, a tener la misma misericordia con los imputados que los que éstos han tenido con sus víctimas, Welles apela que respecto a "La Bestia de la Jungla", que sean más misericordiosos, humanos, considerados, e inteligentes y que eso sea considerado como un "regalo de vida" (a present for life).
Posteriormente Welles se dirige a los padres y les comenta de que ellos serían más responsables que los "asesinos", al tiempo que se responde retóricamente que ha dado la prueba por la cual sería criticado. Se plantea la posibilidad de una recompensa económica a lo que é mismo se responde que "no lo sabe". Describe a los padres de la víctima lo que sería un ahorcamiento ante las caras de horror de los padres. Todo ellos hecho en nombre de la justicia.
A continuación se plantea ¿Qué es la justicia? ¿Quién sabe lo qué es? ¿Lo sé yo mismo? Le pregunta al Juez qué es lo que él merecería, incluso lo que el propio Juez se podría merecer.
Se dirige posteriormente a la acusación y le dice, casi le increpa, si estaría reconfortado con el ajusticiamiento, si esa sería la cura. Aduciendo que el Juez, Mr Hornet dice que eso sería como un acto ejemplar para que no volviese a ocurrir.
Continua hablando con la acusación, añadiendo que el mundo ha sido como una casa podrida desde el comienzo hasta la actualidad. Ni leen, ni saben, sólo piensan en matar, ya que todos piensan en eso, hay una ceguera a gritos por eso.
Por último hace un llamamiento final para que se pare el ajusticiamiento, dirigiéndose nuevamente al juez al que le dice que si los condena a la horca, estará volviendo al pasado y que él está defendiendo, la vidas, el amor, la misericordia, el futuro, que las vidas puedan ser salvadas-dicho emotivamente- a superar el odio con el amor para que todas las vidas sean salvadas, que la misericordia es la más alta contribución que un hombre pueda tener, que está rogando por el futuro, en ésta Corte de la Ley", yo pido amor- Mientras el juez acaba por bajar la cabeza con una leve sonrisa-
Esto ha sido casi por completo el monólogo que Welles se tuvo en el juicio para tratar de salvar a dos adinerados jóvenes, que mataron a otro por sentimiento de superioridad, cumpliendo sus fantasías. Dos jóvenes de 16 y 19 años.
Jamás pensé que podría hacer esto, en este mi querido periódico, siquiera parando y traduciendo.
A pesar de mi propia voluntad, no me hagas esto más José Amaro.
"du llu anderstan nau" Don Pedro Luis?
Saludos cordiales…
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