La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Agricultura, ha solicitado a los ayuntamientos del archipiélago las autorizaciones de venta directa de productos agrícolas a través de mercadillos o mercadillos del agricultor llevados a cabo por cada institución para garantizar la higiene y la trazabilidad de la producción primaria agrícola.
En cumplimiento con el Programa Nacional de Control Oficial de la Higiene de la Producción Primaria Agrícola y del Uso de Productos Fitosanitarios, los agricultores y agricultoras que cuenten con una explotación agrícola en la que ejerzan una actividad económica notificarán a la Dirección General de Agricultura la relación de los recintos del Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (Sigpac) que conforman dicha explotación, el cultivo asociado a cada uno de ellos, y si realizan venta directa de su producción.
Dentro del protocolo establecido, y para velar por la seguridad alimentaria, desde la Dirección General de Agricultura se realizan tomas de muestras en las explotaciones con actividad en la venta directa para el control de residuos de productos fitosanitarios y de contaminación microbiológica.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, Alicia Vanoostende, señala que “para llevar a cabo este programa nacional en nuestra Comunidad Autónoma se hace necesario establecer una serie de controles para comprobar su cumplimiento en las explotaciones agrarias de producción primaria, por lo que contribuye a mejorar la seguridad de los propios cultivos, de las tareas que se realizan, así como la garantía alimentaria en el momento de colocar los productos a disposición de los consumidores”.
Pues si con tanto control como dicen que hay, tuve que tirar algunos productos que compré en el supermercado, no sé cómo será el control que hacen en tiendas y puestos pequeños.
Leer más
¿Hay en este un Programa Nacional de Control Oficial de la Higiene?
Ayer fui a un supermercado y compré varias cosas, pero tuve que tirar algunas a la basura.
Compré un pedazo de bubango palmero que estaba envasado en ese plástico que viene en rollos. Parecía que estaba bueno, pero al abrirlo dio olor a podrido, sobre todo las semillas, estaba reseco, pasmado, poroso. Ese bubango no sirve ni para echárselo a los animales. Terminó en la basura.
Compré unos champiñones portobello y al abrir la bandeja dio un pestazo que tiraba para atrás y tenían un tacto baboso. Un olor entre el moho y el amoniaco. Los champiñones deben oler a tierra fresca, no a podrido. Terminó en la basura.
Compré unos boniatos blancos palmeros. Al pelarlos se iban poniendo oscuros enseguida, se iban oxidando, así que a la basura. De ahora en adelante solamente compraré boniatos rojos de Lanzarote.
Plátanos ya no compro desde hace bastante tiempo porque la mayoría, cuando maduran, se quedan molidos y medio podridos y además tienen una hebra negra amarga en el centro. Compraría babanas de fuera, pero no sé si las venden aquí.
Aguacates tampoco compro porque están muy caros. En la península están a dos euros.
Estuve viendo el pescado que tenían en la pescadería y salí corriendo.
A partir de ahora solamente compraré en el Lidl y en Mercadona. En el Mercadona el pescado está fresco.
Leer más