El paro juvenil es agobiante, quizá no solo por la crisis sino también por la mala calidad educativa. Suele pensarse que la educación aquí es deficiente, desde primaria a la universidad y por ello el fracaso escolar es elevado. Ahora el secretario general de la OCDE avisa que el nivel de competencia de los graduados universitarios españoles está a la altura de los alumnos japoneses de secundaria, es decir, de los que van al instituto. Fundada en 1961, la OCDE es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, agrupa a 34 países y su misión es promover el bienestar económico y social. ¿De verdad son tan malas las universidades de por aquí, y qué es lo que falla: el sistema, el profesorado, los alumnos o todo?
Ciertamente, es difícil creer del todo esas clasificaciones internacionales de calidad de las universidades, en las cuales los primeros puestos son para los centros norteamericanos, el segundo tramo para los anglosajones y el tercero para los alemanes. Desde Harvard, el Instituto de Tecnología de Massachusetts y Stanford a la Complutense de Madrid y las universidades de Barcelona existe un abismo de presupuesto y eficiencia. Los recortes han golpeado aquí y allá, y por ello sorprende un tanto la relativamente buena nota que sacan la Politécnica de Valencia y la Universidad de Granada, incluso más modestamente progresan Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna.
Está claro que la mejor educación incrementa las posibilidades de empleo, y también influye la buena reputación de la universidad donde estudia cada cual. Pero todo eso también puede ser un espejismo. En mis tiempos, en aquel tramo final de los sesenta, en periódicos de Madrid como el ABC se publicaban anuncios donde las empresas solicitaban titulados, con el siguiente latiguillo: "Abstenerse licenciados de Murcia, Oviedo y La Laguna". Eran tiempos carenciales, pero La Laguna ya tenía prestigio en Química por la labor del profesor Antonio González y en Física gracias a don Benito Rodríguez Ríos, francotiradores dentro del panorama de escasez de medios. En Derecho y Filosofía y Letras coincidieron grandes docentes como Alejandro Nieto, Hernández Rubio, Emilio Lledó, Salvador Caja, Quirós, Antonio Bethencourt Massieu, el palmero esperantista Juan Régulo, etcétera, y de La Laguna salieron buenas camadas de juristas, historiadores y filólogos, pese a los cuales La Laguna seguía teniendo escasa credibilidad. Y los canarios autoalimentábamos viejos complejos de inferioridad.
Ahora que proliferan universidades privadas aquí y allá, con titulaciones y prestigios que habría que analizar con lupa, se nos dice que la buena reputación de la universidad donde uno ha estudiado abre puertas para estudios más avanzados y mejora las posibilidades de empleo. De difícil aplicación esta máxima cuando nuestros titulados están haciendo las maletas para Europa, Norteamérica, América Latina y hasta para Marruecos; tenemos numerus clausus en Medicina pero importamos médicos de Cuba, Bulgaria u otros lugares exóticos mientras los nuestros limosnean una plaza. Con este maremágnum las clasificaciones internacionales sobre las mejores universidades fomentan lo que se ha dado en llamar "turismo educativo", en el que EEUU, Gran Bretaña, Australia o Alemania consiguen estudiantes extranjeros. En España se dice que las Escuelas de Negocio han conseguido cierto nivel y eso les ha permitido atraer algunos estudiantes extranjeros. En Canarias, particularmente en la ciudad de Las Palmas, han abierto centros de este tipo: escuelas de alta dirección, centros de estudios financieros, institutos de empresa, etc. ¿Son tan excelentes como proclama la publicidad que originan o si eficacia es tan cuestionable como la moda de los masters, que a veces constituyen un verdadero timo?
