¡Feliz Año 2018!

En plena Navidad en nuestra Isla de La Palma despedimos 2017 en año civil, y saludamos la llegada de otro: 2018. Una meta a la que se espera llegar como triunfador.

Cada vez que comienza un año nuevo, nos abrimos también a una nueva esperanza. Brindemos por una nueva felicidad y por la paz; y que todos nos despertemos el primer día haciendo dichosos a los que nos rodean y felicitando a los manueles y manuelas.

Atrás, con más pena que gloria, ha quedado 2017, envuelto en dudas y temores. Se nos está haciendo muy difícil olvidar rencores y luchas; incomprensiones y desavenencias. No ha sido un año demasiado propicio para nuestra nación: España. Entre otras cosas: Cataluña, con el independentismo.

Seguimos inmersos en los miedos, en conflictos apresados por el fanatismo y amenazas para la convivencia. Claro que han sucedido, como contrapartida, acontecimientos y cosas buenas, pero casi no nos damos cuenta de saborearlas.

No olvidemos que solo desde la paz y con la paz, apoyada en la justicia, se puede garantizar el respeto a la dignidad humana y la defensa de los derechos del hombre y de la mujer, así como el desarrollo de los pueblos en nuestra nación española.

Pero como la esperanza, según el dicho, es lo último que se pierde, sigamos confiados en nuestras instituciones, y en el necesario diálogo entre nuestros pueblos, en la busca del bien por la paz y la amistad.

Pensemos y sigamos convencidos de que Dios nos seguirá sonriendo y bendiciendo. Y, aunque no será un año 2018 plenamente feliz, sí seremos dichosos, si buscamos para todos, la paz y la felicidad.

ESCRIBE: Miguel Pérez.