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La disminución de la superficie cultivada en las Islas no ha reducido la producción agrícola

Un estudio pone de manifiesto el carácter dinámico del sector agrario en las dos últimas décadas, que se ha ido adaptando al mercado

Un análisis reciente del Mapa de Cultivos de Canarias muestra un sector primario dinámico que ha ido cambiando a los largo de las dos últimas décadas y que intenta adaptarse a las necesidades del mercado, y constata que la disminución de la superficie cultivada del Archipiélago no se traduce en un cambio radical en el uso de estos terrenos hasta el punto de que no sea posible su recuperación, es decir, pone de manifiesto que en muchos casos el espacio destinado a un cultivo no se abandona, si no que se reconvierte a otro cultivo.

Estas son algunas de las conclusiones que recoge la publicación La Agricultura canaria a principios del siglo XXI, obra colectiva, fruto de la colaboración entre el Gobierno de Canarias y el Estado, en la que un conjunto de especialistas ha analizado las transformaciones en la superficie cultivada de las islas y evaluado los datos que arrojan los Mapas de Cultivos de Canarias, los cuales han supuesto una auténtica revolución tecnológica que permite conocer dichos cambios a un nivel de detalle no visto hasta ahora.

Los estudios clásicos sobre las agricultura canaria muestran dos realidades superpuestas, por un lado una agricultura de exportación que mantiene su actividad económica, y, por otro, una de medianías relacionada tradicionalmente con una agricultura conocida como de subsistencia, en retroceso. Sin embargo, los mapas elaborados por la Consejería han permitido comprobar que la realidad agrícola ha ido cambiando a lo largo de las dos últimas décadas, de forma que la imagen de sector estancado se está viendo sustituida por un sector dinámico, con sus contradicciones internas, pero que intenta adaptarse a las necesidades del mercado.

Por otro lado se observa el auge de la agricultura orientada al mercado interior, que se moderniza hasta alcanzar en algunos casos los niveles de la agricultura de exportación, y que la crisis de un subsector, no implica el abandono del espacio destinado a éste, sino la sustitución por otro cultivo, como en el caso del tomate. Asimismo se aprecia el creciente interés por las hortalizas y nuevos subtropicales, como el aguacate, especialmente dirigidos al mercado canario.

Asimismo, el libro también pone de manifiesto la importancia del regadío en la sostenibilidad de la agricultura y el escaso abandono que se registra en las parcelas regadas del Archipiélago. En esta línea se demuestra que la superficie regada con aguas desaladas y depuradas cada día aumenta más, en especial en las islas orientales.

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, destacó la importancia de la colaboración entre administraciones y también entre especialistas en la elaboración de este texto, y de los Mapas de Cultivos en la planificación agraria del Archipiélago.

“Debe aclararse que la reducción de la superficie cultivada que muestran los mapas no supone que produzcamos menos, ya que gracias a la modernización y profesionalización de los subsectores que estamos viendo, en la actualidad se obtiene una mayor producción que hace años”, destacó Quintero.

A finales de 2014 se concluyeron los trabajos de los Mapas de Cultivos de Fuerteventura y Lanzarote, con lo que se disponía de al menos dos mapas de cada isla que han hecho posible este estudio. La desagregación a nivel de parcela y su georreferenciación, empleados en su elaboración han permitido estudiar la distribución de los terrenos agrícolas cultivados y no cultivados en base a diferentes variables como clima, orientación, tamaño de parcela, riego, etc. Un mapa de cultivos ofrece una foto fija de la situación de los mismos en un momento determinado pero si lo comparamos con sus sucesivas actualizaciones obtenemos la evolución de cada parcela a través del tiempo, lo que constituye una información de gran utilidad para la administración a la hora de realizar una planificación con datos más precisos y también para el sector, que podrá observar cuál ha sido su evolución y hacia donde deben caminar.

En este sentido, los mapas de cultivos junto a la información georreferenciada permiten un estudio minucioso de zonas concretas, especialmente determinante en el Archipiélago, debido a que presenta grandes diferencias entre las distintas islas y entre las diferentes zonas de cada una de estas, para definir estrategias acertadas. En definitiva, constituyen una herramienta de análisis territorial del desarrollo agrario y rural de las Islas cuyo empleo es fundamental para la toma de decisiones en el marco de la política agraria.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias ha coordinado los contenidos de la obra, que han sido elaborados por José-León García, Juan Antonio Évora, Gustavo Pestana, Miguel Francisco Fables, Juan Israel García, Dirk Godenau, José Manuel Hernández, Bernardo de la Rosa, Inés Gómez, Arturo Hernández, Sebastián Suárez, Fernando López-Manzanares y Carlos Santiago Martín.

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se ha encargado de la maquetación y edición de la misma. Ésta puede adquirirse al precio de 38 euros en el Centro de Publicaciones del Ministerio, en Madrid, y en su sede virtual https://servicio.magrama.gob.es/tienda/

Los datos de los Mapas de Cultivos de Canarias y los dossieres ampliados se pueden consultar en la web de la Consejería en www.gobiernodecanarias.org/agricultura/desarrollo-rural/mapa-de-cultivos-de-canarias/

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