Y la Banda sigue

Con 153 años de vida, la banda municipal de música de Los Llanos de Aridane ejemplifica un caso de solidaridad y cohesión social. El siglo XIX, como se ha dicho una y otra vez, La Palma vivió su edad de oro en la cultura. Con la llegada de la imprenta a Santa Cruz de La Palma y el nacimiento de El Time se pone en circulación un peculiar movimiento periodístico con históricas publicaciones satíricas, católicas, gremiales, anarquistas. Un periodismo con fuerte impregnación literaria y que hizo mucho por la conservación de los montes, la reclamación de comunicaciones y el resto de los "intereses materiales y espirituales". No cabe duda de que estuvo al servicio de las banderías políticas pero también estuvo marcado por una fuerte impregnación de la masonería y el espíritu ilustrado. El nacimiento de la banda, tal como ha contado María Victoria Hernández, se produjo por suscripción popular. Los palmeros de la emigración enviaban desde Cuba recursos para la mejora del pueblo, así llegó por ejemplo el reloj de la torre de la iglesia. Muchos han sido los directores que han pasado por la banda, el último de ellos es Gonzalo Jaubert. Nacido en Santa Cruz de La Palma, obtuvo el título de Violín en 1996, amplió sus estudios en Cataluña. Como las islas son tierra de mestizaje, el apellido Jaubert es también de ida y vuelta. De Francia a La Palma y de La Palma a América, así entre los defensores de la fortaleza del Alamo, Texas, 1836, ya había algún Jaubert. Gonzalo pertenece a una saga en la que hay artistas, profesionales, gente de saber. El ha interpretado bajo la batuta de directores como Edmon Colomer, Víctor Pablo Pérez, Helmut Rilling y Antoni Ros Marbà, entre otros; además ha participado en formaciones camelísticas y al frente de la Academia Municipal de Música llanense ejerce una labor de pedagogía y siembra, incorporando a componentes de poca edad. Por suerte la cantera sigue viva, y es corriente ver a jóvenes, casi adolescentes, haciendo sonar su instrumental. Gonzalo ha sido profesor de violín en diferentes escuelas de música de Cataluña y Canarias, del conservatorio profesional de Lleida y de otros. La Palma fue una isla inquieta y activa, y hoy en día los coros, las agrupaciones folklóricas y la música tradicional cubana siguen teniendo un gran protagonismo.