Manolo y Pepe eran dos sacerdotes pasando vacaciones en las Hawaii. Estaban determinados a tomar una real vacación, no usando nada que pudiera identificarlos como clérigos.
Tan pronto el avión aterrizó, se dirigieron a una tienda y adquirieron algunas bermudas, franelas, sandalias y anteojos negros realmente
llamativos.
A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo
turístico.
Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo un trago y disfrutando
del sol y el paisaje, cuando una rubia despampanante que mataba, usando un bikini topless pasó caminando junto a ellos, que no pudieron evitar mirarla con admiración.
Al pasar frente a ellos, la rubia sonrió y dijo: -"Buen día, Padre", "Buen
día, Padre", saludando y dirigiéndose a cada uno individualmente al
hacerlo.
Ellos quedaron atónitos. ¿Cómo diablos podía ella saber que estaba frente a sacerdotes?
De manera que al día siguiente, ellos regresaron a la tienda y compraron
prendas aún más llamativas, de corte super moderno y distintos anteojos
para sol, de curioso diseño y últísima aparición.
Una vez más, con su nuevo atuendo, se ubicaron en sus sillas para disfrutar
del sol.
Luego de un momento, la misma rubia atractiva, usando un diferente y
colorido bikini topless, volvió a pasar frente a ellos, y una vez más los saludó diciendo:
"Buen día, Padre", "Buen día, Padre" y comenzó a alejarse.
Manol no pudo evitarlo y dijo:
– "Un momento, señorita"
– "Si, Padre?"
– "Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero debo saber cómo es posible que usted sepa que somos clérigos, vestidos como estamos?"
Atilaelhunico
Manolo y Pepe eran dos sacerdotes pasando vacaciones en las Hawaii. Estaban determinados a tomar una real vacación, no usando nada que pudiera identificarlos como clérigos.
Tan pronto el avión aterrizó, se dirigieron a una tienda y adquirieron algunas bermudas, franelas, sandalias y anteojos negros realmente
llamativos.
A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo
turístico.
Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo un trago y disfrutando
del sol y el paisaje, cuando una rubia despampanante que mataba, usando un bikini topless pasó caminando junto a ellos, que no pudieron evitar mirarla con admiración.
Al pasar frente a ellos, la rubia sonrió y dijo: -"Buen día, Padre", "Buen
día, Padre", saludando y dirigiéndose a cada uno individualmente al
hacerlo.
Ellos quedaron atónitos. ¿Cómo diablos podía ella saber que estaba frente a sacerdotes?
De manera que al día siguiente, ellos regresaron a la tienda y compraron
prendas aún más llamativas, de corte super moderno y distintos anteojos
para sol, de curioso diseño y últísima aparición.
Una vez más, con su nuevo atuendo, se ubicaron en sus sillas para disfrutar
del sol.
Luego de un momento, la misma rubia atractiva, usando un diferente y
colorido bikini topless, volvió a pasar frente a ellos, y una vez más los saludó diciendo:
"Buen día, Padre", "Buen día, Padre" y comenzó a alejarse.
Manol no pudo evitarlo y dijo:
– "Un momento, señorita"
– "Si, Padre?"
– "Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero debo saber cómo es posible que usted sepa que somos clérigos, vestidos como estamos?"
Ella replicó:
– "Padre, soy yo… ¡ la Hermana Dulce de Leche !"
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