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Opinión
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"Emisiones de CO2 en Puerto Naos y La Bombilla originadas por las aguas residuales"

Si en algo se ha caracterizado la gestión científica del problema de los gases en Puerto Naos y La Bombilla es porque han ignorado el método científico. Tanto los técnicos del IGN como INVOLCAN se han dedicado fundamentalmente a medir, y esto no es hacer ciencia. El propio Stavros Meletlidis, del IGN, llegó a decir, en una entrevista al cumplirse el año del inicio de la erupción que “nosotros estamos para medir y facilitar esos datos al gestor, el Cabildo de La Palma”.

La ciencia institucional se ha limitado a medir los flujos y la concentración de dióxido de carbono. Instalaron balizas y sensores estáticos y, además usaron sistemas móviles. A partir de ahí, nos han ofrecido datos, y no muchos, algunos publicados en la web del Cabildo de riesgo volcánico, aunque hace meses que han dejado de hacerlo. También han querido convencernos de su origen volcánico. Algunos, solo con manifestaciones verbales. Otros, como INVOLCAN, han reiterado que el dióxido de carbono es de origen volcánico; argumentando para ello criterios, poco clarificadores, sobre la firma isotópica de C13 o el enriquecimiento de helio.

En Puerto Naos y La Bombilla no han aplicado el método científico. Los que hemos enseñado ciencia sabemos de su importancia. Cuando nos enfrentamos a un problema que hay que investigar, necesitamos hacernos preguntas y observar. Las preguntas nos llevan a crear hipótesis, y a buscar información que nos ayude a entender el problema. Pero las hipótesis hay que demostrarlas, con la toma de datos, las medidas y la experimentación. Y luego, se analiza y se confirman o no las hipótesis. Pero, con relación al problema de los gases, solo han trabajado con una única hipótesis, aún no demostrada. Los datos publicados solo aportan evidencias que verifican su única hipótesis. Ese ha sido su trabajo. Pero su peor cara ha sido asustarnos, o amargar nuestras vidas, con frases tan directas como que, son “gases incompatibles con la vida”. El último favor al gestor fue crear un set cinematográfico para el exhibicionismo de Calleja y Piqueras, con la ayuda de técnicos del Cabildo, como la señorita Jordana.

En Puerto Naos y La Bombilla se necesita una ciencia interdisciplinar que trabaje en equipo y utilice el método científico. Es imposible enfrentar el problema únicamente con vulcanólogos. Aunque llamarlos vulcanólogos es algo peyorativo. El Catedrático, ya jubilado, de la Universidad Complutense. Eumenio Ancochea, manifestó que la Vulcanología es una ciencia multidisciplinar, de la que no es fácil especializarse. Su colega en Las Palmas de Gran Canaria, José Mangas, llegó a decir que es imposible organizar un máster en Canarias, porque no se matriculan. No hay ningún máster oficial.

Preocupados por la nefasta gestión científica hemos considerado que, reivindicando la necesidad de hacer ciencia, es necesario valorar otras hipótesis sobre el origen de los gases. Queremos argumentar la relación de las emisiones de los gases con las aguas residuales de Puerto Naos y La Bombilla, sin descartar totalmente que la erupción volcánica también haya influido. Desde el minuto uno, nunca han querido hablar de este problema.

La gran mayoría de las aguas residuales, en el caso de Puerto Naos, y todas, en el caso de La Bombilla han ido a pozos negros, que son sondeos filtrantes asociados a lo que se ha llamado “volcán”. Con este término popularmente se ha definido a los diques porosos que facilitan el drenaje rápido de la aguas negras. Esa característica diferencia los “pozos negros” de las fosas sépticas, en las que el agua sucia simplemente se guarda y se procede a la decantación y, en ocasiones, fermentación anaerobia. Hace apenas dos décadas, en Puerto Naos se instaló una red de evacuación, con una EDAR en la zona de El Pozo y una estación de bombeo, cercana al hotel Sol. Esta estación, cuya ficha técnica indica un caudal de entrada de 600 m³ diarios para 4.000 habitantes, se ha visto en poco tiempo que es insuficiente para el tratamiento de todas las aguas residuales. En verano tiene que soportar 800 m3 diarios. En 2015 se adjudicó a Ingeniería Trazas un nuevo proyecto. Y hasta la fecha, ni se ha publicado y mucho menos adjudicado. En febrero de 2019, la oposición del ayuntamiento ya lo advirtió. Y así se perdieron 3,3 millones de euros de fondos europeos.