A lo que íbamos: a pesar del progreso en la extensión de la educación superior, ha dicho el portavoz de la OCDE que la calidad de la formación universitaria entre nosotros dista todavía mucho de alcanzar la de otros países, y por ello los titulados tienen dificultad para enfrentarse a los problemas y retos de la vida real. La compresión lectora, la capacidad de cálculo y la resolución de problemas en España deja mucho que desear, ha insistido a la vista de los resultados de la Evaluación Internacional de la población adulta (Piacc). Ha añadido que "la calidad de la educación y la adecuación de la educación al mercado es el desafío de las universidades españolas", algo en que los organismos públicos y privados deben trabajar. Para conseguir unas universidades de más calidad ha defendido su especialización, pues las españolas tienden a ser generalistas "excesivamente", con ofertas académicas similares entre muchos centros. Aquí La Laguna y Las Palmas se hacen la competencia en vez de tender a la complementariedad. Debería apostarse por la investigación, pues además de la caída de la inversión en este sector, las empresas españolas no son de las más interesadas por la I+D+i. Sobre financiación, ha puesto el ejemplo de los países donde pagar por ir a la universidad pública no es tabú, sino que se hace un análisis de la capacidad socioeconómica de cada joven; cuando no tienen recursos, se les aplican "becas-crédito" que puedan devolver cuando trabajen: se cobra al que puede y al que no, se le ayuda. Habría que anotar que en las universidades norteamericanas, muy caras, abundan becarios de Asia que tienen las puertas abiertas si muestran habilidades, talento y capacidad de estudio.
Habría que ofrecer más reciclaje al profesorado, y quizá también habría que exigir un alumnado atento y predispuesto al esfuerzo. Dada la benignidad de nuestro clima, cada nuevo curso nuestras universidades atraen varios cientos de estudiantes Erasmus procedentes de países nórdicos. A veces es fácil encontrarlos haciendo surf en Fuerteventura o en Pozo Izquierdo. A veces en julio nos da por ponernos aguafiestas y lo achacamos al clima. En este inicio del verano la temible panza de burro nos trae días tristones y hasta con nieblas y llovizna. ¡Cómo no añorar el sol radiante en el valle de Aridane, Mogán, Los Cristianos o Morro Jable! Y disculpen a los del signo Virgo por ser tan hipercríticos.
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Si analizamos las cifras estadísticas del paro por tramos de edad, y como es natural tendemos a alarmarnos por el elevado número de jóvenes que en los mejores años de su vida permanecen mano sobre mano y con negras expectativas en tanto a conseguir un trabajo acorde a su formación, no debemos olvidarnos que el número de mayores de cincuenta años sin ninguna esperanza ya de cotizar lo suficiente para cobrar una pensión con la que puedan sobrevivir sin ir a Cáritas como última alternativa, es asombrosamente creciente.
Pobre situación el verse con cincuenta años y desvalido para un trabajo útil y remunerado.
Qué pecado ha cometido este país para que después de unos cuantos años de bonanza con grandes plusvalías, los réditos o estén en paraísos fiscales o se hayan ido por los inmensos sumideros de la administración pública y la corrupción, en vez de haber sido reinvertididos en el tejido productivo y sostenible sin el cual jamás saldremos de este atolladero.
Algo habremos hecho rematadamente mal para que los más débiles como siempre hayan de encontrase por un lado sin perspectivas y por el otro condenados a la miseria.
El Fondo Monetario no se le ocurre otro remedio que pontificar que 650 Euros mensuales es demasiando para el salario mínimo.
Terminaremos como en tiempos de Roma cuando el trabajo manual lo hacían los esclavos a costo O. Esa será pronto la conclusión a la que llegarán tan insignes cabezas, mientras nuestros gobernantes aplauden con las orejas.
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Vayapoliticos
cosmonauta, del mismo modo que el nacionalismo de hoy en día, aludiendo a que el gobierno nos roba, y enseñando desde pequeñitos un odio hacia el resto del estado español, sobre todo en los territorios Vascos y Catalanes. La mayoría de la sociedad somos un rebaño de ovejas que estamos esperando que el lobo nos salve. Sabemos que nos están llevando al matadero pero confiamos ciegamente en ellos. En cuanto a la educación, si hay algo en lo que estoy más que avergonzado es en la poca incidencia, que se le da al aprendizaje de los idiomas. Y más en un territorio cuya subsistencia depende en gran parte del turísmo. Ver que no soy apenas capaz de vomitar palabras sueltas, me resulta de auténtica vengüenza de mi mismo, y de nuestra educación.
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cosmonauta
Señor Pevalqui..Sus comentarios también me parecen interesantes
Saludos amigo.
