El PEVOLCA traslada por su seguridad a 160 personas con residencias cercanas al volcán

El incremento de la intensidad sísmica del volcán este viernes hizo que saltaran todas las alarmas en el PEVOLCA ante el temor de que se produjera el peor escenario posible, el desmoronamiento parcial o total del cono eruptivo. Por eso, se decidió evacuar a 160 personas de Tajuya, Tacande de Abajo y Tacande Alto, la parte no evacuada, de manera preventiva y que esta noche duerman fuera de sus casas, la mayoría con familiares y amigos, 12 en el hotel de Fuencaliente y el resto, personas con determinadas discapacidades, en El Fuerte.

La directora del IGN, María José Blanco, acompañada del director técnico del PEVOLCA, Miguel Ángel Morcuende, explicó a los medios que sobre las 13:00 horas se produjo un aumento de la intensidad sísmica que no se alcanzó siquiera cuando se produjo la rotura del cono principal de la erupción de Cumbre Vieja.

Debido a esta situación y tras acordar el confinamiento para proteger a las personas que vivían en un sector más cercano al centro de emisión, se decidió después la evacuación al constatar que habían aparecido dos nuevos centros emisores en las faldas del volcán, en el subsector noreste, que emitían lava de gran velocidad y fluidez, y que podrían ser los que marcaran una posible apertura de una fractura que uniera estos dos centros y que pudiera producir la desestabilización de un sector del cono principal.

“Si estos fenómenos tuvieran lugar el escenario peor sería el desmoronamiento parcial o total del cono eruptivo generando flujos de alta velocidad, que podrían expandirse lateralmente llegando a zonas que no estaban previamente evacuadas. Se decidió evacuar a las zonas que podrían verse afectadas por una ocurrencia del escenario peor”, dijo.

Morcuende precisó que justo cuando se había emitido la orden de confinamiento, el pico de intensidad del volcán sufrió una enorme subida que “nos puso en alerta y lo más lógico era la evacuación.”

Lo que justificó porque “este es un fenómeno dinámico y nos tenemos que adaptar pensando siempre en la seguridad de las personas”. Por ello, también se decidió que pasen la noche fuera de casa para “seguir monitorizando esos movimientos del volcán que están trabajando en contra de la ciudadanía”.

“Probablemente mañana a esta horas tendremos un seguimiento claro y sabremos si este pico que alcanzamos sobre las tres de la tarde se ha vuelto a alcanzar a lo largo de la noche, sin que las personas de estos barrios tengan que sufrir ninguna consecuencia derivada de esta subida brusca de la intensidad del volcán, de las deflagraciones y del lanzamiento de sólidos”.

Con la aparición de los dos nuevos centros emisores no se ha observado ninguna fisura, emiten unas lavas muy fluidas que, por ahora, están discurriendo por encima de las lavas que fueron emitidas con anterioridad.