La escuadra vasca al final le puso las cosas difíciles a los rojinegros
Uno de los goles del Mensajero al Amorebieta. José Ayut.
La escuadra que comanda el “míster” Jaime Molina sigue viva. El Club Deportivo Mensajero era plenamente consciente de que le tocaba una difícil papeleta y así fue en este frío domingo en el ‘Silvestre Carrillo’. La Sociedad Deportiva Amorebieta se encerró atrás a verlas venir y solo buscó acortar distancias a última hora del enfrentamiento.
El Club Deportivo Mensajero le echaba ganas pero no encontraba la forma de romper el muro rival. La escuadra vasca seguía haciendo su partido. No se preocupaba mucho más. Los rojinegros salieron dispuestos a no dejar pensar al conjunto que prepara Aitor Larrazabal , que sin muchas ideas les respondió también con la misma moneda de la entrega. Producto de la lucha y falta de calidad en estos primeros cuarenta y cinco minutos, se produjo un fútbol que podía denominarse como un “correcalles”, de ir y venir del balón en buscar el gol.
La escuadra rojinegra trató de noquear a su adversario a las primeras de cambio. Gozó de las mejores oportunidades. Tuvo en Yeray Pérez el “Arrugado”, en Ale González. A la tercera fue la vencida, y Moreno conectando un disparo, minuto (22), significaba el (1-0), camino del triunfo.
El Club Deportivo Mensajero no desaprovechó la primera oportunidad y en su fogonazo de inspiración echó mano de la pizarra y un minuto más tarde (23), el colegiado de turno del colegio catalán Carlos Calderiña Pavón, que no sanciona con pena máxima a los vascos, cuando es derribado el extremo izquierdo Alex Cruz, el técnico Jaime Molina para volver su escuadra rojinegra a conseguir otro gol, en el minuto (37), marcado por el lateral Gabi Ramos, en rechace de la defensa vasca (2-0).
Los de Aitor Larrazabal, mientras aguantaban el tipo como podían y esperaban una oportunidad para sorprender al cancerbero rojinegro Ione Puga. Pero Alex Cruz no estaba dispuesto a dejar ningún resquicio a la sorpresa. El hábil extremo lo intentó una y otra vez, se movió por las bandas, se fue a la punta de ataque, busco los espacios libres y, por si fuera poco, no le quemaba el balón en los pies.
El segundo tanto fue un varapalo psicológico para los de Aitor Larrazabal, ya que su guión quedó destrozado. A la Sociedad Deportiva Amorebieta no le quedaba otro remedio que abrir la guardia. Y empezó otro combate. El equipo vasco trató de recuperarse en los últimos minutos de la primera fase, pero le faltó punch. En el minuto (39), cae en el área rojinegra el capitán vasco Jon Orbegozo, y el colegiado Carlos Calderiña Pavón, no señaló la pena máxima. El once rojinegro hacia su partido y trataba de conservar el resultado favorable de (2-0), para ir al final de la primera mitad.
Otro momento del Mensajero-Amorebieta. José Ayut.
El segundo periodo no fue bueno de virtudes, pero se vio algo más de juego y goles. Cabe decir que la entrada de Vianney , minuto (56) y de Irome (71), le dieron vida al “Mensa”. Seria precisamente Vianney quien mandase un centro al ariete Ale González, que sirvió para que se internara cara a la meta de Jon Villanueva, derribando a cuantos contrarios le salieran a su encuentro, conectando un magnífico testarazo para aumentar el marcador (3-0), en el minuto (70). Gol aplaudido por la hinchada rojinegra, por la belleza del mismo.
La Sociedad Deportiva Amorebieta, viendo el relajamiento y la poca serenidad defensiva que tenían enfrente, y en una jugada donde no supieron alejar el esférico en el área mensajerista, Iñaki Garmendia envía el balón a la red (3-1) en el minuto (31), que suponía la reacción visitante.
El final prometía fuertes emociones, en una jugada por la banda izquierda y solo libre de marca, minuto (42), Rubén González acorta distancia en el casillero (3-2). Ya en tiempo de descuento el guardameta rojinegro Ione Puga evitó muchas taquicardias en el Estadio “Silvestre Carrillo” junto al Barranco de Dolores.
La escuadra rojinegra que comanda el “míster” Jaime Molina gano por un K.O. merecido y mantiene la ilusión en la dramática lucha por evitar el descenso ante un rival directo.
ESCRIBE: Miguel Pérez.
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