En busca del helecho, una nueva propuesta de la Asociación Cultural Nuevo Surco que tendrá lugar el 1 de diciembre en Villa de Mazo. Las plazas son limitadas por lo que se ruega confirmar asistencia antes del 29 de noviembre llamando al teléfono 618 87 57
La Asociación Cultural Nuevo Surco pone en marcha una nueva iniciativa que supone un viaje al pasado. "Buscando nuestras raíces: el helecho", así ha denominado a la nueva actividad que llevará a cabo el sábado 1 de diciembre en la Cumbre Vieja del municipio de Villa de Mazo, donde "recuperaremos la antigua tradición de la cava del helecho (jelecho para nuestros mayores) que adecuadamente tratado sirvió de alimento para personas y animales en los días más grises de la guerra y la postguerra en La Palma.
El catedrático de Botánica de la Universidad de la Laguna y vecino de la villa, Pedro Luis Pérez de Paz, intervendrá para explicar las propiedades nutritivas de la generosa planta y varias mujeres de la época aportarán su experiencia vivida en primera persona.
Pero esta es una práctica con mucha raigambre en la Isla. Ya a principios del siglo XIX, el palmero Antonio Lemos Smalley la documentó en su libro Usos y costumbres de los aldeanos de esta Isla de La Palma: "Sus alimentos son los ricos gofios palmeros, pescados y, algunos días, carne. Los pobres, el pan que hacen con harina de la raíz del helecho, que cavan, pican, secan y muelen, lo que suelen mezclar con salvado o afrechos de trigo, haciendo panes negros y correosos, pero con buen sabor; y los muy pobres, nada le mezclan y lo llaman bollo extreme, que regularmente cocinan en un tostador, a lo que suelen agregarles mojos de mucha pimienta o alguna otra cosa que llamaban "conduto" que viene a ser pescado seco, frutas pasadas, etc.
La excursión se completará con una visita guiada a los alrededores del lugar acompañada por dos burros cargados con aperos a la manera tradicional. Finalmente, la asociación servirá un almuerzo campestre en el Llano de las Moscas para todos los caminantes.
La salida será a las 9:00 de la mañana desde el Centro Cultural de La Rosa y será necesario vehículo propio para el desplazamiento hasta El Refugio del Pilar. Las plazas son limitadas.
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Sonri
Buena idea por parte del equipo del nuevo surco, con estas ideas y estas iniciativas se lograrían olvidar muchos problemas que en estos tiempos que corren nos hacen mucha falta…así que ánimo y todo el mundo a cavar helecho.
Al amigo Pedro decirle que ya le tenemos prepadauna azada de las que no duele la cintura al cavar y otra para el que se apunte….despues nos echaremos unos vasos de vino que no solo de pan vive el hombre.gracias y novemos el sábado en la cava del helecho
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Altaguna
Como Rajoy nos lleva al pasado, tenemos que ingeniárnoslas para sobrevivir como en el pasado. Ya nos tiene el presi en los años 70, pronto será en los 50 y tal vez, en los 40 dentro de uno o dos años. Se acaba la vida y empieza la supervivencia.
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Derisa
¡Pintao, chapó!.
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Pintao
A veces pienso que los que fuimos niños en los años cincuenta, tuvimos una gran suerte. Por un lado tuvimos ocación de vivir todabía en una Palma de costumbres antiguas, y después hemos sido testigos de los mayores cambios que la Isla y con ella, nosotros hayamos experimentado.
Por otro lado, si nuestra niñez, como es el caso, trascurrió en el campo de medianías, seguro que tenemos todabía muy presente unas costumbres que seguro han cambiado mucho y para bien.
De los helechos recuerdo que para encotrarlos habia que introducirse en la umbría, en el fondo húmedo de las laderas del norte y este de la Palma. La "jelechera" primero se cortaba a ras de suelo para aprovechar la planta como "cama de las vacas", para despues, cabando en el húmedo suelo, sacar las raices que ya en aquel tiempo por lo menos en La Palma no eran comida de cristiano sino para el cochino.
Si es cierto que nuestros abuelos comentaban que habían comido gofio de jelechera antiguamente en años de sequía, que habiéndose terminado el agua de las aljibes, había que ir a por ella al Barranco del Rio, que era la única fuente que no se secaba por toda esta vertiente este.
Tampoco la dieta de los años cincuenta difería mucho de tiempos antiguos. Una dieta de subsitencia, típica de tiempos de escacez, donde se comía lo que se cultivaba y si venían mal dadas, pues a apañárselas con lo que se tenía a mano.
Me consta que en el Norte, había solidaridad entre los campesinos y si alguien estaba desvalido, no le faltaba un cesto de papas.
En épocas había mucha penuria, pero los dramas que se producían por ejemplo en Fuerteventura, en épocas de sequía, se mitigaban mejor en La Palma por contar con una naturaleza más feraz.
