Fundador de la Confraternidad de la Santísima Trinidad
Pintura San Felipe Neri.
Siguen llegando las fiestas en este casi final de mes de mayo. Tengo que decir que también hace poco tuve la oportunidad de ver en 13TV, una película sobre la vida de Felipe Neri, y me emocioné en ver a un hombre tan dado de su amor, de su regeneración, de sus deseos y de su liberación.
Un hombre comunitario, que se implicaba del todo y por todos aquellos a los que consideraba sus hermanos. Para conseguir esta atmósfera moral yo creo que debemos remitirnos a la oración, que jamás será pérdida de tiempo, sino eficacísimo remedio para salir de las deficiencias y egoísmos porque todos queremos ser buenos, sentir a Dios en la justicia y la caridad, y depositar en Dios nuestra confianza para que el Señor se goce de nosotros.
Nació en Florencia en el año (1515). Fundó en el año (1548), la Confraternidad de la Santísima Trinidad, Comunidad de Seglares dedicada a los peregrinos, a los pobres y a los enfermos. Tres años más tarde fue ordenado sacerdote e ingresó en la Comunidad de San Girolamo de Roma.
Sus himnos y oraciones adquirieron tal fama, que la Iglesia tuvo que construir una sala adicional para acoger a los asistentes. En ellas, Felipe enseñaba a través de la música y estuvo en contacto con varios de los músicos más destacados de la época.
Entre los años (1564) y (1575), ostentó el cargo de Rector de la Iglesia de San Giovanni, donde fundó un nuevo oratorio. En el que vivía un grupo de sacerdotes en comunidad, pero sin contraer los votos, hecho insólito hasta entonces. Se le recuerda especialmente por la inmensa cantidad de obras destinadas a la caridad que mandó realizar. Incluso llegó a donar todas sus obras para darle el dinero recaudado a los pobres.
Tenemos que sentirnos invadidos, estudiarlo y tenerlo como íntimo amigo que nunca nos defraudará. Rezar a Dios por medio del Espíritu Santo, es como si nos envolviera en un abrazo invencible, pero en ese abrazo no debemos desentendernos del mundo, por el contrario, nos sentimos iluminados por una claridad interior.
Felipe Neri rezaba principalmente en la Iglesia de San Eustaquio, muy cerca de la casa de Caccia; fue en la Catacumbas de San Sebastián donde tuvo lugar en el año (1544), el que se le conoce en la tradición cristiana como milagro de su corazón.
Durante sus últimos años de laico, Felipe extendió su apostolado en (1548) junto con su confesor Pariano Rosa. Fundó la confraternidad de la Santísima Trinidad, conocida como la cofradía de los pobres, para ocuparse de los peregrinos y convalecientes. Sus miembros se reunían para la comunión, la oración y otros ejercicios espirituales en la Iglesia de San Silvestre in Campo.
Sólo Dios ve las infinitas posibilidades que tenemos de cada existencia, los diferentes caminos. De ahí nace la enorme necesidad de orar, de conectar con Su Mente, con Su Corazón, exactamente como un aparato de radio, la televisión, teléfono móvil, a través de las ondas.
La oración nos conduce a una mayor cercanía y seguimiento de Jesús con estos medios, debido a el coronavirus. Ya que orar no es sólo mover los labios con la atención puesta en otra parte. Orar es comunicarse con Dios, hablarle, agradecerle, pedirle, adorarlo. Y mejor aún si rezamos el rosario, porque entonces conectamos también con el Corazón de María, Madre de Dios y Madre nuestra. Fue canonizado en el año (1622), por el Papa Gregorio XV.
A menudo la gente alude al refrán “A Dios rogando y con el mazo dando”, a sabiendas de lo importante que es luchar por lo que queremos con la cabeza fría y los pies puestos en la tierra. Después de todo, cada persona debe “trabajar” por la salvación de nuestra alma. Y Dios quiere nuestra salvación, cada día, cada hora, cada instante. Ojalá contemple mi fe en Dios como un gozo, como libertad, como una fuente de vida, como un banquete compartido, como una canción de esperanza.
ESCRIBE: Miguel Pérez.
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