Hola a todos, llevo ya tiempo leyendo este periodico pero no había decidido participar hasta ahora. Bueno pues soy un palmero que ahora mismo no se encuentra en la isla y les relataré a continuación el porqué no estoy en la isla, ya que lo que les voy a contar es realmente para hacer una reflexión de todos los palmeros. Bueno pues soy técnico superior en turismo, hablo inglés y un poco de alemán, tras acabar los estudios decidí quedarme en la isla para buscar mi futuro laboral aquí, después de meses buscando trabajo y dejando curriculums en los Hoteles, apartamentos y otros establecimientos turísticos de la isla me encuentro con que en todos los establecimientos me dicen que, ahora mismo no tienen nada, en algunos lugares fuí hasta 4 veces, al final me llamaron del hotel de Fuencaliente pero para trabajar de ayudante de cocina y con un contrato de 5 meses, y ojo, esto fué en el año 2007, cuando La Palma dicen que estaba en su mejor auge económico y con la tasa de paro mas baja que haya tenido nunca en el resto de España. Pues tras trabajar como un negrero en ese hotel en algo que nada tenía que ver con mis estudios, finaliza mi contrato sin posibilidad de renovar, la excusa es baja ocupación del hotel, luego tuve la suerte de entrar en las campañas de incendios de Tragsa durante varios veranos, pero estamos en lo mismo, son solo contrataciones temporales, que mientras yo me seguía moviendo por otros lados dejando curriculums para trabajar ya en lo que fuera, me daba igual trabajar de camarero, que de comercial o de lo que fuera. Bueno pues frustrado por no encontrar no solo un trabajo relacionado con mis estudios, sino cualquier otro trabajo, decido el año pasado en irme solo para el Reino Unido, tras llegar al país, al segundo día cuando fuí a una tienda de telefonía movil a hacerme un contrato en el Reino Unido para poder hablar con la familia, tachánnn, en la misma tienda me ofrecieron trabajo como repartidor de folletos de publicidad de la compañía para colocarlos en negocios y empresas, lo malo es que estaba recien llegado y me estaba hospedando en un hostal y tenía que estar residiendo en un hogar, tener cuenta bancaria en el pais y el numero de la seguridad social de UK, y tuve que rechazar la oferta, al cabo de varias semanas, cuando ya tenía un hogar donde quedarme, y ya había tramitado el numero de la seguridad social y la cuenta bancaria en Uk, lo imprescindible para trabajar allí, comenzó mi batalla de entregar curriculums, me llamaron de muchos sitios, me hicieron entrevistas y trainings en muchas empresas, restaurantes, empresas de distribución, etc.. y hubo un día que me llamaron de 5 empresas a la vez y tuve que tomar una decisión y elegir solo una, y fué en la multinacional mas famosa de hamburguesas, pues eso, que al final conseguí un puesto de trabajo en un McDonall´s, y lo mas increible de todo es que cuando voy a firmar el contrato voy y veo que no dice nada sobre la duración del contrato y me dicen que el contrato es de duración indefinida y que solo me puedo ir cuando yo lo desee. Es decir, me paso en la isla de La Palma años buscando un contrato deseando que sea por 1 año o algo mas, y luego resulta que en este país, a parte de encontrar trabajo mucho mas facil que en la isla, ¡VEO QUE ENCIMA HACEN CONTRATOS FIJOS NADA MAS EMPEZAR! Pues llevo ya casi un año aquí, aún continúo trabajando en el McDonall´s, me he acomodado al trabajo, gano suficiente para pagarme mis cosas aquí, mucha gente me ha dicho que me largue de una vez y me busque una cosa mejor, de hecho ya lo empecé a hacer y ya tuve hace unos días una entrevista de una empresa forestal teniendo en cuenta mi experiencia laboral de Tragsa en España y a la espera estoy de que me confirmen si me llaman o no. Lo que quiero es que ahora reflexionen, ¿que pasa en La Palma? os lo juro que estoy con ganas de volver a la isla, aquí yo lo paso mal sobre todo el clima que siempre está haciendo frio, pero ¿y para que vuelvo? si ahora me dicen que la cosa está aún peor. Entonces no me queda mas remedio que quedarme por aquí, pero reflexionen y esperando estoy que algún empresario o alto mandatario político se pase por este medio y lea mi intervención a ver si así reflexionan también, porque cuando vine a este país es cuando realmente me di cuenta de que La Palma está funcionando FATAL.
