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Árboles del Paraíso antes de los laureles en la plaza de Aridane

Siembra laureles, Fedac Fotografia 7568. Años 1864-1868.

Produce gozo encontrar información, y compartirla, que enriquece el conocimiento del pasado ornamental de Aridane. Son cosas “menudas”, como diría José Pérez Vidal, pero no por ello no dejan de ser valiosas para el conocimiento de la evolución de la flora ornamental en plazas y vías de la isla canaria de La Palma.

A principios del siglo XIX se encontraban árboles llamados “del Paraíso” en la plaza del actual municipio de Los Llanos de Aridane, y por aquellos años Los Llanos. A esta conclusión hemos llegado después de contrastar información documental y fotográfica.

El llamado popularmente “árbol del paraíso” (Melia Azedarach, de la familia Meliace) es original del sudeste asiático. Proliferó a mediados del siglo XIX por Sudáfrica y América en jardinería. Puede alcanzar de 8 a 15 metros de altura y una copa, en sombrilla, de 4 a 8 metros. Se adapta a la falta de agua y sequías. Es apreciado como árbol de sombra y por su abundante y aromática floración. Los huesos de las semillas se utilizadas para la confesión de rosarios. En Asia lo consideran un árbol santo.

Hace un tiempo di a conocer, e impartí charlas divulgativas, sobre una fotografía estereoscópica de la siembra de los laureles de India remitidos en 1863 desde Cuba por emigrantes para “embellecer el paseo en construcción”, de la Plaza y Acera Ancha de Aridane. En la misma se observa un árbol adulto y otros tres de menor tamaño. En ese momento desconocíamos la variedad arbórea que crecía y embellecía ese espacio público. La foto estereoscópica figura en Fedac con el número 7568, catalogada entre 1864-1868 y perteneciente a la colección del recordado amigo personal José Antonio Pérez Cruz (Teno).

Releyendo la revista palmera Cartas Diferentes (Revista canaria de patrimonio documental), nº 8, de 2012 y concretamente el artículo del investigador palmero José Eduardo Pérez Hernández publicado con el título “Una geografía inacaba: La isla de La Palma en los manuscritos de Pedro Mariano Ramírez (1836-1849)” nos dio la clave y atamos cabos.

El oficial secretario del Gobierno Civil y político Pedro Mariano Ramírez Atenza (1799-1886), natural de Murcia, obtuvo del gobierno central permiso para “formar y publicar una Guía general estadística de las islas Canarias”, documentos muy necesarios para aquellos años que sirvieran de base estadística de implantación de políticas económicas y sociales.

Ramírez pretendía recabar información, por medio de encuestas, por los municipios de La Palma. No logró concluir y los apuntes manuscritos y la correspondencia obtenida se encuentran en la Biblioteca Pública de Santa Cruz de Tenerife. Inacaba obra que no fue publicada y no vio la luz pública. Las dificultades técnicas y humanas de esos años, década de años 30 y 40 del siglo XIX, imposibilitó la conclusión de esta meritoria estadística. No abundaban eruditos corresponsales a quienes consultar postalmente y cumplimentaran la encuesta de Ramírez con residencia en Santa Cruz de Tenerife.

Por suerte para el asunto que nos ocupa el municipio del por entonces Los Llanos, y hoy Los Llanos de Aridane, el corresponsal informador de Ramírez fue el aridanense José María Wangüemert de Alcalá,L que puso empeño en cumplimentar la solicitud de Ramírez remitiendo un completo informe el 1 de diciembre de 1847.

José María Wangüemert perteneció a una familia acomodada de marcada línea liberal y miembro de la sociedad secreta “Los Comuneros”, defensores de la Constitución de 1812. En 1824 son detenidos después que el 20 de abril se le informó al Alcalde Mayor de la isla que “en varios días festivos una reunión de algunos de los que fueron cívicos en el llamado sistema constitucional, formando escuadras y marchando por las calles en la forma y modo que marcha una compañía, y todos con varas terciadas. Las divisas de estos son pañuelos encarnados y el que no lo tienen lo solicitan prestado. A estos acompañan los sargentos de Milicias Justo de la Concepción y Gregorio Rodríguez”, en palabras del poeta y políticos aridanense Luis Felipe Gómez Wangüemert (1852-1942).

Como consecuencia de esta denuncia fueron detenidos 16 comuneros y conducidos al Castillo de Santa Catalina de Santa Cruz de La Palma. Entre esos 16 aridanenses detenidos se encontraban Tomás-Antonio Wangüemert, su hijo José María (informante de la estadística de Ramírez), su yerno José Antonio, su sobrino Domingo Carballo su sobrino político Justo de la Concepción (padre del economista Benigno Carballo Wangüemert), Ambrosio de Casares, Antonio Salazar, Antonio Lorenzo de Justa, Domingo Lorenzo Felipe, su hermano Diego, Miguel Santos, Antonio de Armas, su hermano José Manuel, Gregorio Rodríguez Carmona su hermano Sebastián y José Manuel Cordobés. José María Wangüemert ocupó la Alcaldía de Aridane en los años 1833, 1841, 1854 y 1855, que sepamos.

En el informe de Wangüemert a Ramírez Atenza describe la plaza aridanense de la siguiente manera: “Contiene una plaza que es la principal compuesta de veinte celemines de terreno cuyo aspecto es alegre, con dos árboles aparicios ya antiguos y algunos otros modernos muy pequeños que se procuran por distintos vecinos los cuales no han prosperado a causa de algunos mal intencionados”. Tengamos en cuenta por ese año aún no contábamos con agua canalizada en el casco urbano del municipio y el abasto de agua era recogida en la Vica de Argual y aljibes particulares lo que dificultaba la siembra y mantenimiento de arbolado ornamental.

Esos “dos árboles aparicios ya antiguos” deben corresponder a variedad de árboles ornamentales conocidos por Paraísos, abundantes aún hoy por la geografía aridanense y que de seguro su presencia ha propiciado a topónimos conocidos en la zona por El Paraíso y Paradiso.

En la fotografía de la siembra de los laureles de India en 1863 se aprecia al menos uno de ellos y tres más alineados dirección naciente de la plaza. Estos últimos deben ser los “otros modernos muy pequeños”. Las fechas parece que nos cuadra, 1847 y 1863, una diferencia de unos 16 años entre la reseña documental y la fotografía.

Suponemos que la siembra de los laureles de India y primera urbanización de la hoy plaza de España de Los Llanos de Aridane propició la pérdida de aquellos pioneros árboles ornamentales, que el cronista José María Wangüemert llamó en voz popular “aparicios”.

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