Mercedes Coello, harta de los que hacen política con la pandemia: "¿Se puede ser más despreciable?"

No creo que en este caso, siendo profesional de la medicina, o no, se pongan en valor palabras, frases, que puedan malinterpretarse como las que realmente queremos imprimirle de contenido. Simplemente, siempre ocurre lo mismo, la carga de intencionalidad lleva aparejada la alegría del fracaso, basándose en la parte bien distinta que es la política y no la de salud.

Se hace patente, igualmente aquel viejo refrán, que es la filosofía de la vida y dice: “Prefiere quedarse tuerto, con tal de ver al otro ciego”. Por que, a ver si es verdad que es tal y como aseguran algunos, entonces si que aplicaremos esa otra frase muy manida y que está en la memoria de muchos: “A la Palma le es más económico ponerle techo, que hacer un manicomio”. Y no, ni se trata de eso ni mucho menos.

Mercedes es una gran profesional, como una catedral, luchadora infatigable, responsable, procelosa de sus deberes y obligaciones y más allá de ello, lo que le obliga a acometer acciones de auténtica heroína en muchas ocasiones. Esto mismo despierta celos, envidias y otros trastornos de conducta que estraga a los que la sufren y hacen cometer torpezas, como son las interferencias en su trabajo hecho con las mejores y más nobles vocaciones: ayudar a sus semejantes, rescatarlos de las manos de la señora de la guadaña. ¿Quiénes más pueden decir lo mismo? ¿Llevan sus palabras alguna contradicción? Sabemos que es cierto y, desgraciadamente siempre existen los insolidarios, irresponsables, que no ven con buenos ojos algunas labores tan humanas como ésta. Sabemos los motivos.