Pintao
He de reconocer Sr. Apurando que no estando en desacuerdo con Vd. pues generalmente suele reforzar sus argumentos con datos, he de decirle que en este caso el problema no es que Vd. me convenza de que el sector primario tiene un valor añadido y una productividad inferior a la industria o el turismo.
El problema es que en La Palma no veo que a medio plazo tengamos otra alternativa mejor que el desarrollo de la agricultura de hortalizas y frutas complementado con la ganadería que seamos capaces de producir.
No veo que a medio plazo se vaya a instalar en la Palma ninguna industria capaz de necesitar el suficiente número de puestos de trabajo para que sea una solución, y del turismo, qué quiere que le diga?.
Dado el enfoque que el producto turístico palmero tiene, vemos año tras año que difícilmente es capaz de colocar en el mercado las plazas turísticas que tiene por diversas razones que en profusión hemos analizado en estas páginas.
Y si no podemos confiar en que industria o turismo sean capaces de sacarnos del pozo, porqué no ocupar parte del inmenso volumen de alimentos que nos vemos obligados a importar a Canarias con la consiguiente salida de recursos por otro lado necesarios para el desarrollo interno?
Es que si contáramos con una legislación que propiciara la producción interna en vez de la importación, sólo de lo que podamos producir, no me dirá que el hecho de crear actividad económica aunque sea de bajo valor añadido, no redunda en que aumente un fjujo de actividad que ayudaría sin lugar a dudas a paliar la insostenible cifra de parados y por ende a disminuir la pobreza galopante que muchas familia canarias están condenadas a sufrir.
A que esperamos, a que por arte de birle birloque transformemos la Palma en una nueva Lanzarote, cuando sabemos que esto no es posible, y créame que no es cuestión de gustos sino más bien de oportunidad.
En su día estudié el fenómeno de Madeira, pues pensaba que si ellos podían, porque no nosotros con una isla muy parecida y de tamaño similar.
Pero la cosa no es tan fácil, y la cosa no va solo de volumen de camas sino de implantación de un determinado producto turístico que ellos han tardado 80 años en poner en pié y además con las consiguientes connotaciones económicas y de afinidad que les ha proporcionado desde hace siglos la presencia de los británicos.
Si tiene alguna alternativa en mente, sería interesante confrontarla, pues siempre es interesante ver otras ideas.
Leer más
GALVA
En este medio han hablado varias personas que tienen esa dedicacion…
Con dignidad,orgullo,valoracion de la calidad de vida en la Naturaleza,en lo rustico ya cerca de lo urbano…
Tambien han registrado sus impresiones adoradores del becerro de oro,con todas las miserias que conlleva…
Leer más
apurando
Ya me gustaría conocer qué opinan sobre este tema las personas que viven de la agricultura como actividad primordial.
Leer más
Pintao
Está Vd. muy acertado Sr. GALVA en traer argumentos que refuercen la idea de que el sector primario no es algo que hayamos rebasado y que hoy día debamos olvidar como algo caduco y sin futuro.
Es cierto que hoy la vida en el campo no es la esclavizada vida del agricultor de hace sesenta años, pues hay mucha tecnología a mano y además la vivienda rural suele ser espaciosa y permite vivir con mayor libertad que en muchos barrios urbanos.
Pero lo principal en el caso que nos ocupa no es otra cosa que hablamos de La Palma, y esta isla no tiene muchas más alternativas de desarrollo que modernizar el sector primario de medianías tanto como hemos tecnificado nuestra agricultura de exportación, que si algún problema tiene no es precisamente falta de desarrollo tecnológico sino más bien el tener que competir en desventaja con el tercer mundo con unos salarios propios de la época de la esclavitud.
Aparte de constatar que La Palma no tiene a mano nada mejor con que desarrollar su capacidad económica de tal suerte que pueda ofrecer una manera digna de ganarse la vida a muchos palmeros jóvenes que evite que tengan que emigrar, resulta que tal como está planteada la economía del Archipiélago, caminamos hacia atrás como los cangrejos.
