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Puerto Naos "respira" normalidad mientras convive con sensores de gases

Autobar en la avenida de Puerto Naos-Luis G Morera.

Puerto Naos, el antaño vibrante núcleo turístico de La Palma, comienza a recuperar la normalidad casi tres años después de la erupción del Tajogaite, con vecinos y turistas disfrutando del sol y la playa que ofrece el enclave, ahora repleta de sensores y megáfonos que forman parte del sistema de medición y alerta por gases de origen volcánico.

El Cabildo de La Palma, a través de su Plan Insular de Emergencias (Peinpal), ha habilitado 801 viviendas de esta localidad costera para volver a residir en ellas tras cumplir los requisitos impuestos, que consisten en la instalación de un medidor de CO2 en los interiores de las mismas que certifiquen niveles de concentración de este gas son inferiores a 700 partículas por millón (ppm) a lo largo de varias semanas.

A media mañana, dos vecinos, Olga y su esposo, que vienen de darse un baño en la playa de Puerto Naos, suben, toallas al hombro, a su apartamento en una calle repleta de restaurantes y establecimientos con las persianas bajadas.

“Nosotros estamos aquí unos días, porque ahora en las zonas altas de la isla hace demasiado calor”, ha explicado esta vecina del municipio de El Paso, que asegura estar muy ilusionada por volver a pasar sus veranos cerca del mar, aunque lamenta que “son las once de la mañana y no tenemos ni un sitio para tomar un café, todo está cerrado”.

“Nosotros estamos tranquilos, tenemos un sensor en casa y las calles están llenas de megáfonos y alarmas, así que si nos dejaron volver es porque es seguro”, opina Olga, aunque también reconoce que “hay propietarios que no quieren venir, que les da miedo, especialmente familias con niños, y también entiendo su posición”.

El Hotel Sol La Palma ha reabierto sus puertas este lunes 15 de julio, más 1.000 días después de la erupción del Tajogaite, reincorporando a alrededor de 200 empleados y operando al 50% de su capacidad durante los próximos 4 meses, cuando empezará una nueva etapa formando parte de la marca Melià.

El director del Hotel Sol, Irving Ribot, ha detallado que ya han comenzado a recibir reservas durante las últimas semanas, y para la segunda quincena de julio la ocupación se situará en torno al 30%, mientras que para agosto las reservas suben hasta el 40%.

Operarios trabajando en viviendas. Luis G Morera.

Operarios trabajando en viviendas. Luis G Morera.

El núcleo turístico de La Palma

Antes de ser evacuado, y especialmente antes de la pandemia, Puerto Naos era el núcleo turístico por excelencia de La Palma, donde el traqueteo de las maletas de turistas yendo y viniendo apenas era perceptible por la música y el bullicio procedente de los kioskos de playa y los bares de su paseo marítimo.

Ahora, la música proviene de las radios de los múltiples obreros que realizan reformas y rehabilitaciones en los edificios aptos para ser habitados, que tras más de dos años sin uso han sufrido desperfectos, como aparición de humedades, rotura de ventanas o de las conducciones eléctricas o de agua.

Sergio, operario de una empresa de cristalería, comenta que “nunca ha habido tanto trabajo en esta zona, parece que Puerto Naos se está renovando al completo, casi no se escucha ni el mar con todo el ruido de las obras, todo son radiales y taladros”.

De fondo, dos maletas son arrastradas en dirección opuesta a la playa de Puerto Naos. No son turistas, sino residentes de la “zona negra”, el entorno de la Playa Chica de este núcleo turístico, que vienen de recoger enseres y sacar basura de su vivienda todavía afectada por la presencia de gases de origen volcánico.

“Solo pudimos pasar dos horas recogiendo”, comenta uno de los vecinos, con pocas esperanzas de que los gases se disipen pronto porque “el medidor no ha bajado de 1400 ppm de CO2 en el tiempo que hemos estado dentro, y todavía no ha vuelto ninguno de los vecinos de la zona”.

Megafonía y sensores en el núcleo costero. Luis G Morera.

Megafonía y sensores junto al Hotel Sol. Luis G Morera.

El proyecto Alerta CO2

El proyecto “ALERTA CO2” dispone en la actualidad de un total de 1.142 estaciones principalmente destinadas para la monitorización del CO2 en el ambiente interior de viviendas y locales (1129 interiores) y de unas cuantas también para exteriores (13 estaciones).

Las mediciones de CO2 en el aire ambiente interior, un indicador clave para la habitabilidad de las viviendas, muestran datos alentadores en la mayoría de las zonas. De las 984 estaciones instaladas en Puerto Naos, un alto porcentaje registra niveles seguros.

Por ejemplo, en la zona verde, el 86,92% de las estaciones han mantenido concentraciones inferiores a los 700 ppm durante los últimos 15 días, al igual que en los polígonos amarillo (85,39%), azul (86,29%) y rojo (87,23%), según el último informe publicado por el Peinpal a fecha de 20 de junio.

Sin embargo, la zona negra presenta mayores dificultades, con solo un 40% de las estaciones registrando niveles seguros.

Junto al único establecimiento que ofrece comida y bebida durante las mañanas, un autobar situado en mitad del paseo marítimo, se encuentra Marina y su acompañante, que han recorrido de punta a punta Puerto Naos con una sensación agridulce tras años sin visitar la zona.

“Esta era mi playa favorita. Antes en verano había mucho ambiente, los kioskos estaban a tope y siempre había cosas que hacer, mientras que ahora parece medio muerto”, se queja esta vecina palmera, que además, admite sentirse “un poco intranquila rodeada de tantos aparatos”.

Sin embargo, esta vecina confía en actualizar su foto de perfil en la playa durante la puesta de sol, y afirma convencida que “por lo menos el clima, el mar y los atardeceres siguen siendo los mismos, ahora recuperar esto depende de nosotros y no de los gases”.

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