El alcalde, Sergio Matos (PSOE), y la edil de NC, Maeve Sanjuán, debatieron sobre la idoneidad e incluso constitucionalidad de un punto del bando emitido para Semana Santa.
¿Están de cachondeo, ¿ no ?
( http://eldia.es/palma/2018-03-15/3-Prohiben-bares-actos-festivos-ludicos-Jueves-Viernes-Santos.htm )
Ganduleitor
Uno de los mejores, tal vez el mejor twit que he leído:
https://x.com/MartinaSisters/status/1906945114439561591?t=NDTnYDaHcIP72YLbDSjXHA&s=19
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Martelero
Y bien que te fijas Galva… ¡Jo jo jo!
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GALVA
Los progres tienen poco paquete… 😉
Planchabragas.
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GALVA
Si la Constitución impide la vacuna obligatoria hay que cambiar la Constitución. Así de simple.
Hernando Gómez Buendía*
Puede ser que la pandemia se haya acabado en Colombia y que la gente necesite olvidar la pesadilla. Ojalá que lo primero sea cierto y lo segundo sea posible.
Lo que sí no debemos olvidar son las lecciones que deja esta pandemia, empezando por las obvias: que las vacunas deben ser obligatorias y que la estupidez no tiene límites.
Las vacunas, para empezar, han sido el mayor avance de la medicina en la historia de la humanidad, comparables apenas con el agua tratada o la fumigación de plagas: son millones y millones de vidas ahorradas. Y las vacunas contra la COVID sin duda han sido el arma más poderosa para frenar esta pandemia en todos los países que las han recibido.
Las vacunas, por supuesto, necesitan ser probadas porque una mala vacuna podría causar la muerte de muchísimas personas. Pues con seis mil millones de dosis aplicadas al 44% de la población mundial, es inaudito que tantos sigan pensando que las vacunas contra la COVID son peligrosas o son ineficaces.
Las vacunas evitan la muerte y a veces el contagio, pero las epidemias se siguen expandiendo mientras no exista inmunidad de rebaño, es decir, mientras la gran mayoría de la gente no haya sido vacunada o infectada por el agente patógeno. Por esta simple razón, los Estados del mundo vacunan gratis a la gente contra la viruela, el tétano, el polio y otros males infecciosos; por eso las vacunas son cuestión de salud pública, por eso vacunarse es un deber, un acto de responsabilidad elemental con quienes nos rodean. Por eso deben ser obligatorias.
Es verdad que son muchas la personas que se niegan a vacunarse o a vacunar a sus hijos, con argumentos diversos, pero estúpidos. En el caso, digamos, de la viruela, esas personas son una minoría que puede darse el lujo de su egoísmo o de su estupidez precisamente porque la mayoría sí está vacunada. Se benefician de la inmunidad de rebaño, pero no contribuyen a ella.
Los argumentos o movimientos estúpidos contra la vacuna se pueden dividir en cuatro grupos:
-Los lunáticos, como decir que la vacuna tiene un chip o que el virus no existe.
-Los religiosos, que interpretan así o asá algún pasaje de la Biblia, siendo que para entonces ni siquiera existían las vacunas.
-Los hípsters que se creen educados y dicen por ejemplo que alterar el ARNm va a volvernos infértiles: su problema es no leer los artículos científicos sino seguir por las redes a científicos excéntricos.
-Los libertarios que posan de juristas o filósofos porque el Estado no tiene derecho de interferir en nuestras decisiones. Pues el Estado tiene la obligación de evitar la muerte innecesaria de miles o millones de persona; es la misma razón por la cual nadie puede manejar borracho o incendiar un bosque.
Dicen algunos que la Constitución colombiana impide la vacuna obligatoria. Pues en el caso dudoso de que esto sea cierto, habría que cambiar la Constitución colombiana.
Así de simple.
(Para ahondar en este diálogo, remito a la amable lectora o lector al libro “ Entre la Independencia y la Pandemia, Colombia 1810 a 2020”).
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Martelero
Galva: “El paquete del progre
No, no es lo que ustedes están pensando”
Sí, ya ya…
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Ganduleitor
Más info sobre las vacunas. Y, seguramente, la cosa no va a parar ahí. La tendencia es al aumento.
https://x.com/DoctoraPrego/status/1904236383755002272?t=yI8-KFQP4MXxBFTYG3o5vA&s=19
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GALVA
COMO TODO KULTURETA, MANIATICO…
Esos tiempos que viajabas, y tenias que pillar un mapa de las ciudades en un kiosko para orientarte…
ESO SE ACABÓ; COMO LA INFIMA POSIBLIDAD DE REPUBLICA QUE HABIA CUANDO TERMINÓ LA DICTADURA.