Tenemos que satisfacer las necesidades de alimentación de una población de dos millones docientos cincuenta mil canarios, además disponemos de un mercado cautivo resultante de tener que producir comida para once millones y pico de turistas anuales.
Si teniendo la capacidad de producir en casa parte del 90 % del volumen que hoy importamos gastándonos unos recursos imprescindibles para desarrollar otros sectores, es que estamos poniendo la carreta delante de los bueyes y ninguna sociedad con un desarrollo cultural avanzado, permitiría ser engañada con el reclamo del REA, que buscando el subterfugio de abaratar la sexta de la compra, lo que consigue es justamente beneficiar a la minoría que recibe las subvenciones coartando la posibilidad de producir en casa mucho de lo que importamos.
Este es in principio simple de la macroeconomía de los países.
Quien importa lo que pude producir, o se debe a que lo que exporta lo hace con superavit y se puede permitir ese lujo, o lo que hace es empobrecerse cada día más y en el caso de La Palma, poniendo todo sus anhelos en que venga de fuera alguna idea luminosa que le permita dar el pelotazo que como siempre nunca es sostenible en el tiempo.
Tenemos que olvidarnos en Canarias que podemos vivir importando casi todo lo que nos alimenta, pues eso se lo permiten hoy en día pocos más que los Emiratos árabes del Golfo Pérsico,
y a todas luces, nosotros no somos tan ricos.
En palabras de un barloventero viejo, "eso lo ve hasta Julio el Cojo de Talavera".
Saludos cordiales.
Leer más
GALVA
Nada Pintao; no sabia donde ponerlo , y lo puse aquí…
Creo que es interesante ….
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/11/actualidad/1392151170_802474.html
La vida en el campo ya no es la de antes. Los pueblos están bien comunicados, tienen acceso a comodidades, como calefacción o nuevas tecnologías, y la incorporación de maquinaria, como riegos por goteo automatizados, permite que los agricultores se planteen librar fines de semana o tomarse unos días de vacaciones. Sin embargo, la imagen del trabajo duro que no da para vivir o la sensación de que solo se quedan en el campo quienes no valen o no les gusta estudiar sigue pululando en nuestra sociedad.
El relevo generacional en el campo es una cuestión urgente en España, y en el resto de Europa, desde hace años. Solo un 5% de los agricultores españoles tiene menos de 35 años, mientras que el 55% es mayor de 55 años, según datos de la Comisión Europea de 2010. El calendario avanza. Para 2020 hay previstas 4,5 millones de jubilaciones en el campo, y la fórmula mágica que agilice la llegada de los jóvenes no termina de llegar. ¿Por qué?
No todo es cuestión de dinero, aunque tiene un peso muy importante. Los sindicatos (COAG, UPA, ASAJA) y los agricultores se quejan de la falta de ayudas y de las dificultades de acceso a los créditos y a la tierra. Otros expertos —como ingenieros agrónomos, sociólogos o técnicos de desarrollo rural— echan en falta una mejor organización del trabajo e inciden en la mala imagen que esta profesión sigue teniendo en un momento clave.
Los mayores acaparan la tierra por tradición
o dinero
Con la crisis, muchos jóvenes ven en el campo —que supone un 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB), según estimaciones para 2012— un refugio al que volver o en el que iniciar una nueva vida. Sin embargo, son los propios padres quienes les han inculcado que el campo no tiene futuro o ven en ese regreso un fracaso de sus hijos. “A partir de 2010 se ha notado un cierto repunte en cuanto a las incorporaciones de jóvenes”, observa Begoña Nieto, directora general de desarrollo rural del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Vienen de mercados inflados en épocas de vacas gordas, como el boom de la construcción, y buscan una oportunidad para volver a arrancar.
“Quienes más fácil lo tienen son los hijos de agricultores, porque ya tienen la tierra (uno de los bienes que más cuesta conseguir)”, destaca Ricardo Bayo, responsable de juventud en la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Comprar tierra es complicado y los requisitos que ponen los bancos para conceder los créditos tampoco ayudan. “Se ha especulado mucho con el boom inmobiliario”, incide.
