El Puerto de Tazacorte, paraíso dominical de los hippies

Garafía ha sido tradicionalmente un paraíso para los hippies. Su imponente naturaleza y lo desolado de sus caseríos, convirtió a la Villa norteña en un paraíso para estos amantes de esta corriente contracultural, donde han llegado procedentes de los más variados rinconces del mundo.

Pero su presencia en la sociedad palmera, más allá de los límites del municipio norteño, se ha hecho, con el paso del tiempo, cada vez más cotidiana y ahora es frecuente encontrarlos con su música y acrobacias en distintos puntos de la geografía palmera, especialmente los fines de semana.

Pero si tienen un lugar predilecto para los domingos es el Puerto de Tazacorte. Después de pasar el sábado en el Mercadillo de Puntagorda y el domingo por la mañana en el de Argual, el punto de encuentro dominical es el Puerto bagañete. Alrededor una veintena de hippies, con sus mochilas, instrumentos musicales, juegos de malabares, perros, etc, acampan en pleno centro del Puerto, formando una estampa que con el tiempo se ha convertido en típica del lugar.

El clima privilegiado de este punto de la Isla, probablemente el que disfruta de más horas de sol al año, la playa, los servicios con que cuenta, etc, son todo un reclamo para esta comunidad, que culmina la semana en este entorno.

De hecho, hace unos años, entre el Cabildo y el Ayuntamiento tuvieron que proceder a tapiar algunas cuevas que se encontraban en la ladera del Time porque las habían acondicionado como viviendas, en unas condiciones higiénicas más que dudosas. Recientemente, incluso, han tenido que volver a tapiar dos de ellas porque abrieron las puertas para instalarse en las mismas.

Su presencia ha generado algunas molestias entre los comercios y establecimientos de la zona, por lo que la Policía Local de Tazacorte suele estar presente en este espacio para evitar que incomoden a los clientes de estos locales. Apuran hasta el último rayo de sol, dan una imagen singular en el Puerto y parece que han elegido este lugar para quedarse y convivir con la comunidad local y los turistas cada domingo.