El Ballet de Moscú representó anoche en el Recinto Central de las Fiestas Lustrales el "Lago de los cisnes" de manera brillante. Foto de Juan Arturo. Novafoto.
El tiempo no acompañó (llovió y mucho) pero el Ballet de Moscú estuvo sensacional y la mayoría del público (el recinto registró una muy buena entrada aunque no se llenó) aguantó estoicamente en las gradas y las sillas, con o sin paraguas, para ver el desenlace final del Lago de los cisnes, un espectáculo grandioso que demuestra la gran calidad artística y técnica de los bailarines rusos, dirigidos por Timur Fayziev, que hacen fácil lo difícil y que hablan sin hablar sólo con el movimiento de sus cuerpos.
Cabe destacar la interpretación de Kungurtseva, en el papel de Odette-Odilia y el Príncipe Sigfrido, por el bailarín Dmitry Smirnov, que es desde el año 2000 el primer bailarín del Ballet de Moscú. Además del Genio malo (Rottbart), por Shalin y, en especial, el Bufón, interpretado por Mikheev.
La elegancia y la delicadeza del movimiento de los bailarines, un vestuario exquisito, un magnífico decorado que trasladaba al espectador a un lujoso salón de un palacio ruso y una música extraordinaria (obra del gran maestro Tchaikovsky) formaron un tándem inolvidable y delicioso. Sin duda, ha sido uno de los mejores espectáculos que se ha visto en esta Bajada de la Virgen 2010, que ni siquiera la lluvia pudo aguar. Una velada deliciosa.
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