Y EL MANEJO DEL GPS LO ESTRENE EN LA MILI; DE LA QUE SALI SIENDO SOLDADO DEL REY.
😉
DE BELLEZA NADA; UNOS BESTIAS NEOLITICOS.
Ninguna duda sobre la belleza de los nombres aborígenes, paseo casi a diario por los tres Ti de Mazo, Tirimaga, Tigerorte y Tigalate, aunque también me parecen de leyenda los otros nombres, Montes de Luna, Lomo Oscuro o Malpaís, y sí, presumo de Mazo, ¿pasa algo?, pero me parece perfecto que no se pierdan los nombres de los doce cantones aborígenes, la belleza del pasado debe subsistir, aunque para el GPS pueda ser un lío, pero perdonen que odie el GPS
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GALVA
Psiquiatra ni de coñas..
Paño de lagrimas; tampoco; quienes llorais son uds, los que estan disconformes con este mundo.
En mi caso estoy conforme.
Uds son las plañideras que SIEMPRE se estan quejando y ansiando un mundo quimerico.
Y NUNCA LLEGARA…NUNCA. 😉
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GALVA
El paquete del progre
No, no es lo que ustedes están pensando. Tampoco pretendo llamar paquetes a los progres. Sólo quiero formular una pregunta para que me la responda quien tenga más luces que las mías. Concreto la cuestión: ¿por qué la ideología -si así se puede llamar- del progre abraza -nunca mejor dicho, abraza apretadamente- contenidos tan variopintos y hasta difícilmente conciliables?
A continuación voy a enumerar algunos de ellos, pero déjenme antes formular algo sobre la definición de progre. “Progre” no es aquí empleado como sinónimo de persona de pensamiento avanzado en temas sociales y económicos, ni de anticonservador ni, menos, de sujeto con ideas que según la tradición corresponderían a partidos o movimientos políticos de izquierda. Si tengo que definir concretamente qué entiendo por “progre”, diría que es aquel individuo (o individua y tal) que asume como componentes esenciales de su credo vital y de su posición política todas o la gran mayoría de las ideas heterogéneas y hasta contradictorias que voy a ir mencionando a continuación. El progre es el que se apunta a todo eso de una tacada y sin pararse a pensar que todo no cabe así como así en el mismo cesto y que algunos de esos elementos son incluso difícilmente compatibles con lo que toda la vida se ha considerado izquierdista, progresista o simplemente democrático. Progre es el que toma ese paquete entero, porque sí, sin mayor discernimiento y porque todo eso es lo progre según los progres con los que se relaciona. A esa indefinida definición ideológica añade luego -aunque no es asunto que vayamos a tocar aquí en este momento- algunos rasgos peculiares en la manera de vestirse, de arreglarse, de colocarse delante de una barra y de hablar sobre vinos, sobre cine o sobre tipos de soja. Pero en esta ocasión sólo tomaremos en cuenta sus peculiares ideas características.
Allá va todo ese cúmulo de ideas y eslóganes que caracterizan el pensamiento más bien acrítico del “progre”:
1. Ecologismo. Suele ser urbanita a tope, pues en las aldeas no abundan los progres y sobre ecologismo en ellas se lee poco, para qué. Le gusta vincular lo ecológico con lo saludable y considera acto de muy relevante militancia el comer tomates o calabacines de agricultura ecológica. Aparte de todos esos detalles domésticos, tiene muy buena disposición para defender los animales en general y una debilidad especial por las focas y las ballenas.
2. Feminismo. El progre bajo ningún concepto formularía crítica u objeción a ninguna de las variantes o corrientes de ese muy plural movimiento llamado feminismo. Es más, tuerce el gesto cuando alguien que no sea mujer objeta a esta o a aquella autora feminista, cualquiera. Sin embargo, raramente se ve al varón progre casado o duraderamente emparejado con una feminista de estricta observancia, suponiendo que las haya. Él sabrá por qué, yo en esas cuestiones íntimas no me meto.
3. Pacifismo. Está contra la guerra. Simplemente. Otra cosa es a qué llamamos guerra. La de guerrillas, por ejemplo, la considera más bien insurgencia y ahí a lo mejor caben matices. Pero la guerra de toda la vida la ve fatal, al margen de contra quién sea o por qué. Cuando le preguntan qué le parece la guerra de ingleses, rusos o norteamericanos contra las huestes de Hitler se va a otra mesa o pasa al punto siguiente.
