QUE VUEVA EL SERVICIO MILITAR?

Escarabajo:

En las abundantes maniobras de mi servicio militar nos reíamos de lo poco que hubiera durado Johnny Rambo en una guerra real. El estreno de la primera parte de esa película coincidió con mi época castrense. Lo mismo que el USMC se descojonaba de las proezas en celuloide de John Wayne.

Salga del armario de una vez y deje de leer a Chomsky y a Sampedro. Cómprese una escopeta de aire comprimido para dispararle a las tuneras. Cuidado de meterse en un espacio natural o/y cerca de donde pueda aparecer el Seprona.

Galva:

En los primeros años 80 estaba aún el CETME C con su culata y guardamano de madera -en la GOE 1 de Madrid era el FUSA que teníamos- pero hacia el final de mi servicio militar sí me acuerdo de ver a La Legión desfilando con el CETME L con aquellas partes de plástico verde y muy liviano aunque aún no era de dotación ni se fabricaba en serie. Tuvo problemas en su uso pues, con el paso del tiempo y debido al mal diseño y una deficiente compresión de los gases, hacía que muchos fusiles tuvieran daños en el ánima del cañón al perder su alineamiento. La chapuza patria.

Igualmente, la pistola era una STAR del 9 Largo muy parecida al modelo Colt 1911A1 del ejército norteamericano. No teníamos munición del 9 Parabellum. Las pistolas LLAMA de este calibre, posteriores, no las caté.

El HK G36 sólo lo he visto, pero supongo que debe tener todos los parabienes de los usuarios de armas ya que los alemanes son, a mi entender, el pueblo mas dotado para diseñar, ensamblar, apretar y fabricar todo tipo de tornillos, tuercas, metales y mecanismos de lo que sea. Después de todo, el tan famoso rifle Kalashnikov -el AK- no deja de ser una copia del fusil de asalto StG 44 que se hizo en la Alemania nazi y fue usado por su ejército en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial. El arma de los parias de la tierra fue diseñada por el Tercer Reich de los mil años. Qué cosas.

Escarabajo:

Salga del armario ya y, al menos, cómprese una escopeta de balines y vaya a matar barboles que hay más que nunca. A los pajaritos no se le ocurra dispararles; nunca pude hacerlo. En algo me tenía que parecer a Paulino y a Maduro.