Una plaga pone en peligro a las tuneras de La Palma

Una plaga denominada cochinilla mejicana o cochinilla grana –Dactilopius opuntiae (Cockerell, 1896)- está afectando desde hace ya tiempo a la tradicional tunera en La Palma, que fue introducida a mediados del siglo XIX para producir cochinilla, secándola por completo.

La situación preocupa y la diputada socialista palmera María Victoria Hernández ha presentado una pregunta en el Parlamento al consejero de Agricultura, Narvay Quintero, con el fin de saber si hay algún estudio al respecto y si existe algún plan para combatir esta plaga que afecta que a las tuneras de la Isla Bonita, algo que “entendemos que forma parte de la cultura popular en su cultivo y en su aprovechamiento, tanto las pencas para los animales como el fruto para el consumo humano”. Además, María Victoria Hernández destacó que la tunera tiene un componente importante dentro del paisaje de la Isla, y “es necesario actuar para evitar que esta plaga se siga propagando”.

El peligro radica en que esta enfermedad se pase a otras islas, pues recordó la diputada que por ejemplo en Lanzarote hay extensiones muy importantes de tuneras cosechadas para la cochinilla y que podrían verse afectadas.

“Entiendo que todavía estamos a tiempo”, dijo, y recordó que en La Palma hay personas que no solamente cogen los tunos salvajes sino que utilizan parcelas para tener este fruto cuando llega la temporada. “Yo no me imagino que en la Isla no podamos disfrutar de un tuno fresco en verano”, manifestó la diputada.

Un elemento a tener en cuenta de la importancia de la tunera es que por ejemplo la normativa de la UE, para el teñido de ropas de bebé, exige que sean productos naturales y un producto cien por cien natural es el tinte de la cochinilla. Incluso se utiliza para dar color a determinadas bebidas.

La voz de alarma sobre esta plaga la dio en marzo de este año nuestro biólogo de cabecera Rafael García Becerra que publicó un artículo titulado Réquiem entre las espinas en su blog Naturaleza de Sensaciones y Sentimientos que tiene en El Apurón. En dicho artículo recuerda que es un problema conocido desde 2010, y que lo quería retomar de nuevo para remover conciencias a raíz de una actividad extraescolar en Fuencaliente en la que pudo comprobar el lamentable estado de muchas tuneras. Su pronóstico no es ni mucho menos otpimista pues indica que “la especie cochinilla grana –Dactilopius opuntiae (Cockerell, 1896)- utilizada en muchos lugares del planeta como agente de control biológico de las cactáceas del género Opuntia y Nopalea ha llegado también a La Palma, siendo además la primera vez que se detecta en nuestro archipiélago”. “Hemos implantado una nueva especie en nuestra tierra sin control alguno y que además es una plaga conocida de las cactáceas que las lleva hasta la muerte”. “Desde entonces, dice, de manera lenta pero inexorable ha ido dando cuenta de todas las tuneras de Fuencaliente, llegando -hoy en día por el este- hasta la zona de Puente Roto (Mazo) avanzando casi siete km en seis años. A este ritmo en poco tiempo solo quedarán tuneras en aquellas zonas rurales donde las familias mantengan el cultivo para autoconsumo o para la comercialización”.

Hay que decir que el consejero del PP, Carlos Cabrera, se interesó también en un pleno del Cabildo por este asunto, a raíz del artículo publicado por García Becerra, para saber si tenían prevista alguna actuación pero en ese momento se indicó que no había nada previsto.