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PedroLuis
Así es estimado profesor… Imagínese en mi caso, que malamente hablo el castellano-canario…
Cerca de casa, Sam (la verdad no sé si chino o coreano), junto con su familia, lleva un pequeño bar, que de vez en cuando visito con algún amigo… Nada más entrar a la puerta, con una rapidez endiablada anuncia: “ya está malchando el coltado de leche y leche, Señol, coltito de café… ¿qué toma su amigo?”… para inmediatamente seguir emitiendo unos “rugiditos” entrecortados, por el tono parece como discutiendo, con alguno de sus hijos, que ciertamente despiertan tanta hilaridad como admiración, pero de los que resulta absolutamente imposible entender nada… entonces, uno se imagina en la China, y le da sentimiento… Y sí, son muchos, “muy trabajadoles y agaladitos pa las pela, que cuesta mucho venil de tan lejos”…
Un fuerte abrazo.
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pevalqui
Siempre interesante, como todos sus relatos, amigo Cosmonauta.
Estimado Pedro Luis, ya lo sabe por experiencia: los chinos, aparte de disciplinados, se multiplican como las hormigas por todo el orbe. Si no le compras un candado, se lleva una para casa una carne agridulce o un arroz al gusto. Y encima le hablan a uno en nuestro idioma. ¿Se imagina por un momento que estuviésemos en la situación inversa? Y mire que particularmente, tengo facilidad para el aprendizaje de los idiomas.
Le voy a contar una anécdota: en una ocasión en uno de estos cursillos de reciclaje a los que tanto estamos acostumbrados, me dieron una clase de chino mandarín en Inglés. Idioma tonal con siete tonos diferentes para una misma palabra. Las lágrimas de la risa nos brotaban por las mejillas, ante la impotencia de generar cualquier palabra audiblemente entendible. Aparte del buen rollito que siempre suele haber en ese tipo de situaciones.
Hasta luego.
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cosmonauta
UN PROFESOR DE ORIGEN PALMERO
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En pocas palabras les voy a informar a todos ustedes que en la universidad de Merida en la república de Venezuela un profesor oriundo de las islas Canarias fue el protagonista de un hecho bochornoso que por lo velay en vez de ira provoca risas.
El hecho aconteció en el paraninfo de dicha universidad cuando este hombre en un discurso que iba dirigido a los estudiantes tuvo el tupé de comparar a El general Francisco Franco con Simón Bolívar. Los silbidos y las protestas fueron de tal magnitud que se escucharon a cientos de metros de distancia de esa casa de estudios.
Ese discurso panegírico, y esa asnada le costó muy caro a este abyecto personaje pues fueron tan enjundiosas las protestas que se vieron obligados a pedirle su renuncia.
Este proceder de un profesor universitario por lo necio hasta produce hilaridad, pero amigos así sucedió..Pobre diablo así seria el lavado de cerebro que le habían hecho en las islas Canarias para que este hombre se ganara por errores propios el desprecio de toda una alma mater, y dudo mucho que pudiese conseguir trabajo como docente en otra universidad pues al ser expulsado de una, esto se convierte en un anatema.
Este es un claro ejemplo de como la propaganda constante del régimen franquista hizo mella en los cerebros de muchos y les quedo marcado como una maldita impronta para toda su miserable vida…Pobres diablos.
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PedroLuis
No se preocupe Sr. "McCourt", se le entiende perfectamente. Y se le comprende. Sus reflexiones o consideraciones son muy compartidas.
Comprenda usted también, que siendo uno del "ramo", imposible no considerarse una "flor"… bien marchita, por cierto. Convencido de nuestras limitaciones y posibilidades, encajamos la parte de crítica que nos toca, y desgastados por el tiempo, tratamos de hacer lo que buenamente podemos… A estas alturas, ya no estamos para "ramos" nuevos… Lagarto, lagarto: ¡las coronas!
Amigo "pevalqui", pues será cuestión de irse "pa la China", porque acortar los días o cambiar de latitud de España, no parece estar por ahora dentro de nuestras posibilidades.
Por cierto, tiene razón en lo que se refiere al prof. Rubio, de grato recuerdo. Aunque cuando el llegó a La Laguna, ya se encontró con una Facultad de Químicas cimentada por las referencias que nos da don Luis, que son algo anteriores en el tiempo.
Saludos cordiales. De momento tratamos de no perder el sentido el humor… Y, en relación con el asunto tratado, a veces cuesta.
