El obispo pide perdón a las personas LGTBI y lamenta haber "causado dolor"

No se si será cosas de la edad o estaré en lo cierto, pero me parece que los que fuimos educados entre los años cincuenta y sesenta creo que entendemos bastante bien la controversia con las declaraciones del monseñor.
Hemos tenido la suerte de asistir en persona a un gran cambio de paradigmas y maneras de enjuiciar muchos conceptos, pues desde ese punto de vista, estos últimos sesenta años han sido apasionantes.

Las ideas del monseñor son justamente las mismas que recordamos haber aprendido en aquel tiempo, cuando la enseñanza estaba controlada por la Iglesia y no creo que hayan estado de acuerdo con los radicales cambios que los tiempos nos han deparado.

Recuerdo, (no en vano nuestra generación ha visto muchos cambios), cuando podíamos oír las filípicas que los buenos de los párrocos nos dirigían desde los púlpitos en la misa dominical acerca del uso del bikini por el incipiente turismo, cosa que a la larga derivaría en la perversión moral de nuestras castas costumbres en aquella España que había sido oficialmente declarada reserva espiritual de Occidente.
La apertura que el turismo fue trayendo, al igual que otras desgracias, como la famosa “píldora”, hizo que muchas féminas poco a poco se fueran “empoderando” y calladamente, pues el machismo reinante no lo permitía, haciéndose dueñas de sus actos, con la consiguiente degradación de virtudes exigidas al género.
Hoy ya nadie se escandaliza, y supongo que ningún reverendo haga mención a ello, que las parejitas de novios se les ocurra aberraciones tales como irse de fin de semana a los nuestros sures, cosa impensable por épocas que a los mayores no nos parecen tan lejanas.
La sociedades a veces a través de la historia cambian mucho en pocos años, y hoy entendemos que la orientación sexual de la gente es un asunto personal y por lo tanto digno del mayor respeto, aunque debemos entender que no todas las instituciones tienen la capacidad de adaptarse a los cambios a la misma velocidad.

También debe de ser difícil aceptar que no hay nada inamovible bajo el sol y suele ser una cuestión de tiempo.
Así que desde ese punto de vista, no vi nada raro en las primeras declaraciones del monseñor. Otro asunto que yo me lo explique de esta manera, repito que no se si estaré en lo cierto o no.