De Haro asegura que el Gobierno trabaja en un modelo de gestión para el Centro de la Reserva Marina

Sr. "rastrillo", el que "no haya cumplido sus objetivos fundamentales" (lo afirma usted), no significa que las Reservas Marinas sean malas. Tal vez sí, que hayamos venido haciendo las cosas mal y debamos hacelas mejor. En absoluto suprimirlas. El hagamos las cosas mal y sean un desastre sus consecuencias, no invalida que las mismas cosas bien hechas, funcionen. Eso ya está demostrado en el Mundo y el mar de La Palma no es diferente… "Los palmeros" sí que somos un poquito diferentes, para bien o para mal.

El "furtivismo" existe porque siempre ha habido y habrá furtivos, sobre los cuales debe caer el peso de la ley, para lo que es preciso vigilancia, control y "voluntad política y jurídica para que la ley se cumpla"… ¿Le parece lógico plantearse: cómo hay furtivos eliminamos la Reserva, con lo cual terminamos con el furtivismo".

Bien sabe usted que de mi no depende el traer, llevar, poner o quitar… Reservas. Las reservas se ponen (o se deben poner) allí donde la naturaleza y los criterios profesionales mejor lo aconsejan… ¿Se imagina poner la reserva de laurisilva del Cubo de La Galga o del Monte de Los Tilos, en Fuencaliente o Los Llanos o Tazacorte?

La Reserva Marina, a mi no me parece que sea una "institución innecesaria", dedicada a "mantener un yate y una decena de mamones"… Eso no es cierto, aunque sólo sea por qué también hay "mamonas"…

En serio, la Reserva Marina de La Palma, como todas las reservas marinas es un área protegida, para velar por el equilibrio natural de la zona, que además sirva de vivero para la regeneración de la vida marina. Las reservas se ha demostrado que son fundamentales no sólo para los conservacionistas, sino también para la gente que vive del mar, para la economía pesquera. Mantenerla exige no sólo labores de vigilancia (obviamente necesarias), sino sobre todo una labor de educación ambiental permanente, con los autóctonos y con los foráneos. Para esa misión es fundamental el Centro de Interpretación, la labor escolar, el contacto con los pescadores, que a la postre son los que en primer término, si son verdaderos pescadores (y no expoliadores), deben velar porque la Reserva se vigile y se potencie su gestión.

No entenderlo así, significa no saber ni querer comprender el significado de La Reserva, a la que poco o nada beneficia los habituales rifi-rafes políticos entre los diferentes estamentos y representantes de la Administración. ¡Pero a quién quieren engañar! Si la mitad del tiempo y esfuerzo que dedican a tratar de desmentirse mutuamente, la dedicasen a gestionar de verdad, otro gallo (o gallina) nos cantaría.