Este C.D. Mensajero quiere ser grande

La visita del Real Unión de Irún al “Silvestre Carrillo” era sobre el papel la primera prueba de fuego para un Club Deportivo Mensajero que quiere consolidar en su feudo el objetivo inicial de la permanencia. No lo superó, puesto que un error arbitral, sobre un defensa rojinegro, permitió que subiera el gol al casillero, suponiendo el empate a (1-1), con poca veteranía, dado que protestaron la decisión y dejaron fuera de marca a Jorge Galán para batir a Ione Puga.

El Club Deportivo Mensajero comenzó jugando con mayor desenfado y brillantez. Este (1-1) ha supuesto para los rojinegros perder inocentemente dos puntos y su primer empate. Los mensajeristas salieron de forma fulgurante, con un fútbol vistoso, preciso, al que respondía el Real Unión de Irún, comandado por el “míster” Asier Santana, con un juego seguro, potente y peligroso.

Ambos equipos crearon ocasiones de peligro este domingo, más los rojinegros que los vascos. Los espectadores se divertían y gozaban de buen espectáculo. Y no porque los de Asier Santana hiciesen mal papel.

En los primeros cuarenta y cinco minutos, la pelea era más encarnizada del conjunto rojinegro, no decantándose por los del “míster” Jaime Molina. Al C.D. Mensajero le urgía esta temporada 2016-17 un lavado de cara en forma de una victoria y, a ser posible, convincente. Pero ni flores. La escuadra de Jaime Molina se mostró imprecisa, tuvo por supuesto mucha garra, fuerza y un fútbol muy vistoso, con varios aplausos por parte de la “hinchada” rojinegra. Pero su visor acabó averiándose.

El equipo que preside Víctor-Manuel Francisco Herrera, creó más peligro en esta primera mitad que el de Asier Santana, que realizó su primer tiro a puerta cuando transcurría el minuto (29). Los vascos se habían mostrado contemporizadores, causando una impresión pobre de un equipo de los que se cree gallito, que llegaba al “Silvestre Carrillo” con aspiraciones en la tabla clasificatoria.

Sólo el soberbio gol de Gabi Ramos a pase de Yeray Pérez el “Arrugado, (1-0), en el minuto (2), de la segunda mitad, espoleó al conformista Real Unión de Irún, que con el tiempo y el marcador en contra buscó afanosamente la puerta de Ione Puga. Fue entonces cuando se produce la jugada clave del encuentro. Ataque por la banda derecha visitante. Es objeto de falta en ataque al defensa rojinegro que cae cerca del área, no señalada por el colegiado de turno, el catalán Albert Avalos Martos, los jugadores locales protestaron la infracción y no estuvieron los defensores atentos y Jorge Galán dentro del área consigue el gol, que suponía el empate a (1-), minuto (56).

A raíz del empate, salió un C.D. Mensajero desmelenado. Presionó y buscó el triunfo. Apercibido del peligro, el “míster” Jaime Molina realiza los cambios. Manda a los vestuarios al trabajador Rayco González, entrando Vienney, minuto (69), Yeray Pérez el “Arrugado”, sustituyéndolo Dani Hernández, minuto (79), y también al batallador Alex Cruz, que había trabajado a destajo, entrando Jaime, minuto (89). La lucha fue dramática durante bastantes momentos, con oportunidades de ambas escuadras y el marcador podía haberse inclinado el marcador a ambos conjuntos.

Y así se llegó al final de un encuentro, pese al empate a (1-1) se pudo ver un buen partido. Lo peor fue la actuación del colegiado catalán que quiso innovar en el gremio al no señalar las faltas. Lo mejor, la entrega de las dos escuadras, que lucharon los noventas minutos, más los añadidos en busca del triunfo, que se les negó por la buena actuación de las defensas, a excepción del falló garrafal de los marcadores locales, pecando de inocentes.

El C.D. Mensajero ha empezado con mal pie la “era Jaime Molina” y la Liga en Segunda División “B” 2016-17. La primera sorpresa está servida. Pero lo peor del equipo rojinegro no es que dejara escapar dos puntos, sino la manera en que voló. Las cosas, de momento no funcionaron y hay que corregir estos fallos para no volver a cometerlos, en tanto que la escuadra vasca se aprovechó de la situación para llevarse un punto de oro.

Escribe: Miguel Pérez.