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Opinión
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"Temblores o parálisis en la gestión política de los gases en Puerto Naos y La Bombilla"

Francisco Rodríguez Pulido.

A raíz de tres artículos que he publicado sobre a gestión política y científica de los “gases” en Puerto Naos y La Bombilla, han tenido lugar varios hechos que, tal vez vienen derivados de los contenidos de dichos artículos. El PEINPAL y las administraciones callaban. Silencio, por respuesta. Pero, de repente, aparecen declaraciones y convocatoria a los vecinos el 13 de septiembre.  Si esto significa que los “temblores” han aumentado o es la forma de acallar voces y continuar con la parálisis de la gestión política en el asunto de lo “gases”, lo sabremos en las próximos días. En cualquier caso, mi reflexión es que el Cabildo, PEINPAL y ayuntamiento de Los Llanos dejen ya de usar la estrategia del miedo, porque de lo contrario estaríamos antes un mal indicador de la salud democrática. Mis reflexiones quieren apuntar en una clara dirección: es el momento de desarrollar un protocolo de retorno a la vida en Puerto Naos y La Bombilla. La solución no se puede resolver con vallas y añadiendo angustia a vecinos cuando acceden solo unas horas.

En primer lugar, quiero aclarar, debido a confusiones, que yo no me defino como científico, por si alguno se quiere referir a mí por ese término. Solo trato de usar mis conocimientos y habilidades en Ciencias y Químicas para descifrar, contrastar y buscar evidencias sobre la realidad de las emisiones difusas de CO2 en Puerto Naos y La Bombilla. Para ello, me baso en los escasos datos que hay y, sobre todo, indago en la amplia bibliográfica científica que existe. Mi atrevimiento ha sido juzgar y dudar de las formas y el fondo en que se está desarrollando el monitoreo y comunicación de la información sobre los flujos de emisión de CO2 en los núcleos costeros.

No voy a reiterar lo que he dicho en esos artículos. Sin embargo, de lo que me siento más preocupado es de la noticia que, un día después de publicar mi último artículo, refería de dos vecinos que “se saltaron el perímetro y sufrieron malestar por gases”. Si la noticia es cierta, pues no lo creo así, me preocupa que se diga que “inhalaron valores tóxicos de gases” (no hay parte médico) o, usando palabras textuales de dichos vecinos que “habían leído en las redes sociales que lo de los gases era mentira”. Y me preocupa que se relacione el incidente con mis publicaciones. Este supuesto incidente merece una serie reflexión. Además, suceden cosas extrañas cuando, después de dos días de publicación de mi tercer artículo (Hablemos del CO2), desaparece de un diario digital, como por arte de magia.

Para empezar, dudo bastante de la veracidad de que sucediera. La comunicación de la noticia no cita las fuentes (solo menciona “fuentes aludidas”). Nunca habla de partes médicos, pues afirmar que habían inhalado gases tóxicos debería estar basado en un parte médico, obligatorio, además. Y mencionar dos vecinos, de manera tan anónima, no dice mucho. Sería saludable que publiquen los partes médicos, si existen, sin mencionar evidentemente los nombres de las personas. En cualquier caso, nadie puede relacionar mis artículos con un incidente así, porque yo nunca he dicho que no haya gases. Ni nunca he dicho que los vecinos vayan por su cuenta y riesgo.

En el fondo de toda esta problemática envuelta en una halo de misterio e incertezas, hay que valorar positivamente que los únicos responsables en este escenario de “emergencia” que se han pronunciado para aclarar el asunto ha sido la ciencia. En primer lugar, el Comité Científico que, en un comunicado del 26 de agosto, informaba muy genéricamente de los valores medidos de gases y concluía la necesidad de mantener la zona desalojada. Con este informe he sido muy crítico, por su ambigüedad. Posteriormente, se ha pronunciado INVOLCAN, a través de las redes sociales. Resulta que el informe del Comité Científico me entero de que fue enviado a los medios desde el Cabildo de La Palma, sin más contenido que el propio informe. En el PEINPAL, silencio absoluto. Este hecho lo entiendo como una negligencia del Cabildo. ¿Por qué el Comité asesor del PEINPAL -Plan de Emergencias Insular de La Palma-, y el Presidente del Cabildo no decían nada? Finalmente, Mariano Zapata se pronuncia. ¿Habrán aumentado los temblores en el Cabildo?

En mis artículos denunciaba el silencio en torno al asunto de los “gases”, sin que vecinos y vecinas afectadas recibieran respuestas claras. Y, evidentemente, cuestionaba la información de los valores, sustentando en el acceso que tenía a determinadas comunicaciones científicas y, además, considerando el vacío de datos de concentración en la página web creada al efecto. Las personas afectadas, hartas de tanta ambigüedad y silencios, se están movilizando en una concentración para el día 18 de septiembre. Las administraciones responsables esconden sus “temblores”, sus miedos y quizás, información que no les interesa mostrar. Sin embargo, hay que agradecer que INVOLCAN ha “arriesgado”, según sus palabras, a ofrecernos información que aportan luz en tanta oscuridad en torno a los “gases”.