4. Antiamericanismo. Se opone con uñas y dientes a la dominante y abusona cultura yanqui y al predominio económico, político y militar de los estadounidenses. Él los conoce mejor que nadie, pues, por lo común, presume de su buen nivel de inglés, asegura que se ha leído todo Faulker y bastante de Hemingway (últimamente y por lo de la paridad, también cita a Carson McCullers y Sylvia Plath), si tiene hijos los manda a un colegio inglés o al menos bilingüe, es fanático de las películas de Oliver Stone y Tim Robbins y no se pierde concierto o disco recopilatorio de Dylan o Bruce Springsteen.
5. Muticulturalismo y defensa de la inmigración. Que nadie critique en su presencia a un extranjero, salvo que sea estadounidense, ni insinúe que a lo mejor las del Islam son una religión y una cultura tan retrógradas como nuestro catolicismo medieval o el de cuando Franco. Esas comparaciones le resultan sumamente odiosas. Si un día tuviera hijas, no le importaría nada que se casaran con musulmanes. Menos mal que está vasectomizado.
6. Contra la educación autoritaria. En materia educativa es carne de cañón para pedagogos y autores de libros de autoayuda. Si es profesor, al reunirse en círculo con sus estudiantes y ponerlos a ellos a elaborar los temas y exponerlos, se le olvida con gesto feliz su oficio docente; al cobrar la nómina, no. Cree que los conocimientos sólo deben adquirirse cuando a cada uno se lo pide el cuerpo, con libertad, y así se lo aplica también a sí mismo, del modo más congruente.
7. Contra el cambio climático. Huy, casi se me olvida esto tan fundamental. Ahí no hay concesiones. En lo del clima vamos hacia el desastre y no hay más que ver cómo está el tiempo. Si hace calor es el calentamiento y si hace frío es un efecto de feed-back del calentamiento. De momento no va a vender el todoterreno, pero cree que los granjeros deberían sacrificar unos millones de vacas.
8. Comunitarismo. En materia de filosofía política, el que llega ahí simpatiza mucho con el comunitarismo, con el derecho de cada cultura a seguir siendo como es y con la consiguiente prevalencia de los derechos colectivos, los derechos de la cultura como tal, sobre los derechos individuales. Bien está que cada uno haga lo que quiera, pero que rotule en la lengua de su comunidad. Afortunadamente, él o no tiene comunidad o no tiene una tienda.
9. Tradicionalismo. Se emociona con las tradiciones populares. Las tradiciones de todo tipo son el meollo de una nación y el reflejo mejor del espíritu de un pueblo. Y tan emocionantes, además. Le encanta leer sobre las tradiciones de los esquimales, los aymara o los bosquimanos, pero detesta las tradiciones españolas, con tanto cura, tanta procesión y tanto rito absurdo.
10. Carril-bici. Algunos progres usan de vez en cuando la bicicleta (no me refiero a la estática, que esa sí la utilizan casi todos) y otros nunca, pero todos coinciden en dos detalles: uno, el estar contra los coches y defender que en las ciudades se dé más lugar a las bicicletas y menos a los automóviles; otro, que si se enteran de que tú te vas a Madrid mañana en tu coche, ya no sacan billete de tren, sino que van contigo, pero no pagan ni en la gasolinera ni en el peaje, tal vez para no contribuir al abuso de los vehículos de motor.
Bueno, podríamos buscar más caracteres, pero así, con diez, queda muy redonda la descripción. Ahora un breve comentario.
Dado que ese tipo de progre es real y abunda, más allá de que mis descripciones son caricatura, a mí me quedan dos preguntas, que dejo para ustedes. Una: dónde queda la lucha por la igualdad de oportunidades y un Estado verdaderamente social. Dos, y sobre todo: por qué a ellos les parece que son de izquierda y por qué los partidos de izquierda les hacen la pelota a ellos. Opino que el progre es un personaje más bien lamentable que opera como un auténtico impostor y que ha conseguido suplantar a los que durante siglos han luchado de verdad por la liberación e igualación de los oprimidos: contra la opresión económica.
¿Un ejemplo de progre? Je, no sea usted mala, mujer. Seguro que estamos pensando en el mismo. Lo peor de la crisis ya pasó y tal. Ése. Pero hay más, infinidad de ellos. Son una puñetera peste y urge una fumigación.
PD.- No me quedo tranquilo sin aclarar algo, por las dudas. Cualquiera de esas diez opiniones las puede sustentar quien quiera con toda legitimidad y buenas razones. Yo mismo simpatizo con alguna de ellas (pocas, la verdad). Lo que a mí no me encaja es que se puedan defender las diez a la vez y en plan guay más que nada y como quien recita los diez mandamientos y se siente un elegido. No sé si me entiendes.
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Martelero
Galva, resume un poco qué ni soy tu psiquiatra ni tu paño de lágrimas.
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