“Se le ha hecho muy poco caso a la formación”, insiste una investigadora
Ana Velasco, profesora de la Escuela Superior de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, pidió a uno de sus alumnos que, como ejercicio, analizara qué había ocurrido con el suelo agrario de la comunidad murciana. Descubrieron que cerca de la mitad había sido recalificado, bien como instalaciones deportivas o suelo urbanizable. “Eran sobre todo pequeñas explotaciones que han dejado la actividad agrícola”, destaca esta profesora, también socióloga, dedicada durante años a investigar la sociedad agraria, como la incorporación de jóvenes al campo y su relación con la crisis.
En el último censo agrario, realizado por el Instituto Nacional de Estadística en 2009, se constató un descenso de un 44,7% en las explotaciones agrarias en los últimos 10 años. De los 1,7 millones de explotaciones de 1999 se pasó a 989.796. Sin embargo, la superficie solo bajó un 10%. En el camino se han quedado las fincas más pequeñas.
Un 44% de las explotaciones, sobre todo pequeñas, han cerrado en 10 años
“El modelo de agricultor que se quería para la Unión Europea, y hablamos del Tratado de Roma —que los Estados de la Comunidad Económica Europea firmaron en 1957—, defiende el modelo de explotación familiar y profesional de la agricultura, pero las paradojas de las políticas agrarias modernas hacen que se hayan erosionado precisamente esas explotaciones”, valora Velasco.
El acaparamiento de las tierras por parte de los mayores es otra de las quejas más repetidas. Los jóvenes de Castilla y León entrevistados por la profesora Velasco y Silvia Martín, de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, incidían en que sus mayores, sobre todo los abuelos, “no quieren soltar las tierras”. “Así, ven que el momento de la sucesión se va alargando, que la edad a la que se transmite el patrimonio a los sucesores es cada vez más avanzada”, concluyen las investigadoras.
Entran en juego también cuestiones culturales como que no está bien visto que quienes hereden la tierra se desprendan del patrimonio familiar. “Ocurre que se conservan sin trabajarlas, entonces se pierde un rendimiento que se conseguiría, por ejemplo, arrendándolas”, subraya Nieto, del Magrama.
La crisis impulsa a probar suerte en un sector que requiere tierra y dinero
En el precio de la tierra, o el afán por conservarla, también tienen mucho que ver las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), vinculadas en los últimos años a la extensión de tierras y no tanto a la producción. “Hay mucha gente que cobra y no trabaja la tierra. Son agricultores de sofá. Muchos están jubilados. Si te venden la tierra con los derechos adquiridos se puede triplicar el precio”, protesta Pilar Cuy, hija y pareja de agricultores en Huesca. Entre los 900.000 perceptores de las ayudas de la Política Agraria Común, solo 320.000 cotizan a la Seguridad Social.
Desde enero se han sucedido manifestaciones de agricultores para pedir cambios en las políticas europeas. Unos 500 agricultores se concentraron a mediados de enero en la puerta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Pedían al ministro, Miguel Arias Cañete, una apuesta firme y decidida por la nueva savia en el campo. Repartieron 5.800 manzanas, como símbolo de los jóvenes agricultores que han pedido incorporarse al sistema en 2012. La mitad se quedó fuera del sistema de ayudas por falta de fondos.
Un agricultor cuenta que a amigos suyos los “han desanimado ya en la ventanilla”
“En 2012 se perdieron 70 millones de fondos netos porque la Administración española no puso su parte (la Unión Europea aporta un 70% de ese capital y la Administración española un 25%)”, asegura Miguel Blanco, secretario de COAG. Justo en el momento en el que se tramita una nueva Política Agraria Común, que se aplicará entre 2014 y 2020, los agricultores protestaban porque las ayudas de 2012 no han sido abonadas en su totalidad, y tampoco las de 2013.
Las perspectivas de futuro son indispensables para que el relevo se produzca, pero no siempre se vinculan a las subvenciones. “En La Rioja hay mucha gente que se quiere quedar trabajando en la agricultura, ocurre lo mismo en Almería, con los invernaderos, en Huelva, con la fresa”, incide la ingeniera agrónoma Alicia Langreo, especialista en economía agraria y autora de numerosos estudios. En términos económicos, Langreo insiste en la necesidad de intensificarse, crecer, algo para lo que es fundamental la profesionalización. “Se le ha hecho muy poco caso a la formación, se ve como algo necesario para conseguir ayudas, más que para ejercer”, subraya.