El efecto de los pozos negros en el subsuelo suele pasar inadvertida, pero en realidad podemos considerar dos aspectos básicos, la contaminación del acuífero y el consiguiente riesgo sanitario y la acumulación de una capa de sedimentos o lodos orgánicos susceptible de posterior transformación. En Puerto Naos y La Bombilla se ha activado, desde el 19 de septiembre de 2021 un efecto aún más peligroso. Llevan más de un año sin habitar. Se cerró el agua de abasto, y la estación de bombeo y la depuradora han dejado de funcionar. Se ha producido una mayor estanqueidad de las aguas residuales en los pozos y en la propia red. El proceso de filtración ha seguido en los pozos, a lo que vino a añadirse probablemente un efecto catalizador, debido a la erupción volcánica. Durante el ascenso del magma se produjo una deformación del terrero. Un empuje y un calentamiento del subsuelo. Los datos de los satélites Sentinel, mediante la técnica de InSAR (interferometría radar de apertura sintética) mostraron que la deformación era mayor hacia el suroeste de la isla, alcanzando la costa del Valle de Aridane. Fue noticia durante el volcán la existencia de grietas en la rotonda de Puerto Naos.

Los movimientos tectónicos, las deformaciones y, en particular el aumento de la temperatura en el subsuelo ha afectado de manera observable a los lodos acumulados y estáticos. Solo es suficiente una temperatura de 40º, acompañado de una hidratación del agua perdida, para activar su descomposición. Ésta siempre se produce, pero la erupción la ha acelerado. En un recinto totalmente hermético se formaría sobre todo metano y dióxido de carbono, Pero ni los pozos negros ni la red son herméticos. En este caso, los gases que se han producido y se producen de la descomposición son principalmente, como así lo dicen varios estudios sobre emisión de gases de pozos y fosas sépticas, dióxido de carbono, seguramente hidrógeno, además de vapor de agua y posibles gases “picantes” procedente de los vapores de acético. La metanogénesis (formación de metano, CH4) llegaría a ser menos relevante.

El subsuelo de Puerto Naos y La Bombilla hay un acuífero, en parte con una gran intrusión del agua de mar. Pero sobre él y mezclado con el agua se encuentra una zona muy permeable y porosa. A más profundidad debe existir una zona impermeable que impide el paso del agua. Esta zona impermeable puede coincidir con zona de basaltos antiguos o, incluso, materiales basales, principalmente formados por gabros y sionitas. El acuífero se recarga además del agua de saneamiento. Y en la parte superior, o de saturación y en los pozos, se acumulan los lodos que se separan del agua negra y no han sido alterados sustancialmente por la metanogénesis. A través del edificio insular que ejerce de pared semiimpermeable no pasan los lodos sólido-orgánicos que no hayan conseguido hidrolizarse y metabolizarse en CO2 o CH4.

No es descartable, por tanto, que las emisiones de dióxido de carbono estén asociados a los procesos de descomposición de las aguas residuales. El proceso suele ocurrir en ausencia de aire, aunque en este caso concreto no podemos definirlo propiamente como un proceso anaerobio o anóxico. La metanogénesis tiene lugar en este medio y, cuando es completa, el 80% de los lodos de las aguas negras se transforman en gases, los últimos de la degradación orgánica, que son CO2, H2O, CH4, y en mucha menor cantidad, óxido de dinitrógeno. Cuando no se dan las condiciones para la reducción química hasta la formación de metano, una parte sustancial de los lodos forman películas que se superponen sobre los materiales ígneos, reduciendo por cierto su porosidad, hasta constituir una costra orgánica característica.
En definitiva, con una temperatura de activación de unos 40ºC, por la influencia misma de la erupción, es muy factible que el proceso de fermentación se vea aumentado por tratarse además de un proceso exotérmico, que se mantiene en el tiempo mientras exista una concentración suficiente de sustrato, produciendo una liberación significativa de CO2, que puede estar acompañado de CH4 o de H2.
En el caso de los pozos negros y la red de evacuación existente cabe decir que las condiciones por la que la absorción de aguas negras no cumple los requisitos para que se produzca la metanogénesis son la velocidad alta del drenado hasta la dilución y pérdida total del agua que fluye al mar, y la pérdida de hidrógeno o inexistencia de las colonias de bacterias hidrogenófogas. El proceso de degradación completa de la materia biodegradable suspendida y disuelta en el agua se realiza en cuatro fases que exigen la retención del agua durante espacios temporales de aproximadamente 1 mes en los que actúan bacterias que catalizan las reacciones de:

a) Hidrólisis. Se descomponen las cadenas largas de materia orgánica en otras más cortas, gracias a la acción de las bacterias hidrolíticas y acidogénicas. Se produce algo de CO2 y los polímeros de ácidos grasos y fibras se rompen en unidades entre 6 a 4 carbonos. Es un proceso rápido 1-2 días.

b) Acidogénesis. En esta fase se convierten los productos intermedios como azúcares, ésteres, hidrocarburos…. en ácido acético, hidrógeno y dióxido de carbono. Intervienen las moléculas acetogénicas. Se forma también CO2 e hidrógeno. Proceso 1 semana.

c) Acetogénesis. Las bacterias acetogénicas transforman los ácidos grasos de cadenas largas de las grasas en acético, además de dióxido de carbono, e hidrógeno. Las bacterias son facultativas y en el caso de que haya oxígeno lo consumen acelerando el proceso. Proceso 1 semana.

d) Metanogénesis. En esta fase, la más lenta, necesita la presencia de bacterias hidrogenófogas que consumen el hidrógeno, si no se ha escapado, de las fases anteriores y luego permiten la reducción del ácido acético y otros para formar, por fin, metano y agua. Proceso lento 4 semanas.

