A don Vicente Aleixandre, que espero sepa perdonarme con su inveterada bondad
A veces ser humano es difícil. Se nació casi al borde.
Helo aquí, y casi mira. Desde su estar inmóvil rompe el aire
y asoma súbito a este frente: aquí es asombro.
Pues está y os contempla, o más, pide ser visto, y más:
mirado, salvo.
Tiene su pelo mixto, cubriendo desigual la enorme masa,
y luego, más despacio, la mano de quien aquí lo puso
trazó lenta la frente,
la inerte frente que sería y no fuese,
no era. La hizo despacio como quien traza un mundo
a oscuras, sin iluminación posible,
piedra en espacios que nació sin vida
para rodar externamente yerta.
Pero esa mano sabia, inhumana, más despacio lo hizo,
aquí lo puso como materia, y dándole
su calidad con tanto amor que más verdad sería:
sería más luces, y luz daba esa faz de piedra.
La frente muerta dulcemente brilla,
casi riela en la penumbra, y vive.
Y enorme vela sobre unos ojos canijos,
horriblemente dulces, al fondo de su estar, vítreos sin
lágrima.
La pesada cabeza, derribada hacia atrás, mira, no
mira,
pues nada ve. La boca está entreabierta;
sólo por ella alienta, y los incisivos asoman, ríen,
mientras la cara grande muerta, ofrécese.
La mano aquí lo puso, o acarició
y más: lo respetó, existiendo.
Pues era. Y la mano apenas lo eligió exaltando
su dimensión veraz. Más templó el aire,
lo hizo más verdadero en su oquedad posible
para el ser, como una onda que límites se impone
y dobla suavemente en sus orillas de liliputiense.
Si le miráis le veréis hoy ardiendo
como en húmeda luz, todo él envuelto
en verdad, que es amor, y ahí adelantado, encendido,
pidiendo, suplicando sin voz: pide ser oído.
Miradle, sí: escuchadle. El fía en el hombre.
Y en el hambre fía su fea porfía
de quien ni de su sola sombra se confía.
GALVA
Si Los Gracos levantaran la cabeza……
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