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Manuela Carmena: "Empezar mi carrera judicial en La Palma fue una dicha extraordinaria"

“Estamos viviendo un momento histórico en el que la sociedad civil tiene más sentido común, educación y empatía que la clase política”, afirmó la exalcaldesa y jueza emérita en la conferencia inaugural de la Universidad de Verano en Otoño de La Palma

La exalcaldesa de Madrid y jueza emérita Manuela Carmena fue la protagonista indiscutible de la sesión inaugural de la Universidad de Verano en Otoño celebrada este miércoles en el Teatro Cine Chico de Santa Cruz de La Palma. Un teatro que se quedó pequeño para escuchar la intervención de Carmena sobre La ética en la política, en la que habló del placer de aprender y de la importancia de hablar para intecambiar opiniones para mejorar y avanzar.

“De alguna manera tenemos que aprovechar al máximo lo que significa la conversación para construir cada vez mejores estructuras sociales que hagan posible que nuestro mundo sea mejor y más feliz; nos lo debemos a nosotros mismos y a los que vienen detrás”, dijo Carmena.

Momento este que aprovechó para destacar sus inicios profesionales como jueza en La Palma. “Para mí empezar mi carrera judicial en La Palma fue una dicha extraordinaria”, afirmó, para añadir que “disfruté de una manera especial al conocer esta isla maravillosa y como todas las grandes experiencias, siempre dejan raíces que fructifican y que dan grandes regalos” y ” para mí los grandes regalos han sido mis amigos y amigas de La Palma”.

La jueza emérita recordó en su intervención que según una encuesta reciente del CIS, el segundo problema después del paro para los españoles era la clase política, que explica el título de la conferencia: La ética de la política, porque “la ética no es otra cosa que se hagan las cosas bien” y “eso es lo que he querido aportar, cómo se debería hacer bien la política para que no haya este rechazo social”. Un rechazo que tiene que ver con las faltas de respeto, con los insultos y las mentiras de los dirigentes políticos.

La excaldesa afirmó que “estamos viviendo un momento histórico en el que la sociedad civil tiene más sentido común, educación y empatía que la clase política”, algo que no sólo ocurre en España sino en todo en el mundo, donde la ira destruye lo que necesitamos como ha ocurrido en las calles de Barcelona o en Chile, recientemente.

En este sentido advirtió que la disociación que se está produciendo entre la sociedad civil y la clase política debe ponernos en alerta de que hay que cuidar la democracia. Y que para ello es imprescindible reivindicar el lenguaje que en ocasiones, dijo, se utiliza para distanciarse del adversario, para “insultar, para herirse”. “A mí me llamaban cosas terribles en el Ayuntamiento de Madrid y me decían que en los plenos echaba sermones y es verdad; la democracia es intentar ponerse de acuerdo, es necesario hablar”, reivindicó.

Otro de los males que aquejan a la política actual es la mentira, y Carmena consideró “denigrante” que no tenga ningún coste ni ninguna consecuencia para los políticos porque no está regulado, como lo está que no se pueda mentir sobre las cualidades de un determinado producto. En este sentido defendió la necesidad de las empresas de verificación, que ya existen en España, para que desmonten las mentiras de los políticos.

También consideró que si la política es una profesión, y no una responsabilidad, tiene que haber unas reglas, y criticó que los políticos que son profesionales abdican de su capacidad para obedecer a los partidos, que consideró estructuras cerradas. Por ello, vio positivo la aparición de plataformas ciudadanas como Teruel Existe que demuestran que la sociedad es tan compleja que no encuentra en un solo partido lo que necesita. En este punto, abogó por  la necesidad de reflexión, autocrítica y renovación de los partidos partidos.

Sobre la corrupción, manifestó la jueza emérita que es el “virus definitivo de la democracia”, algo que consideró “inaceptable” y que también crea desafección en la sociedad. “Es inaceptable elegir a quien nos representa y que utilice el dinero público para enriquecerse”, indicó la jueza emérita que defendió la labor de los tribunales para combatir los casos de corrupción.

Con todo y pese a las dificultades, la exalcaldesa y jueza emérita se mostró convencida de que el mejor sistema social para conseguir la igualdad social es la democracia, por lo que reivindicó que hay que cuidarla como si se tratara de nuestra familia. También señaló de su etapa como alcaldesa que “he tenido experiencias maravillosas” y que ve una sociedad respetuosa que quiere hablar, como se lo demostraba la gente cada vez que cogía el metro en Madrid. Mientras las críticas en los medios eran feroces, “en la calle y en el transporte público nunca he tenido una mala palabra de la gente, que se alegraba de verme y de hablar conmigo porque era una persona normal”.

“La política tiene que servir para mejorar la vida individual de cada uno de nosotros y la vida colectiva de todos”, sostuvo Carmena, y añadió que si no cumple ese cometido “no lo estamos haciendo bien, no estamos teniendo una política ética”. “Es importante -agregó- que seamos conscientes de que está en nuestras manos cambiarla porque modificar la sociedad, hacer que la sociedad sea distinta a la que nos hemos encontrado es una aventura extraordinaria”.

“Siempre me gusta decir que he sido extraordinariamente feliz, he tenido dificultades, he tenido problemas, claro que sí, muy grandes, pero en líneas generales me he sentido feliz de haber podido mejorar la sociedad”. Por lo que subrayó que “el gran reto que tenemos es conducir nuestra democracia, cuidarla más, hacer que funcione mejor, que esté más cerca de ese bien que queremos de la política, que sea un bien para todos”.

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