Solo un 5% de
los agricultores españoles tiene menos de 35 años
El propio Arias Cañete se encomendó más al mercado que a las ayudas ante un auditorio de jóvenes agricultores congregados por ASAJA el 23 de enero para debatir sobre su futuro. El ministro, que recordó que su deber también es pelear por esos incentivos, subrayó que las nuevas políticas destinarán el 2% del dinero que recibirá España, 4.850 millones de euros, para apoyo de jóvenes agricultores y que luego gestionarán las comunidades. Entre ellas se contemplan medidas como una reducción de cargas fiscales o un mayor beneficio para los agricultores activos. “El sector agrario va a ser de los más competitivos en el futuro (…) vale la pena trabajar en él”, defendió.
“Lo que pasa es que no sabemos vendernos”, aporta Paola del Castillo, vicepresidenta del Consejo Europeo Jóvenes Agricultores (CEJA), organismo que representa a un millón de jóvenes agricultores en las instituciones europeas. “La sociedad cree que somos mendigos en busca de la subvención y la FAO —organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura— prevé que en 2050 no va a haber suficiente alimento”.
El informe de perspectivas agrícolas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la FAO de 2012 calcula que en los próximos 40 años habrá que incrementar el 60% la producción para alimentar a la población mundial. “Los agricultores garantizan la variedad alimentaria”, completa Marco Marzano, presidente de la Organización Mundial de la Agricultura. “Si todo el campo termina por pertenecer a cuatro o seis corporaciones que deciden lo que se planta y lo que vamos a comer, ¿qué tipo de alimentación nos espera?”, se pregunta. Marzano incide en que no tomar en serio a los jóvenes agricultores es un gran error, además de una falta de respeto. “Hay que ayudarles y empujarles porque ser campesino es un trabajo complicado”, pide.
“La agricultura sigue siendo un sector de riesgo y de tiempos largos. Hay que explicar por qué este sector necesita ayudas”, pide Duarte Mira, director de la Confederación de Agricultores de Portugal (CAP). “Si una tienda va mal, cierra, pero si se compran 50 vacas nodrizas y te va mal el primer año ¿qué haces con ellas? Los agricultores no pueden cerrar la puerta como en una tienda”.
Del Castillo, la representante española en el Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores, tiene una explotación de vacas para carne en Cádiz, de la que se hizo cargo tras el fallecimiento de su padre. Confiesa que, en los apenas seis meses que lleva representando a sus colegas, ha sentido rabia al ver cómo los agricultores de otros países se organizan frente a las instituciones europeas para defender sus intereses. “En España no hay ninguna asociación de jóvenes agricultores, cada sindicato tiene su sección”, destaca.
José Andrés Palacios, gerente de la Unión Agraria Navarra, también reivindica que se dignifique la profesión. “Hemos heredado ese estigma, cuando somos empresarios del mundo rural y hay que creérselo”, pide. El campo ya no se concibe sin la formación continua y las nuevas tecnologías. “La imagen de un agricultor o ganadero analfabeto forma parte del pasado”, afirma el delegado de juventud de la UPA. “La gente que ha retornado está formada, cada vez hay más agricultores con título”. El propio Bayo, enólogo, combina el cultivo de cítricos en Valencia con la viña. Tiene una pequeña bodega para la que, subraya, no ha obtenido ningún tipo de ayuda. “No es Falcon Crest”, bromea”.
Los jóvenes agricultores que protestaron ante el ministerio en enero han visto en el campo la tabla de salvación ante la crisis económica. Javier García, delineante de 33 años, tomó las riendas de la explotación de viña de su abuelo en Requena (Valencia) como una forma de autoempleo. Jorge Juan Mascaró, de 32 años, explota otro viñedo herencia de su esposa porque se quedó sin trabajo en la construcción. “Las 120 horas de formación ya las tenía, porque siempre me ha gustado saber cosas del campo”, cuenta.
Los planes de explotación, los libros de buenas prácticas (que llevan el control de fitosanitarios, fertilizantes), cartillas ganaderas o el control de los riegos hacen que el trabajo en el campo incluya horas de oficina y lleve aparejada numerosa burocracia. No todos están preparados para ello, pero los expertos inciden en que todo este papeleo forma parte de la vida cotidiana.
