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Opinión
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La desaladora: una traición a la verdad

No cabe duda de que el calentamiento global ha provocado cambios climáticos que han dado lugar a inundaciones torrenciales en algunas zonas del planeta, deshielos y épocas de sequía en otras. Todo esto ha conducido a que la biodiversidad haya ido disminuyendo progresivamente, encontrándose muchas especies en peligro de extinción. Sin embargo, esto no debe dar lugar a que muchos de nuestros gobernantes utilicen el cambio climático con el fin de hacer una política que va dirigida a sus propios intereses y a los de su partido. Con respecto a la sequía que en los últimos años ha vivido Canarias, nuestros gobernantes se han puesto manos a la obra con el fin de instalar desaladoras en todas las islas, con independencia de que estas necesiten o no agua. En el caso de la isla de La Palma y otras islas occidentales el Dr. Carlos Soler Liceras, experto en hidráulica y energía, ha manifestado en varios medios de comunicación y en diversas conferencias que en La Palma se infiltra 4 veces más agua que la que se consume. Nuestros gobernantes saben perfectamente que el verdadero problema de el agua en La Palma no es su escasez, sino su mala gestión.
En las Segundas Jornadas celebradas en el Museo Benahoarita en Los Llanos de Aridane el 19/02/20, Óscar Luis Rodríguez Rodríguez, miembro de la directiva de la Comunidad de Regantes de Fuencaliente manifestó que estaba cansado de denunciar las pérdidas que desde Barlovento a Fuencaliente tenía el canal año tras año sin que se hiciera nada, especificando que el año 2019 habían tenido 200.000€ de pérdidas por ese motivo, y que si no eran más era porque hacían permuta del agua que tenían en Barlovento para cogerla del Túnel de Trasvase en Aduares (Breña Alta), que desde Barlovento a Fuencaliente las pérdidas eran del 35% (un 15% desde Barlovento a Aduares, y un 20% desde Aduares a Fuencaliente). También Luis Hernández Bienes, expresidente de la Comunidad de Regantes de Fuencaliente manifestó en una entrevista en 7.7 Radio La Palma el 19/04/24 que ya en el año 2000 las pérdidas en el Canal LP1 desde Barlovento a Fuencaliente eran de un 20%, que pidió al Consejo Insular de Aguas (CIAP) que actuara en ese sentido instalando unos contadores a ver dónde estaba el problema, pero no obtuvo respuesta, y que como presidente de la citada comunidad de riego quiso denunciar al citado Consejo, pero la Directiva de la comunidad de regantes no lo apoyó y a raíz de eso dimitió.

Mariano Hernández Zapata, presidente del Cabildo de La Palma (2019-2023), en una entrevista en el medio audiovisual TV La Palma (29/12/20) manifestó que las pérdidas del canal LP1 eran del 70 %. Por otra parte, el alcalde de Fuencaliente, Gregorio Clemente Alonso Méndez, en un pleno ordinario (14-09-23), también manifestó que “de 1000 pipas que se ponen en el canal LP1 solo 200 o 300 llegan a Fuencaliente” y así lo recoge el acta de esa sesión. Carlos Cabrera Matos, consejero del PP del Cabildo Insular, hoy en la oposición, en una entrevista en Cope La Palma Radio (23/03/24) habla de una pérdida de agua en el canal LP1 de un 60 %. El actual Presidente del Cabildo Insular de La Palma, Sergio Rodríguez, en TV La Palma (23/08/23) reconoce que en el LP1 se pierden 1.000 pipas de agua de las 1.300 que deben llegar a Fuencaliente, y en entrevista a TV La Palma el 01/01/24 reconoce al Canal LP1 pérdidas del 60%. Tanto el actual consejero de Aguas como el presidente del Cabildo, Sergio Rodríguez (entrevista de 13/06/24 en Onda Cero La Palma) se han referido al canal como un coladero (el primero) y como un cesto (el segundo), como también así se refiriese a él, Mariano Hernández Zapata en entrevista realizada en septiembre de 2019 por Lucio Hernández para el programa Crónicas del Campo, donde reconoció además pérdidas en el municipio de Los Llanos de Aridane de 600pp/h que ya habían solventado finalmente, refiriendo que “ojalá las redes públicas funcionaran como las privadas, que pierden entre un 1% y un 2% de lo que transportan”.

D. Marcos Lorenzo, hoy viceconsejero de Cohesión Territorial y Aguas, del Gobierno Autónomo de Canarias, cuando era alcalde de Tijarafe y su partido, Coalición Canaria (CC), estaba en la oposición, comentó en Onda Cero La Palma (03/03/20) que ” al Consejo Insular de Aguas en la isla de la Palma lo controla un lobby para asegurarse el precio del recurso hídrico”. Según él, “este lobby es un grupo de personas con poder y organizado para perseguir un bien común, que se mantenga el precio del agua en la isla de La Palma” .