Si entrar en detalles en cómo actúan los lodos sobre el subsuelo, queremos destacar en este caso, la generación del dióxido de carbono. Las fuentes del dióxido de carbono en la atmósfera son diversas. Es un gas que contribuye al cambio climático, debido a la combustión de combustibles fósiles. También puede originarse a partir de diversos carbonatos, del subsuelo o de sedimentos marinos y aguas dulces.

Además, está el origen biogénico de la respiración del suelo y la fotosíntesis de las plantas. Y luego está el origen más profundo, el origen magmático e hidrotermal. En el caso de Puerto Naos y La Bombilla, zonas con una alta densidad de viviendas, sin duda se ha producido una activación del proceso de degradación de los lodos de las aguas residuales, con temperaturas entre 37-42ºC. Se añadiría una posible degradación anaeróbica, posiblemente por el estancamiento, con un incremento local de la temperatura del depósito de residuos.

Estudios realizados sobre emisiones de gases de sistema sépticos consideran que las emisiones de gases es algo que no debe ser despreciable. Considerando, además, que en Puerto Naos y La Bombilla tenemos un sistema evacuación ya saturado, con décadas de acumulación de lodos en los pozos, y si consideramos los problemas del estancamiento y los efectos ya comentados, es muy importante valorar que estamos ante una fuente significativa de dióxido de carbono. Los procesos biogeoquímicos de las aguas residuales son bastantes complejos que involucran una amplia variedad de población microbiana y concentraciones de oxígeno disuelto. En condiciones aeróbicas, e incluso sin descartar anaeróbicas, hay una generación importante de CO2. Hay que tener en cuenta que la firma isotópica del carbono estaría en valores muy parecidos a la CO2 actual de la atmósfera, incluso, lo que podría confundir a los vulcanólogos. Esto es debido a que el carbono orgánico disuelto es más rico en C-13.

La argumentación de la relación del CO2 con la degradación de las aguas residuales obtiene más peso si analizamos los datos en Puerto Naos y La Bombilla. En el exterior no se llegan a alcanzar niveles de emisión de CO2 relevantes, aunque en la zona conocida como “La Moncloa” parecen ser más alta la concentración. Ello puede explicarse porque es una zona más baja, con viviendas más antiguas, la mayoría con pozos negros o con un sistema de evacuación en calle con pendiente. Donde parece observarse concentraciones más altas es en garajes, sótanos y zonas bajas. Muchos vecinos han demostrado que en plantas de vivienda no se dan niveles que no sean los atmosféricos.

Hay dos aspectos a destacar, que puede explicar esta relación. Un vecino de La Bombilla explicó en la reunión con los científicos el pasado 13 de septiembre que, en el interior de su vivienda no existían niveles altos de concentración de CO2. Él consideraba que la existencia de una fosa séptica reglamentaria tenía algo que ver con ello, cosa que no ocurría en otras viviendas de La Bombilla que, en su inmensa mayoría tienen pozos negros. Y la otra cuestión es que la red de evacuación de aguas residuales no se ha limpiado ni saneado. A GESPLAN se le adjudicó esta tarea por apenas 25.000€ hasta diciembre, y solo se están limitando a limpiar de cenizas alcantarillas.

Es necesario, en definitiva, que se aplique el método científico. Las mentes obtusas del Cabildo y de los Ayuntamientos de Tazacorte y Los Llanos de Aridane deberían tenerlo en cuenta. Es necesario adoptar decisiones que rompan el inmovilismo y el hermetismo en la búsqueda de soluciones. Hace falta identificar, en las zonas de mayor concentración de CO2, la ubicación de los pozos negros y los puntos de conexión con la red. Y con ello, se proceda a parametrizar la composición de los caudales de gases, el análisis isotópico del mismo, la temperatura… Para ello, se necesita recoger gases en un sistema de cámara flotante. También hay que obtener muestras de los lodos, midiendo también la temperatura en los pozos. La ciencia debe actuar y comprobar que la existencia del CO2 en Puerto Naos y La Bombilla tiene un origen en los lodos de las aguas residuales.

Ha pasado más de un año, sin vivir en Puerto Naos y La Bombilla. Se puede demostrar que es posible volver a vivir. En cualquier caso, es necesario recordar que se puede convivir con el problema de gases, aun siendo de origen volcánico. Se requiere una monitorización continua, con medidores en todas las viviendas y locales, identificación y zonificación de puntos negros, medidas de ventilación y mitigación… Si además se demuestra que estamos ante un origen antropogénico, podríamos decir entonces que hemos asistido a una de las mayores farsas científicas.

 

*Francisco Rodríguez Pulido. Profesor jubilado de Física y Química. Licenciado en Química Orgánica y Pedagogía.

*Julio Muñiz Padilla. Químico. Profesor jubilado de Depuración de Aguas. Jefe del departamento CSFP de Química ambiental 2000 – 2015.

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