Entre el potaje de coles, las papas guisadas con algun boniato y completado con el sempiterno gofio, se remediaba la gente.
A esto siempre acompañaba el "conduto" que hacía que el bolo alimenticio bajara mejor.
Podía ser de queso, carne de cochino (màs bien tocino salado o "gordura" como se le llama tambien en Madeira) o pescado salado)
Cada año por noviembre, se mataba, salaba y embarrilaba el cochino, reemplazñándolo por un lechon que recuerdo que unas señoras del Granel vendían por todas las Breñas, trasportado el tieno animalito de una ingeniosa manera que consistía en anudar un saco de esquina a borde de tal suerte que el bichito venía durmiento en la guagua con el hocico asomando por el sobaco de la señora, puesto que ella traía el saco a modo de bolso con su tierna carga dentro.
La leche para los niños igual que los huevos.
En amplias zonas de La Palma, parte de esta dieta si que era el vasito de vino, que daba vigor.
Lo que si recuerdo que nos producía a los niños una cierta modorra, eran la sopas de pan con vino y azucar, que yo lo dudo pero según mi abuela, era bueno para la sangre.
Si había una fiesta y todo marchaba bien, podía caer una gallina en pepitoria, o un conejo en salmorejo que con papas, y un peloto de gofio y azucar, podía constituir una estupenda cuchipanda debajo de un pino sobre un mantel de cuadros y rematado por un "bizcochón"y todo esto amenizada por los voladores.
Las clases sociales por los años cincuenta estaban perfectamente estratificadas y las costubres alimenticias tambien. Las élites urbanas si que se diferenciaban mucho: Por lo general la dieta era mucho más variada y la elaboracion culinaria bastante mas refinada sobre todo la fina confitería que sin duda hacía referencia a un pasado holgado y yo diría que hasta cosmopolita.
Urbanos, aúnque menos, también eran los barrios, donde no sé si es que la memoria me juega una mala pasada, o obedece a la realidad, pero me parece que la dieta giraba muy a menudo alrededor del pescado fresco, más que nada chicharros, o es que a mi me lo parecía.
Como tengo la costumbre de irme por las ramas, ya creo que con la excusa del helecho, ya basta de pegar la hebra, pues después de la jubilación, habemos quien tenemos la tendencia de pensar que todo el mundo dispone de tiempo y paciencia para sumergirse en los recuerdos.
Enhorabuena a Nuevo Surco por promover la cultura popular.
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pantxa
A ver si INNOVAMOS!!!!!!
Y nos dejamos de arcaísmos! Que esta la Isla que se hunde (económicamente)
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Eulogio
El que renuncia a conocer su historia, es un descerebrado sin personalidad.
La historia es la madre de la ciencia, donde se asienta el futuro de un pueblo…
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cosmonauta
Que recuerdo mas desagradable para mi.
Nunca tuve esa necesidad, pero si la tuvieron muchos amigos a los que conocí cuando yo era solo un niño.
El solo hecho de recordar esa época de oprobiosa dictadura me enferma y me alebresta. Dejen en paz a la naturaleza, y cuidenla. Y por otro lado traten siempre de revivir el pasado cuando haya que hacer justicia que en Canarias nunca existió. Y eso lo juro por lo mas sagrado.
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energy
otra subvención perdida
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dhario
Acaban con los jelechos jaja 🙂 Sin duda, una buena iniciativa para conocer aún más cómo vivían nuestros mayores. Lo mejor de estas iniciativas es que quien lo cuenta en primera persona es quien lo ha vivido en sus propias carnes. Antes de que perdamos los testimonios, es una oportunidad única conocerlos de esta forma.
Saludos
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PedroLuis
Estimados amigos, yo sólo seré el "conduto", porque el "entulle" le corresponde a los que de verdad saben y conocen la etnografía relacionada con esta planta, ampliamente distribuida por el mundo. ¿Por cierto, sólo las mujeres tuvieron experiencia en el "asunto"… y qué pintaban entonces los hombres? … Siempre hemos sido más "manganzones"…
Nunca comí "bollas de jelecho", pero sí recuerdo verlo tendido a secar, para picarlo y echárselo a los cochinos.
En cuanto a las propiedades y características químicas y bromatológicas de la raíz (rizomas) de la planta, mejor no contarlas, al menos hasta que no las hayamos comido, si es que piensa alguien comerlas.
No quiero dejar pasar la oportunidad sin felicitar, una vez más, muy sinceramente al equipo humano de “Nuevo Surco”, que de verdad está “labrando de lo lindo” con un entusiasmo y ánimo impropio de los tiempos alicaídos que tocan. Todo un ejemplo.
Amigo “Indiano” precisamente porque vivimos en el presente y nos preocupa el futuro, tratamos de no olvidar el pasado. “Derisa”, no se alarme, que somos "conservacionistas" y, además, cavar helecho durante mucho tiempo da “dolor de cintura”.
Gracias .
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