Rita Barberá.
En la película “Gilda” que interpretó Rita Hayworth, cuentan que los celos reales de Glenn Ford, hacen propinarle a Rita una soberana bofetada muy real, que debió ser ficticia.
En la película de nuestra realidad cotidiana, creo que la Sra. Barberá, Rita también de nombre, que en paz descanse, ha recibido una bofetada que muchos suponíamos ficticia pero que al parecer tiene todos indicios de ser dura y real. Por mucho que se culpe a la prensa y a los que no respetaron el silencio, todos sabemos que lo que no se puede borrar de las conciencias, es el silencio en el que la sumieron sus amigos y compañeros de andadura.
Según la filosofía del Sr Casado, ya no importaba lo que dijeran de ella, pues ya no era del partido; como si pudiéramos borrar de un plumazo lo que se hace, por y para el mismo. Esta filosofía de los adalides del pensamiento político basada en personalizar determinadas acciones para que, si ocurre algún imprevisto, sean las personas y no los partidos los que paguen por ello, es de lo más perverso e inmoral del sistema. Que todo se resuelva apartando de sus funciones a los servidores fieles, pensando que con ello se salvaguarda la sacrosanta imagen de los partidos es, por lo menos, algo pueril e ingenuo.
Esa técnica propia del menaje de plástico, del pañuelo de papel, del dodotis y de toda la gama del “úselo y tírelo” es una praxis vomitiva; rebaja a las personas a la calidad de mercenarios de la inmoralidad y no sirve para nada, porque en realidad la imagen que se tiene en la calle de las responsabilidades va por otros caminos.
No sabemos si en la memoria del móvil de esta Sra., han dejado un mensaje que le diga: “Resiste Rita, sé fuerte”. Lo cierto es que, a la hora de la verdad, no todos tienen la misma fortaleza. La crueldad de nuestra política ha obligado a esta Sra. a entrar en el grupo mixto de la humanidad inexistente y desde ahora callará para siempre porque su turno ya se ha consumido.
Y, es una pena su eterno silencio; es muy deprimente que en el senado de su eternidad no le dieran la palabra para contarnos algunas cosas por las que muchos sentimos curiosidad.
¿Es verdad que frente a la inmensidad del silencio que nos espera un minuto más o menos ya no sirve para nada?
¿Es verdad que los minutos de silencio ya no pueden suplir los múltiples minutos de silencio que hemos guardado frente a las injusticias y las mentiras?
¿Es verdad que los únicos silencios que duelen de verdad son los que nos niegan en vida aquellos por los que hemos “hablado” posiblemente demasiado?
¿Es verdad que en esa cámara, el único silencio que se valora, es el qué guardamos aquí cuando oímos defender la paz, honradez, la verdad y la justicia?
Los que nos fijamos en su cara de los últimos tiempos, no podemos olvidar su imagen de tristeza y de desolación, ni ese rictus de amargura que traslucía cuando mendigaba el saludo de los que otrora proclamaban su amistad. A los que comparamos su pasado reciente con “aquellos tiempos de vino y rosas” nos consume la curiosidad por saber cómo escribiría “el guión” de su película si le dieran la oportunidad de iniciar el rodaje. Es muy fácil comprender su hundimiento y suponer cuál es el estado mental que se le queda a uno, cuando después de regalar tantas naranjas, recibe tanta carga de acidez.
Sra. Rita Barberá: nunca he podido comprenderla. Me caía usted francamente mal, pero he sentido verdadera pena ante su resistencia a claudicar y a cargar de forma personal con algo que muchos vemos colectivo. Pero, lo más que me apena, es que quieran convertirla en un animal muerto en una cacería. No creo esa versión; estoy convencido que Usted es como el caballo herido en la batalla al que le dan un certero tiro de gracia.
Esperemos que este y otros ejemplos sirvan para poner en tela de juicio los procedimientos usados por una política negra, burda y grosera, que nunca debió existir bajo ningún color.
Vivir para ver…
Continuamos.
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PedroLuis
Estimado “Martelero”, cambian las herramientas pero perduran los valores. Entiéndame (o quizás yo debería explicarme mejor). El arado, el tractor, el ordenador (los bueyes, el gasoil, la electricidad, la red), son las herramientas, la metáfora. Los jóvenes han de formarse y prepararse para “arar” el campo que les toque: huerta, aula, quirófano, comercio, restaurante, gabinete, ayuntamiento, parlamento, etc.
