La consejera María Victoria Hernández junto a las artesanas jubiladas Myrima Cabrera (primera directora de la Escuela Insular de Artesanía) y Agapita Hernández.
Las aulas de la Escuela Insular de Artesanía, en Villa de Mazo, ya llevan los nombres de veteranas artesanas de la Isla, antiguas maestras ahora jubiladas, tales y como son Agapita Hernández Lorenzo (maestra artesana de bordado), Felisa Rodríguez (maestra artesana de cestería de colmo), María García (maestra de tejeduría), y Myriam Cabrera Medina (‘maestra de maestras", ya que fue la primera directora de la Escuela).
El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana asegura que esta designación es "un acto de justicia para con aquellas mujeres que a lo largo de décadas no sólo han demostrado ser unas excelentes trabajadoras de la artesanía, sino que, además, por derecho propio, se han merecido el título de maestras".
"Esta designación tiene como objetivo que se perpetúe que quienes entren en estas aulas sepan que el nombre de las mismas se corresponde con grandes maestras que precisamente trabajaron en este espacio", asegura la consejera de Artesanía, María Victoria Hernández.
La Escuela Insular de Artesanía abrió sus puertas en 1968 y pronto tuvo carácter e implantación insular. Desde el momento de su creación se detectó que la artesanía palmera estaba en fase de desaparición. La avanzada edad de muchos de los conocedores de los oficios, el desuso e que cayeron las labores artesanas y el valor relativo que se concedía a lo tradicional fueron algunos de los motivos de su decadencia.
La Escuela de Artesanía ha significado durante décadas la recuperación y transmisión de oficios artesanos a nuevas generaciones, la revalorización de los objetos artesanos y la difusión de la artesanía palmera dentro y fuera de la Isla.
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