INVOLCAN ha publicado en las redes sociales información que a mi entender no despeja todavía algunas incertidumbres. Con una gráfica se reafirman en el origen volcánico del CO2. Sin embargo, la gráfica no está construida con los valores y cálculo de su firma isotópica de Carbono-13, algo que se puede encontrar en investigaciones cualificadas. A mí me extraña, por ejemplo, que no digan nada en absoluto de que hay carbono biogénico.

En el segundo post, más extenso, sin entrar a valorar los datos de concentración de CO2, que indica que han bajado, aporta dos cuestiones interesantes. Reconocen que no saben cuánto durarán las emisiones y, además, que es necesario considerar técnicas de ·remediación”. Respecto a lo primero, es lógico cuando entienden que el origen es volcánico. Y con relación a las medidas aplaudo las aportaciones, como la ventilación forzada y un sistema de alerta automática en interiores. Lo dramático, según INVOLCAN, es que desde febrero de este año lo vienen diciendo, e incluso se lo han hecho saber al Comisionado y al ministro Bolaños. En este caso, por tanto, tarjeta roja para ambos, Comisionado y ministro (expulsados porque no aportan soluciones).

El tercer post aporta una de las cuestiones que yo había solicitado, el uso de modelos de dispersión. Sin entrar en detalles, yo en esos modelos observo que la dispersión, en una duración de 10 minutos, y considerando un viento 0 m/s, permite que haya un nivel alto de difusión del CO2 en el aire que hace que existan concentraciones soportables para la vida humana. Y hoy mismo, cuando escribo esto, sacan un cuarto post para explicar la utilidad y funcionamiento de las trampas alcalinas.

Por tanto, hay que agradecer la buena voluntad de INVOLCAN. Contrasta notablemente con el silencio, tal vez cómplice del IGN. Y este silencio es grave, porque es la institución que por ley debe velar por los peligros asociados a la actividad volcánica. Lo último que han hecho fue poner diez sensores, según ellos de última tecnología LoRa, con selfi incluido. Esta misma tecnología la han puesto, por ejemplo, en Canadá, donde 45.000 medidores/sensores estáticos permiten monitorizar la calidad del aire en las escuelas, entre ellos el CO2. Es una medida derivada de lo que ha significado la pandemia de Covid.

Entiendo que las aportaciones de INVOLCAN, aunque limitadas, son importantes. Sin embargo, en una réplica a un comentario mío en las redes sociales, reconocen que se arriesgan con la aportaciones que hacen porque pueden tener dificultades para una publicación posterior en revistas científicas. Quizás con esta respuesta entendamos porque “esconden” la información de sus datos. Yo les preguntaría si es más importante las publicaciones científicas o el bienestar de tantos vecinos y vecinas del Valle de Aridane.

La evidencia actual es que, más allá de las comunicaciones de INVOLCAN, no hay datos actualizados de las supuestas 15 balizas. De los últimos sensores del IGN no sabemos nada. Y es que, el portal del Cabildo sobre “control de CO2” mediante 15 balizas, hace bastante tiempo que no hay datos. Pero si uno se fija en dicha página, en una esquina casi imperceptible, dice “descarga datos aquí”. Al descargar el archivo, una base de datos nos sorprende con una tabla con registros diarios. Pero observando los registros, por ejemplo, del 31 de agosto, solo aparecen las balizas 1, 2, 4, 5, 6, 11, 12, 13, 14 y 15. Después, el 1 de septiembre solo hay registros de las balizas 12, 13, 14 y 15. ¿Qué credibilidad podemos darles a estos valores?

Un ejemplo es la baliza 11, para entender la arbitrariedad de los datos. La baliza 11 es que da valores más altos de todos. Según el Cabildo está identificada como la LPA18, ubicada en el exterior, en la curva hacia dentro de acceso a La Bombilla. El valor promedio del día 31 de agosto es de 134.825 ppm (partes por millón). Pues bien, este punto ahora mismo no está en la zona acotada y vallada. De hecho, está más alto que Los Lajones y la rotonda de acceso a Puerto Naos. Curiosamente, INVOLCAN cita esta baliza, LPA18, ubicada en el interior de la Farmacia. Algo no cuadra, o la ubicación o los valores. Porque la baliza que está ubicada en ese lugar es la número 5, según el Cabildo Sorprendentemente en las tablas da un valor promedio de 8.205 ppm para el 31 de agosto.