Sin embargo, Juan Ramón Felipe San Antonio, actual Consejero de Aguas en el Cabildo Insular de La Palma, el 20/05/24 comenta en Cope La Palma que “nos están acusando que hay un lobby que nos controla el precio del agua, pero esa crítica ya no cabe”.

Ambas personas, Marcos Lorenzo y Juan Ramón Felipe San Antonio, pertenecen al mismo partido (CC). De esto se deduce que la propia CC reconoce que hay un grupo de personas que controlan al Consejo Insular de Aguas de La Palma para mantener los precios del agua al alza. Nadie los está acusando como dice Juan Ramón Felipe San Antonio, sino se acusan ellos mismos.

Sin embargo, a pesar de que Marcos Lorenzo repitió en varias ocasiones que existía un control al alza del precio del agua en el Consejo Insular, en la actualidad no se pronuncia al respecto con el fin de que se lleven a cabo las directrices de su gobierno, poner desaladoras en todas las islas.

El actual gerente del Consejo Insular de Aguas, Javier Peña García, reconoce en una entrevista en TV La Palma (13/05/24) que “el Canal LP1, tiene una infraestructura muy antigua que solo tiene contadores y algunos totalizadores, haciendo falta un control para gestionar mejor las pérdidas”. Asimismo, también reconoce que, “según el balance actualizado del mes de abril del presente año, las pérdidas pueden ser de un 12%”. Sin embargo, no corrige a nuestros gobernantes, incluido el presidente del Cabildo de la pasada legislatura, Mariano Hernández Zapata, ni al actual, Sergio Rodríguez, que han reconocido pérdidas de un 70 y 80% , respectivamente. También reconoce el actual gerente que “por el canal pasa mucha agua, en abril del presente año 2.153.000 de pipas”; el 12% de pérdidas supone que se pierden 4.000 m3 al día; un volumen igual al que quieren obtener mediante la desaladora.

Si reflexionamos un poco sobre los comentarios que han realizado nuestros gobernantes en los últimos años, nos queda claro la ineficacia, dejadez y abandono que han hecho sobre la gestión de un recurso público tan importante para la vida como es el agua. También nos queda claro cómo los políticos traicionan la verdad según estén en la oposición o en el poder, demostrando una de las grandes miserias que encerramos los seres humanos. Es que sabemos muy bien lo que se nos debe, pero olvidamos fácilmente lo que debemos a otros.

Los seres humanos disponemos de un don innato para el olvido, pero otro no innato, sino aprendido, para aquello que no nos conviene recordar. Pero gracias a las hemerotecas podemos analizar cuidadosamente a esos políticos que nos llevan gobernando desde hace muchos años. Son ellos los que han dejado al descubierto que los temas que a ellos les importan no interesan a los ciudadanos. El esperpento, lo grotesco y las mentiras se imponen con el fin de distorsionar la verdad e intentar imponernos su verdad para conseguir sus fines.

El viejo Aristóteles tenía razón al afirmar que la política tiene que perseguir el “bien común”; pero queda claro que para nuestros gobernantes, el “bien común” no tiene la misma interpretación que para los ciudadanos. A los ciudadanos nos interesa cuidar al máximo nuestro medioambiente, nuestra flora y fauna terrestre y marina. La pérdida de la biodiversidad cambia los ecosistemas marinos y terrestres y con ello nuestros hábitos de vida. Gran parte de nuestras islas se encuentran con un medio sumamente dañado porque no han soportado su capacidad de carga, lo cual se traduce en contaminación, escasez o incapacidad para asumir sus funciones ecosistémicas. Esto llevó el 20 de abril a una gran manifestación en la isla de Tenerife. Sin embargo, nuestros gobernantes, no satisfechos con el gran deterioro que han causado sobre todo en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, ahora quieren acabar deteriorando al resto de nuestras islas, con la instalación de desaladoras que producen una gran contaminación en el medio marino, deteriorando nuestro ecosistema. Nuestros gobernantes nos quieren quitar lo único que tenemos.

A nivel terrestre el rabo de gato nos invade, haciendo desaparecer los cardones, tajinastes y otros endemismos. A nivel marino, con el proyecto de la desaladora quieren acabar con todos los ecosistemas. Nos están quitando tantas cosas que a los vecinos de Fuencaliente nos han quitado el miedo a protestar colocando pancartas en nuestros balcones. Pero para parar el proyecto de la desaladora no solo se tiene que implicar Fuencaliente, sino toda La Palma, ya que los resultados de su implantación afectarían a toda la isla, y no solo al medio marino, sino también a todos los cultivos, y, principalmente, al plátano, que es mayoritario.

En un artículo anterior, publicado en el diario digital El Apurón (20/03/24), comenté varios aspectos relacionados con el agua desalinizada: energéticos, agronómicos y medioambientales; haciendo hincapié en lo costosa y mala que es dicha agua para el sector primario debido a su acidez, falta de algunos nutrientes (Ca y Mg) y exceso de otros (B y Na), teniendo que ser mezclada con agua procedente de manantiales para poder utilizarse. Es imposible poder entender tanto gasto energético y deterioro medioambiental para obtener los mismo litros de agua al día que a día de hoy son las pérdidas que tiene el Canal LP1. ¿No sería prioritario arreglar ya el canal?. El presidente del Cabildo reconoce que ese canal debería estar entubado y telemetrizado hace muchos años como medida realmente eficiente. ¿Por qué no lo han hecho si nos han estado gobernando? La razón la saben ellos y, tal vez, Marcos Lorenzo. Los ciudadanos creemos que por motivos de emergencia y urgencia se puede actuar lo antes posible realizando las obras pertinentes. Alegan que para laminar completo el canal se necesitarían 22 millones de €; lo ha dicho Sergio Rodríguez en entrevista en Onda Cero La Palma el 13/06/24, y ha afirmado que no los tienen y que por eso van invirtiendo en parches cada año 5 millones; pero en cambio, planean instalar una desaladora en Fuencaliente que, como poco y con cálculos mal hechos, tanto en sumas como en la energía renovable que habría que producir, tiene como punto de partida en gasto 12 millones de €.

Desde Fuencaliente muchos pensamos, aunque no gobernemos ni elijamos a quienes gobiernan para esto, que todo ese dinero ha de ponerse en entubar y telemetrizar el Canal. Carlos Soler ha dicho que hacer el canal completo así puede rondar los 40 millones de €; pues optemos por gastar 20 millones o lo que cueste hacer de una vez las cosas bien. Entubemos y telemetricemos el Canal LP1 al menos hasta la estación de bombeo de Aduares en Las Breñas, partiendo desde Fuencaliente y metiendo un tubo de 60 cm de diámetro en el canal, como ya los hay en la zona de Las Breñas cumpliendo otras funciones, pues, además, al entrar en carga puede aumentar mucho más la cantidad de agua transportada sin perderla. Es posible, necesario y por derecho ya nos lo merecemos; merecemos en Fuencaliente agua de la misma calidad que el resto de la isla. Dejemos de hablar de parches y cojamos el toro por los cuernos de una vez.

Desde la coherencia política, lo mínimo que se le puede pedir a un partido y a un político es que sepa lo que dice y después hace. En ellos no se puede permitir la mala fe y el engaño oportunista. Desde ahora, para recuerdo permanente de su incoherencia, le podríamos decir a la mayoría de nuestros gobernantes y a las personas que han formado parte del Consejo Insular de Aguas de La Palma lo que dijo un sabio ateniense: “Si tiene algo que huele mal en su bolsillo, olerá mal donde quiera que vaya. No le achaque la culpa al lugar en que está”. Pero en la política y en la vida, el abandono de la verdad por el éxito tiene como efecto perverso prescindir de la razón y de la dignidad. Su consigna, aunque la piensen en silencio, es “aprovecha la oportunidad y no te compliques la vida”.

Ya no extraña que, si de forma hereditaria pueden llegar a reinar incompetentes, ¿cuántos incompetentes pueden llegar al poder simplemente porque en la estructura partidaria de la política ascienden arribistas en el escalafón? Aquellos que sin haber dado ni un palo al agua y se mantienen desde jovencito “en el partido, es decir, sin molestar y subiendo escalones, pueden llegar a ser alcaldes, consejeros o presidentes del Cabildo, o incluso, viceconsejeros o consejeros del Gobierno Autonómico. Muchos de ellos son como los pícaros clérigos del Siglo de Oro que “habían leído apenas y estudiado muy poco”.

Alexandre Koyré, filósofo e historiador de la ciencia, en su obra La función política de la mentira moderna se preguntaba cómo identificar a los políticos mendaces, mediocres y falsos, inmersos en ese magma que es la acción política y cuál es su perfil para poder ubicarlos; y la respuesta no es otra que observar sus conductas. Es ese político que se dirige a aquellos ciudadanos ingenuos que pueden servirle como trampolín para conseguir el poder y sus oscuros intereses. Pero no podemos olvidar que las ruinas de su acción son permanentes. O como afirmaba Edmund Burke, el filósofo y político padre del liberalismo conservador británico, defensor del Estado de Derecho: “Para que el mal triunfe basta con que los buenos se estén quietos y no hagan nada”.

*Catedrático de Zoología, especialidad de Fisiología Animal, de la Universidad de La Laguna.

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