En relación con nuestro patrimonio artístico, quiero llamar la atención sobre la bella imagen de Nuestra Señora de la Encarnación que se encuentra en la parroquia del mismo nombre en Santa Cruz de La Palma, imagen de un gran valor, pues es considerada por los expertos como una de las piezas de arte flamenco más importantes de las que se encuentran en nuestra isla y en Canarias. La misma data de 1525 y fue encargada por el mayordomo Rodrigo Alonso de la Higuera y traída por las gestiones del comitente Jácome de Monteverde natural de Colonia y que después de afincarse en Amberes y heredar fincas en Tazacorte sirvió de intermediario para dotar a la ermita desde los talleres de Flandes de esta valiosa talla que fue custodiada en su travesía desde la península por el conquistador Marcos Roberto de Montserrat uno de los primeros regidores de la isla.
Es una muestra de arte sacro de origen flamenco de entre otras muchas tallas que podemos admirar en La Palma, ésta en cuestión es de madera policromada de 105 cms. de alto y que fue colocada en su altar el 8 de mayo de 1525. Su referencia aparece en el texto que en forma de catálogo fue editado en el año 2005 –EL FRUTO DE LA FE, el legado artístico de Flandes en la isla de La Palma– en un formato bilingüe: castellano y holandés, con motivo de la exposición de arte flamenco que se celebró entre el 2 de diciembre de 2004 y el 30 de agosto de 2005 en Madrid, Gante y Santa Cruz de La Palma con el patrocinio del Cabildo de La Palma.
Estamos en un año lustral como aquel de 2005, pero con la particularidad de que también se cumplen los 500 años de que esta imagen de extraordinaria belleza artística llegó a nuestra isla; quiero resaltar también que el templo en el que se encuentra fue el segundo edificado en la Palma y el primero en la comarca este, después del de San Miguel Arcángel en el municipio de Tazacorte.
Por todo esto creo que es de justicia y especialmente ahora que estamos a pocas fechas de celebrarse su festividad el próximo 25 de marzo, el dar a conocer este hecho y conmemorar de alguna manera a nivel religioso, aunque por motivos de seguridad la imagen no puede procesionar siguiendo directrices del obispado, precisamente para resguardar su integridad de las posibles inclemencias del tiempo; y también a nivel civil con algún tipo de actos, conferencias, etcétera, que mantengan en la memoria de la ciudadanía el gran valor del patrimonio cultural que tenemos en La Palma. Reminiscencia de aquel crisol de culturas que fue el siglo XVI para nuestra tierra. Por lo que ruego a las autoridades locales e insulares contribuyan a resaltar con su apoyo institucional este noble legado que tenemos la suerte de disfrutar.
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DOSDEMAYO
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