Las redes sociales tienen multitud de utilidades y potencialidades (se estima que siete de cada diez usuarios de internet forman parte de alguna de ellas). De ello se han dado cuenta las empresas privadas, los organismos sociales o los partidos políticos que han reforzado su participación en las mismas. Al margen de estas estrategias de marketing político, en la que están embarcadas todas las formaciones, es significativo que en la isla de La Palma, desde el seno de la sociedad civil, se hayan constituido grupos para reivindicar una serie de objetivos que consideran beneficiosos para el territorio palmero.
El más popular de estos movimientos en faceboock surgió con el grupo: La Palma merece el Gran Telescopio E-ELT. Un espacio creado para respaldar la candidatura de la isla de La Palma para albergar esta gran infraestructura científica en el Observatorio del Roque de los Muchachos. A día de hoy, este movimiento social ha conseguido la adhesión de más de diez mil personas (10.825 miembros).
Hace poco se ha creado un nuevo grupo destinado a mejorar las conexiones de la isla de La Palma con el exterior: "La Palma necesita una conexión diaria con Madrid". Con este grupo de facebook, los usuarios reivindican que se recupere el vuelo diario que llegó a cubrir la línea aérea directa La Palma-Madrid, y que en la actualidad se reduce a cuatro vuelos semanales. En la actualidad este grupo tiene un total de 186 miembros adheridos.
No cabe duda que estos ejemplos ponen de manifiesto que la ciudadanía palmera está entrando en la utilización de estas herramientas de movilización social y participación política, que de alguna manera modifican también la relación tradicional que existe entre la clase política y los ciudadanos en la democracia representativa, donde el aspecto participativo cada vez es más limitado. Sin embargo, mediante estas comunidades virtuales se entabla una relación entre la clase dirigente y la sociedad que rompe el esquema tradicional de verticalidad y de una única dirección, para entrar en una relación más horizontal y bidireccional. Lejos queda, pero ya hay quien apunta hacia una democracia 2.0.