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pevalqui
Parece que son los chinos, los que apuntan mejor en los informes. Con un sentido de las disciplina más arraigado que en España. Hasta hace bien poco se llevaba la palma Finlandia. Pero también hay que considerar que la realidad social es bien diferente, incluido el clima. Son menos habitantes por kilómetro cuadrado, y con una ratio por clase muy inferior. Y eso que ellos comienzan la escolarización a los siete años, según tengo entendido. Oscurece muy pronto durante los meses invernales, reagrupando las familias en el interior de las viviendas. Muchas cosas a tener en cuenta.
Hasta luego.
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McCourt
Estimado PedroLuis, de ningún modo quería generalizar ni echar todo el peso del problema educativo sobre el profesorado. Como usted bien comenta, la tontería de la excesiva importancia de la pedagogía -que esconde, en muchos casos, falta de análisis verdadero de la cuestión- es uno de los problemas a anotar.
Pero me gustaría que no nos comparásemos a Japón, ni siquiera a Finlandia. Lo digo por lo siguiente: los alumnos japoneses pertenecen a una sociedad completamente autoritaria y estratificada, donde la opción de no estudiar significa la exclusión social. Finlandia, por otra parte, con su alabado sistema educativo, es un país muy liberal, lo cual no es malo, pero lo comento porque no estoy seguro de que España sea una sociedad tan liberal y tan madura en ciertos sentidos, como para permitir a escuelas e institutos elegir a su profesorado (segurament si eso ocurriera aquí, caeríamos en amiguismos y fraudes), por eso creo que son dos casos en los que podemos fijarnos pero que no son aplicables a nuestro país.
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PedroLuis
Bueno, que estamos "obsoletos" es evidente… Escribí el texto en esta ventanita… Para evitar martirizarlos con "demasiados errores ortográficos", lo pasé por word… "copia y pega"… y no sé por qué tengo la impresión que en el anterior envío se quedaron flecos por el camino… Lo peor es que en el otro creo que escribí algo relacionado con el Diablo… En fin, toménlos como complementarios, y disculpen… Si no fuera así, ya saben aquello de "no quieren caldo, pues dos tazas".
Comprendido y disculpado, don Luis. Lo bueno (o lo peor) de los Virgo, es la autocrítica.
Vista desde fuera, la educación en cualquiera de sus niveles, deja mucho que desear. Vista desde dentro, es mi caso, también.
La crisis de la educación en España es, ni más ni menos, la crisis del país, de la sociedad, de los políticos, de los profesores, de los alumnos, de los padres de los alumnos, y ya también, de sus abuelos. De entre ellos, salimos todos nosotros, para hacer las leyes, los presupuestos, el control y la eficiencia de su gestión, los evaluadores, los evaluados, los corruptos, los listos, los tontos, … toditos.
Graduados, como antes licenciados, los hay muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos. Y eso vale para cualquier profesión.
Si ahora los graduados están al nivel de bachilleres, cosa que no discuto, será porque hemos convertido tanta universidad provinciana en institutos. Y eso no me gusta instrumentalizarlo, porque siempre digo que en el instituto tuve algunos de los mejores profesores, como en la universidad algunos de los peores.
Sr. "McCourt", puede tener razón en cuanto a los profesores con "métodos obsoletos y completamente apoltronados". Tal vez yo sea uno, aunque lo que percibo en mi entorno -y le aseguro que no soy el único-, más que eso, es hartazgo de tanta burocracia y tanta pedagogía, tan banal como críptica e inútil.
La mejor prueba de que todo eso no sirve de mucho, es que el profesorado universitario está sometido a un continuado proceso de evaluación, que atañe a los individuos, a los departamentos, a los centros, y a las universidades. Y estamos donde estamos. Como mínimo, donde mismo estábamos.
Algunos, ya por poco tiempo, vamos a ver si las nuevas generaciones tienen más suerte, son más inteligentes, se reciclan mejor, y sobre todo son capaces de recuperar la cultura del esfuerzo y de la seriedad. E intuyo que no va a ser fácil, porque aquí la cultura del “estudia para que no tengas que trabajar” ha calado muy hondo.
Por cierto, don Luis, ya que atañe a su ramo, no estaría mal, para empezar, someter a un proceso de evaluación “continua y rigurosa” a los “universitarios de la vida”, que conforman una buena cohorte de alumnos y profesores.
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