“Todo es complicado desde el principio. Tengo amigos a los que han desanimado ya en la ventanilla, cuando han ido a contar que iban a comprar un rebaño de cabras, diciéndoles que si están locos”, cuenta Luis Roldán, ganador este año del Premio Joven Agricultor Sostenible de España, concedido por ASAJA. Roldán, de 36 años, aprovechó una finca de su abuelo en la que había plantados almendros para producir leche de cabra y después queso. Incide que en su trayectoria, desde los 18 años, ha estado llena de trabas burocráticas. “Si quiero un crédito no me puedo esperar a que salgan las ayudas de la UE, funcionamos con préstamos personales”, explica.
El papeleo, algo tan básico como el número de explotación agraria, también estuvo a punto de truncar el despegue de Ana y Raquel Pérez Sáenz, ganadoras del Premio al Proyecto Agrícola más Sostenible, concedido en el Parlamento Europeo en 2013. “Justo cuando nos íbamos a poner a iniciar la actividad, con una inversión grande como es la nuestra, con los pollitos en la incubadora, nos dicen que necesitamos el número de explotación agraria y que iban a tardar dos meses. Después de hacer 40.000 trámites nos iban a hacer tirar todos los pollitos por no tener un número”, cuenta. Afortunadamente pudieron solucionarlo “apretando las cuentas a la Administración”.
El paso por la oficina, o al menos las pequeñas incursiones, son inevitables. “Cada vez más, tienen que llevar el mono, la bata blanca y el traje”, aporta Alberto Alba, responsable técnico de jóvenes en Valencia de ASAJA. “Los jóvenes me preguntan como crear una web, como fletar un barco, qué impuestos tienen que pagar…”. Aunque los más mayores no preguntan cómo vender un camión de frutas en el extranjero, sí que han aprendido, por ejemplo, a manejar los mensajes de texto del móvil (SMS) porque las horas de riego de sus parcelas se comunican por este sistema. En las cooperativas cereceras de Cáceres también se dan las instrucciones sobre la variedad de cereza que se coge cada día con este sistema.
“El que no tenga Internet se queda fuera porque las ayudas se solicitan por vía telemática”, destaca la profesora Velasco. El lema de la próxima PAC es la innovación, estar en formación continua, algo para lo que están mejor preparados los jóvenes. “Se abre una opción con unas posibilidades muy interesantes”, asegura la directora de desarrollo rural del Magrama.
Con todos los avances y bondades, el camino que se les abre no es fácil. “Hay que estar muy motivado para ser un joven agricultor”, añade Marzano, el representante de Nacionales Unidas.
Leer más
escarabajo
El subcomandante Marcos trabajo en el corte ingles en Madrid. Es bueno a veces trabajar en esos sitios para saber donde no quieres trabajar.
Yo no hablaba de empresarios… Sino de mentalidades en todos los ambitos. El cabildo deberia pagar a cada palmero un viaje al extranjero una vez en la vida.. Ya verias tu como s muchos se les quitaba la boberia.
Leer más
escarabajo
El subcomandante Marcos trabajo en el corte ingles en Madrid. Es bueno a veces trabajar en esos sitios para saber donde no quieres trabajar.
Yo no hablaba de empresarios… Sino de mentalidades en todos los ambitos. El cabildo deberia pagar a cada palmero un viaje al extranjero una vez en la vida.. Ya verias tu como s muchos se les quitaba la boberia.
Leer más
apurando
¡Todas las tierras son tu tierra! es por eso que tenemos piernas y no raíces. Tenemos capacidad de aprender, de adaptarnos y no de replicarnos iguales mañana a lo que vivimos ayer.
Leer más
platanoski
Si no te valoran en tu tierra,hay que salir fuera.La vida es el mayor aprendizaje que existe,más allá de allá de carreras y otras historias.Alguien dirá pues trabajar en una multinacional de comida rapida es ningún avance,pero las condiciones económicas y laborales son mucho peores en Canarias.
Animo RLR y ojalá la gente sepa que a veces para avanzar en la vida hay que abrir la mente y perder los miedos de salir de la isla,de las islas ó del pais.
Leer más
GALVA
Pues despues del escrito de Pintao,poco que añadir….
Animo….
Leer más