De lo contrario, todos estaríamos condenados al “erial” o al “pleistoceno”, en este caso viene a ser lo mismo.
Saludos.
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Martelero
PedroLuis, creo que el concepto de agricultura que usted nombra mediante arado con bueyes, ¿Cree que hoy, en 2016, puede ir a algún sitio? Va siendo hora de salir del Pleistoceno, estamos en 2016.
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PedroLuis
Estimado (supongamos que nos conocemos) Juan Luis, cierto, el “pueblo llano” necesita de personas como doña Rita, que entreguen sus mejores años a la gestión política de sus conciudadanos. Para llegar a ello, en general, se emplean estrategias nobles y otras que no lo son tanto, y que legítimamente son censurables. Vigilar y evaluar las mismas, en un estado democrático, le corresponde a la oposición, que a su vez utiliza argumentos razonables o perversos. En ambos lados hay justos y falsos, sinceros e hipócritas.
Es lo que hay, y “con esos bueyes nos toca arar”, siempre y cuando nos permitan llevar el arado para elegir el trazado de los surcos en las urnas. También eso exige responsabilidad, mucha práctica y experiencia, lo sabemos todos los que en alguna ocasión hemos cogido un arado para labrar. A mí me enseñaron dos recordados vecinos: Cándido “Bollo” y Gregorio Gutiérrez, que no conocieron a doña Rita, pero sí sabían diferenciar la honestidad del trabajador de las marrullerías del vividor. En política, como en el campo, hay trabajadores honestos, y vividores sinvergüenzas. Son los segundos, los que revuelven las tripas a don Máximo, y a mí también. Y no son pocos. Saludos cordiales.
P.D.- Don Máximo, a los jóvenes les toca aprender a arar. En absoluto es bueno que den la espalda al “campo”. Terminaríamos todos en un erial. Tan necesarios son los maestros, como Cándido o Gregorio (ya están en la Gloria) , como discípulos voluntariosos dispuestos a aprender. Estamos en ello ( también camino de la Gloria).
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JuanLuis
exacto, me gusta que se hagan estos articulos. el PUEBLO Mas llano necesita entender que si bien la figura de RITA pudiera haber sido objeto de controversias politicas (todos sabemos que se puede opinar de una manera u de otra ) sin encambio todos somos perosonas, sabe? esta mujer lo dio todo por su ciudad, desde los años 90 estaba sacrificando sus mejores dias por el bienestar de los ciudadanos y la tortura de los medios de comunicacion mas populistas con los comunistas y sus siervos de las lenguas de serpiente consiguieron lo que querian y para lo que nacieron: para matar a la gente que no piensa ocmo ellos!!! hoy hacen una fiesta sabe?
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Martelero
Sí, la que se burlaba y hacía mofa de las víctimas del accidente de Metro de Valencia…
https://elventano.es/2016/11/rita-barbera-si-que-se-burlaba-de-victimas-del-metro-de-valencia.html
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maximopt
Indudablemente Sr Galva. lo que ocurre es que a veces se muere por tener corazón y otras veces porque parece que otros han dejado de tenerlo.
Un saludo.
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GALVA
Supongo que murió porque tenia corazón, y eso , tarde o temprano falla….
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PedroLuis
Llámalo x, cuando x tiende a: hipocresía, falsedad, remordimiento, victimismo calculado, oportunismo, necesidad… Las “necesidades humanas” tienden a ser infinitas (Abraham Maslow, psicólogo norteamericano, propone una clasificación-pirámide, muy interesante, y discutida), las justificaciones también.
Saludos.
PD.- El periodista Carmelo Encinas, se hace la misma pregunta, con reflexiones semejantes.
http://ecodiario.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/7985924/11/16/Quien-mato-a-Rita.html
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maximopt
Así es querido amigo. No me extraña que la juventud vea odioso ese oficio. Pero créeme, lo que mas me indigna es que pasen la culpa a la información.
¿Será eso populismo?
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PedroLuis
Certera respuesta, don Máximo. Así de dura y cruel puede llegar a ser la vida. Quienes hoy te miman y animan, mañana te traicionan y olvidan. No son las razones ni los sentimientos quienes marcan la pauta, son las estrategias (burdas o sofisticadas) las que fijan los objetivos. Como en el ajedrez: para salvar la torre, le damos el “tiro de gracia al caballo”. Continuamos.
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