Desde el paso del semáforo rojo a amarillo, la gestión de la emergencia ha pasado al Cabildo, a través del PEINPAL, desde el 2 de febrero. Según establece la legislación. El PEINPAL se enmarca dentro del Plan Especial de Prevención de Riesgos. Hasta ahora, los acuerdos del Comité Asesor han estado relacionados con las obras de emergencia; en algunas de las cuales me temo que no han tenido voz y voto el PEINPAL. Además, han tomado medidas restrictivas, amparadas en el mantenimiento del semáforo amarillo. Y en este contexto, en Puerto Naos y La Bombilla han contratado seguridad privada, y han instalado un vallado. Han convertido a ambos núcleos en la zona “cero” de una supuesta catástrofe.

Las decisiones del PEINPAL y el presidente del Cabildo deben ser analizadas jurídicamente, violentando derechos fundamentales de las personas. El mantenimiento del semáforo amarillo no se sostiene, y puede ser recurrible, ya que el Decreto 112/2018, que aprueba el PEVOLCA, señala que el semáforo amarillo se aplica en situaciones que preconizan un período pre-eruptivo. En este caso, antes de la erupción, solo permaneció una semana. Nunca se ha estado en semáforo naranja. Y ahora son ya más de siete meses en una situación insostenible para muchos vecinos. Es el tiempo de la RECONSTRUCCIÓN, no de la emergencia.

El escenario requiere ser propositivo. “El Comité Asesor debe encontrar soluciones técnicas a las demandas del incidente”, según dice la legislación. El Cabildo y el PEINPAL debe salir de la parálisis y la oscuridad de su gestión. Ahora el Sr Mariano Zapata sale públicamente, de manera confusa. Se convoca Revivir el Valle para el día 13. Si estos movimientos de la administración son para que todo sigue igual y, supuestamente, acallar voces, sería peligroso para la democracia. Sin embargo, si de verdad se están planteando desarrollar un protocolo que permita la vuelta a la vida en la costa, sería otra cosa INVOLCAN ha dicho que estamos ante un fenómeno de duración incierta. Pero, aun así, hay soluciones. Furnas, en Azores llevan casi cuatro siglos conviviendo con gases. Los hechos evidencian que quien debe tener voz, recursos y medios para resolver esto, más allá de la ciencia vulcanológica, es Salud Pública. Si en verdad quieren solucionar el asunto del CO2, es momento de que actúe. Porque la realidad es que estamos ante un problema de salud. Y aquí no se hace nada.

Salud Pública es vital en la resolución del problema. Porque lo que hay que analizar para valorar si es posible habitar Puerto Naos y La Bombilla es el Oxígeno. La concentración de Oxigeno se altera por el aumento del CO2, pero lo importante fisiológicamente hablando, para nuestro pulmones, es la presión parcial de O2 (PO2), la presión alveolar y la presión en sangre, tanto de O2 como CO2. Para que se produzca un desequilibrio importante, y la sangre llegue a tener una intoxicación de CO2, esto sucede en concentraciones muy altas, y prácticamente en ambientes cerrados. Y para que podamos hacer un contraste, la presión parcial del Oxígeno a nivel del mar es 213 hPa (hectopascales). A una altitud, como las Cañadas del Teide, la concentración de O2 no cambia, pero la presión parcial es 170 hPa. Si calculamos en un ambiente con una concentración de CO2 de 200.000 ppm en el exterior, la presión parcial del O2 es prácticamente idéntica a estar en las Cañadas del Teide.

Y, para finalizar, ¿es tal letal el CO2 como dicen? Yo quiero poner dos datos. En EE. UU. en el año 2015 se diagnosticaron 90 muertes de hipoxia (falta de oxígeno) directamente relacionadas con concentraciones altas de CO2. En más de 20 años de monitoreo en el áreas geotérmica Cava dei Selci, donde está el complejo volcánico Colli Albani, se ha producido una muerte, precisamente por una persona que se metió en un pozo. Creo, por tanto, cuando dicen que es una situación incompatible con la vida, que exageran de manera temeraria.

El Comisionado para la Reconstrucción de La Palma, el Gobierno de Canarias, El Cabildo de La Palma, y los ayuntamientos de Los Llanos de Aridane y Tazacorte deben superar la parálisis. Sobre todo, por el impacto que está creando en la salud mental de muchos vecinos y vecinas. Y si la alcaldesa de Los Llanos de Aridane ha manifestado que la solución está en Salud Pública, por algo lo habrá dicho. O quizás sean unas declaraciones que pretendan exculpar a su amigo Mariano Zapata, más que hablar de soluciones concretas. Aunque, como dije, Salud Pública tiene muchísimo que decir. La alcaldesa dijo, cuando “ellos” digan que se puede pasar, se pasa. Pues no parece tan complicado.

 

*Francisco J Rodríguez Pulido, Profesor Jubilado en FYQ. Licenciado en Química y Pedagogía.

 

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