cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
Opinión
Publicidad

Difícil dilema, elegir entre morir y perder la vida

No le falta razón a aquellos que opinan que no estábamos preparados para combatir el tan mentado coronavirus, pues pocos habrían imaginado que pudiera suceder una catástrofe de tal envergadura.

Cierto es que la respuesta dada a tal crisis no ha sido la misma en todos los países, no hay nada más que mirar la manera de abordarlo en Alemania a modo de ejemplo, y compararlo con la respuesta dada en España.

En ambos Estados son muy parecidas sus estructuras territoriales netamente de carácter federal en Alemania, y de carácter autonómico, cuasi federal, con tendencia federalizable, o “federo-regional”, como decía un ilustre canario constitucionalista llamado Gumersindo Trujillo, al referirse a la estructura territorial de España.

Y al menos parecida tendría que haber sido la respuesta ante esta crisis, pero, claro, en Alemania es posible una gran coalición entre conservadores y socialdemócratas, mientras que en España nos tenemos que conformar con una coalición social-comunista adobada con un potaje de independentistas catalanes de izquierda y de ultraderecha; y coyunturalmente con la colaboración de los nacionalistas vascos.

Y para reflejar de forma gráfica que las desgracias o inconvenientes del presente tienen su explicación en hechos del pasado, nada mejor que la expresión “de aquellos polvos estos lodos”. En efecto, el gobierno actual estaba pensado para repartir la riqueza obtenida tras empezar a superar la penúltima crisis financiera; para implementar mayor justicia social; también por qué no decirlo para dar satisfacción a determinados grupúsculos y perroflautas, que haberlos, haylos. Nunca fue diseñado para gestionar una gran crisis sanitaria, ni para gestionar el reparto de la miseria económica a la que estamos avocados, no sólo por la pandemia en sí misma, sino a la negligente gestión gubernamental, por su tardía reacción a la misma, o para disminuir el impacto dañino del Covid-19.

Conviene recordar que en Alemania, con similar número de casos que en España, se prohibió la manifestación del Día Internacional de la Mujer del 8 de Marzo porque por muy importante que sea la defensa de género, que lo es, aún más debe ser la protección al derecho a la salud y a la vida. También en Alemania se tomaron medidas para proteger primeramente a los sanitarios, y luego al conjunto de la población proporcionando desde el primer momento adecuado material (mascarillas, material médico, suficientes test, etc). A mayor abundamiento, ni tan siquiera tuvieron que acordar estados de alarma y/o excepción.

Y unido a lo anterior han sido los Länder, en colaboración leal con la estructura federal, los que han implementando las medidas para disminuir el gran impacto ocasionado.

En España, hay que lamentar con tristeza que no se tuvo reparo en convocar decenas de manifestaciones que en años anteriores reunieron a más de medio millón de personas (solo entre Madrid y Barcelona) y, luego, una desmesurada recentralización encubierta y una inaceptable gestión posterior a los sucesivos estados de alarma.

Y llegados hasta aquí nos encontramos con un dilema a la hora de decidir entre muerte o perder la vida a la hora de solucionar la próxima crisis que se avecina, la económica.

Si se opta por pedir la inevitable ayuda económica a las autoridades comunitarias europeas estaremos avocados a un rescate de condiciones impredecibles que habrá que negociar y que traerán consigo nuevos recortes y reajustes que pagarán los de siempre.

Pero, también se puede optar por convocar nuevas elecciones y que otro asuma el marrón a ver si lo arregla. No creo que en esta ocasión la actual oposición muestre gran entusiasmo al respecto.

En cualquiera de los dos escenarios, tarde o temprano, será inevitable la inscripción a modo de recordatorio del siguiente epitafio: “Difícil dilema elegir entre morir o perder la vida y no ser recordado como una negra mancha y una etapa para olvidar en la innegable buena hoja de servicios de la socialdemocracia en la reciente historia de España”.

Abogado y Doctor en Derecho Administrativo UNED (*).

Archivado en:

Más información

Publicidad
Comentarios (0)
Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad