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Opinión
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Arnaldo Martín

El dios idiota

  • El mercado no nos ha sacado de la crisis, sino que nos ha hundido más

Lovecraft introdujo en sus historias a un dios del caos, un dios idiota: Azathoth. Un dios enfermo que se complace en el caos. Resulta curioso que su invención se haya convertido en realidad. A El Mercado, el dios del caos idiota, hemos sacrificado las pensiones, los salarios, la ley laboral, la paz social, la sanidad, la educación, la calidad de la comida en los comedores escolares, un comercio justo para los agricultore y por último, como sacrificio ritual final, la Constitución.

Después de tres años de sacrificios a este Dios del Caos Idiota, El Mercado, no nos ha sacado de la crisis, como le pedían los que creían en él, sino que nos ha hundido más. Sólo saldrán de la Gran Depresión de nuestro siglo XXI, los que nunca entraron en ella. Los que nunca sufrieron la crisis, aquellos para los que ha supuesto un beneficio en cuanto a facilidades para explotar y oprimir. Los que ahora pueden amenazar a sus empleados, contratar con salarios míseros y despedir sin consecuencias. Cuando salgamos de esta crisis, no lo haremos todos, millones de personas que eran clase media, que vivían bien y cómodamente, serán pobres y vivirán con estrecheces.¿Cuántos serán? Nadie lo sabe, quizás dos millones, quizás cinco, un adelgazamiento extremo de la calidad de vida y del poder adquisitivo.

¿Por qué hemos de seguir dando vueltas de tuerca al cuello de los trabajadores hasta que se pase la rosca y no podamos respirar más? No hay ninguna razón racional para seguir haciéndolo, salvo los intereses particulares de los que nunca han sufrido la crisis, de aquellos para los que la crisis es una ventaja, para los que un modelo igualitario, sin opresión, solidario, justo socialmente, significa un escenario lamentable, como un mar sin peces.

El modelo actual no funciona y debe ser transformado, eso pocos lo dudan. Esto no funciona. Auguran todo tipo de males si se regula el mercado mediante leyes que lo controlen. Todavía sostienen, irredentos, que el mercado se autorregula. Justifican con esto el caos, la jungla, la tierra sin ley, pero no para todos. Sólo para aquellos que disfrutan con la crisis: las grandes empresas, los super ricos, las grandes corporaciones.

Lo mismo si se establece una fiscalidad justa, que paguen más los que más tienen. Rasgan sus vestiduras cuando se aprueba un impuesto que grava los patrimonios de más de un millón de euros, afirmando que se daña a la clase media. La verdadera clase media está desapareciendo todos los días, según va pasando a ser clase pobre, clase baja, desfavorecidos o cualquier otro eufemismo al uso. Hagamos algo.

Arnaldo Martín Rodríguez, coordinador insular de Izquierda Unida Canaria (IUC) en La Palma.

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