Un apunte muy curioso. La mayoría de la gente de La Palma suele verse a sí misma como independiente. Frases como "a mí nadie me maneja", "yo a lo mío", "en lo mío mando yo", etc., son moneda corriente. Sin embargo, la realidad es diametralmente contraria: orejas gachas, sí bwana, lo que diga el encargado/jefe/alcalde/cualquier otro superior, etc. En resumidas cuentas, prácticamente no hay espacio para una discrepancia sana, lógica y, obvia decirlo, democrática. Mucho rajar de ciertos políticos en los bares, pero luego cuando entran por la puerta son los primeros en adelantarse para darles la mano. Claro que, si tenemos en cuenta que los pocos que se han atrevido a salir de la filita de hormigas han sido defenestrados de por vida, tal vez convenga hacerse el tonto…
Altaguna
Totalmente de acuerdo con Casper. Osea, que no me voy a repetir. Se los dice uno que ha sufrido innumerables sinsabores por ser protestón contra los jefazos de aqui. Y lo peor es que cuando tú pasas de sus amenazas, van a por tu familia, lo cual ya es inmundo.
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linea
seguro Sergio…. eres Godo?? si de esos que echaron de su tierra y ahora vienen a La Palma a decir que esto no sirve??? pues mira a ver vale, porque ya se a donde te voy a enviar
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CASPER
y esa cualidad no es exclusiva del palmero, que tampoco somos tan malos ni los demás tan buenos.
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CASPER
Tienes razón Sergio, aunque en algunos casos es entendible en que la gente no diga lo que piensa en todos sitios por miedo a salir malparado.
Un ejemplo son las manifestaciones, donde mucha gente incluso de La Palma sale a protestar, ya sea en contra de los recortes en sanidad y educación, por la retirada de las pagas extra a los funcionarios, etc. Pero a ver cuanta gente saldría a manifestarse en contra de los sueldazos que se autoimponen en los ayuntamientos, además de otros muchos privilegios que tienen y que ahora se quieren controlar con la ley de las administraciones locales. El alcalde o concejal puede estar detrás de cualquier esquina mirando.
Otro ejemplo. A un empleado de un ayuntamiento que tenga que desplazarse fuera de la isla por motivos de trabajo le corresponderá una determinada dieta en concepto de gastos diversos, como la comida. La dieta por idéntico motivo para un alcalde que se tenga que desplazar a Tenerife por ejemplo, suele ser el doble, como si un alcalde comiese el doble que un trabajador normal, o requiriese otro tipo de menú de más calidad.
En ese caso, ¿el trabajador qué podría hacer?, si no es funcionario con plaza fija. Pues lo normal es que se queje o diga lo que piensa a otras personas pero con cuidado de que no se entere el alcalde, por supuesto, no sea que le vaya a ocasionar un problema.
Ni Rajoy ni Paulino Rivero se van a enterar de quienes van o no van a manifestarse contra ellos, en cambio a los alcaldes los tenemos más cerca y nos afectan en el dia a dia.
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Isora28
De acuerdísimo!
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