Huelga usted mañana

País de charanga y pandereta,

demolido por Franco y por la ETA,

de parlamentaria monarquía,

devoto de Guardiola y Di María,

de espíritu gandul y alma quieta,

ha de tener su fosa mariana,

su esquela escueta y su infausto mañana.

 

En vano ayer engendró un futuro

vacío y por desgracia duradero,

por obra y gracia de Zapatero,

un político merluzo y tarambana,

un simplón con hechuras de trilero,

a la moda de Zara insulso y zalamero,

un poco al uso de un Obama sin negrero,

pusilánime y cuatrero,

y, al estilo de esa España comisionista

y en el vicio de pedir especialista,

ágrafo, mediocre y embustero.

 

Esa España inferior que ora y bosteza,

vieja y tahúr, haragana y cuentista;

esa España inferior, pepera o huelguista,

que la cabeza agacha o embiste,

aún tendrá luengo parto de Borbones

amantes de sagradas tradiciones,

de suculentas comisiones a borbotones,

y de sagradas formas y carteras;

florecerán las barbas realejeras,

y otras calvas y otras rubalcabas calaveras

brillarán, impresentables y verbeneras,

cual hoja de navajas traicioneras.

 

El vago ayer engendrará un mañana

vacío y ¡por desgracia! duradero,

la sombra de un merluzo tarambana,

de un simplón con hechuras de trilero;

el vacuo ayer dará un mañana cero.

 

Como la náusea de un sindicalista ahíto

de no dar golpe, un viejo sol corona

de ERES turbias al rubio principito;

hay un mañana desesperante escrito

en la hipoteca pragmática y mamona

que con sudor y sangre pagamos al banco cabrito.

 

Y ninguna otra España nace,

ya que una feliz PPpace

y la del cincel y de la maza

en la cola del INEM perece,

mientras la juventud eterna se desguaza

camino de la frontera, implacable y redentora,

que parece el sino de esta raza

que hoy en día languidece,

a la espera de que el hacha vengadora

de nuevo nos arruine y nos despiece.