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El fotógrafo Alfonso Escalero (I Love The World) anuncia la publicación de un libro con más de 80 testimonios de la catástrofe volcánica a beneficio de los afectados

Recreación en 3D del libro.

“Vamos a llorar con este libro, que lleva el alma de La Palma, pero será la sal que nos cure, porque ha sido durísimo y es necesario no solo pasar este luto, sino contarlo para las futuras generaciones y las personas de todo el mundo que no lo han vivido, y que también saquemos enseñanzas de esta catástrofe, gracias al desgarrador testimonio de los propios afectados, que quiero que sepan que no están solos y seguimos con ellos”.

Así se refiere el fotógrafo y documentalista Alfonso Escalero, director de la productora audiovisual I LOVE THE WORLD, al libro que está a punto de publicar, previsiblemente en mayo, titulado ‘Las otras historias del volcán’, con la intención de presentarlo el 30, Día de Canarias, según ha avanzado en una entrevista con el grupo de opinión La Palma Opina, que coordina Víctor Yanes, y que se puede ver completa en Youtube (https://www.youtube.com/watch?v=P4Vtv1gAVM0) y en Facebook (https://www.facebook.com/profile.php?id=100078107153768).

Este libro, indican en una nota, será la mayor recopilación de testimonios hasta ahora sobre este destructivo fenómeno volcánico, pues participan 82 personas, en gran parte damnificadas, pero también científicos, periodistas y hasta profesionales de la psiquiatría y la sociología. Además, hay un apartado en el que se menciona a múltiples personas que han colaborado de manera altruista con los damnificados y que de esta manera recibirán su particular “medalla de agradecimiento”.

Escalero asegura que una de las enseñanzas que puede sacarse de esta erupción es que “no se debe provocar sufrimiento innecesario” a los afectados, y, desde su experiencia en la parte que más conoce, eso implica que en catástrofes así haya drones dedicados a informar a la población evacuada sobre la situación de sus propiedades, y no solo con fines científicos o para tener información los servicios públicos de emergencia y seguridad.

En este sentido, Escalero relata en La Palma Opina cómo fue a la Isla Bonita desde el principio de la erupción a grabar un documental ante la oportunidad que se brindaba de un fenómeno impresionante de este tipo en Canarias y lo que se encontró fue una catástrofe en la que la gente perdía sus casas y sufría por la incertidumbre de si podría o no salvarlas, con lo cual I Love The World decidió cambiar su plan inicial porque no le parecía ético aprovecharse de ese sufrimiento.

Fue así como, en sucesivas estancias en la Isla, y según evoca este fotógrafo, su productora audiovisual se dedicó, por petición de cientos de familias afectadas, a sobrevolar con sus modernos drones los puntos que le indicaban y realizar imágenes en 360 grados de la zona evacuada, lo que les permitía conocer el grado de afección del volcán a sus viviendas y terrenos, ante la falta de información oficial.

“He sufrido por todos los afectados, tengo más de 500 teléfonos en mi agenda, y en mi cabeza están las casas de todos ellos; fue terrible porque no se salvó ni una”, expone Escalero, quien avanza del libro que habrá dos formatos, uno en tapas de lujo, que costará unos 200 euros, con la intención de que instituciones y empresas puedan hacer una aportación económica mayor; y otro más barato, de 25 euros, pensado para el público en general.

Asegura que se dirigirá ahora a Administraciones públicas y empresas para solicitar que colaboren adquiriendo ejemplares, con el fin además de que la tirada pueda ser mayor para abaratar los costes y poder aumentar los beneficios, ya que todo lo recaudado, excepto el coste de impresión, se destinará íntegramente a cubrir necesidades de la población damnificada.

La publicación constará de 250-300 páginas, con dos partes: una primera de imágenes, algunas inéditas, de I Love The World sobre este fenómeno volcánico, y una segunda, con los testimonios de 82 personas.

“Este libro es también mi propia terapia sobre lo que yo he vivido en La Palma, para que quede plasmado, y es un libro para que no se olvide que vivimos en islas volcánicas y lo que eso significa, contado desde dentro, desde las entrañas de los propios afectados”, afirma este documentalista, que habla durante la entrevista con emoción a flor de piel. “Emocionalmente no puedo con tanta pena de tantas familias que he conocido y cuya historia conozco”, apostilla.

Asegura que desde que tomó la decisión de hacer un libro recibió “una respuesta abrumadora” de la gente afectada, aunque muchos “al principio no podían ni escribir su testimonio porque estaban en estado de shock”. “Recibí 82 historias y tuve que parar porque ya no cabían más en el libro”, enfatiza.

Destaca que el libro no es la versión oficial de los hechos, sino que refleja los enriquecedores puntos de vista de cada una de las personas que han ofrecido su testimonio, “ya que de esta catástrofe hay mucha información oficial, de carácter científico, numérica, todo muy frío, pero faltaba reunir en un libro el lado más humano, cómo lo han vivido los propios afectados”.

Entre las historias que más le han emocionado están las vinculadas al cementerio de Las Manchas, que resultó parcialmente afectado por una lengua de lava, y sobre el que muchas personas le pidieron que hiciera fotos aéreas durante la erupción para saber cómo se encontraban las tumbas de sus seres queridos:

“El dolor por el cementerio es de lo más profundo que he vivido en La Palma y en el libro; y si nos damos cuenta, los difuntos actuaron como ángeles, ya que el cementerio aguantó la lava y evitó que destruyera más viviendas; en cierto modo los antepasados son también unos héroes”, reflexiona Escalero, quien añade que él no es propenso a dar explicaciones sobrenaturales a las cosas, pero que, en este caso, percibe que hay algo de sobrenatural.

Una de sus propuestas para que en el paisaje no se olviden los barrios afectados es colocar luces led con energía solar donde antes se encontraban las viviendas que fueron destruidas, y que, sin perjudicar las observaciones astrofísicas, ese recuerdo quede por las noches como una constelación de puntos luminosos en el valle de Aridane para evocar las viviendas desaparecidas.

Entre las conclusiones que le quedan de esta dura experiencia con los afectados está que “hay un dolor contra el que es imposible de luchar, porque es inevitable, la destrucción de tu casa por la lava, pero luego sí se puede evitar el dolor innecesario si a los afectados no se les mantiene en la incertidumbre y se les da toda la información y, por extensión, toda la ayuda posible en el momento en que la necesitan”.

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