Una amarga “victoria”

Pocas veces una "victoria", si se puede llamar así a lo sucedido en el Cabildo con la moción de censura, resulta tan amarga pero así ha sido para los seis consejeros socialistas que por defender su autonomía para suscribir un pacto con el PP que dé estabilidad a la primera institución de la Isla, han sido expulsados como "apestados" del Partido Socialista sin tener ni siquiera derecho a defenderse, vulnerándose con ello los propios estatutos del Partido y con el agravante de que las notificaciones no se enviaron a cada afectado, como sería lo propio, sino al Cabildo para que personal de dicha administración pública las entregara cuando se trata de un asunto particular de un partido político.

Como justificación del agravio, la dirección regional ha calificado el pacto como un acto de "indisciplina gravísimo" que pone en riesgo la estabilidad del Gobierno regional y han llegado a decir públicamente, sin sonrojarse, que si lo que le preocupaba de verdad a los socialistas palmeros era la estabilidad de la corporación con volver al gobierno insular con CC, después de que los echaran por no romper con el PP en los ayuntamientos, tenían. Hasta ese punto de bajeza han llegado los que mandan en el PSOE canario que no han querido escuchar a su partido en la Isla que, muy a su pesar, ha hecho piña con sus consejeros y las imágenes y pronunciamientos de esa unidad han sido recogidos por todos los medios de comunicación.

Quizás esa sea la enseñanza que deja esta batalla política, que por mucho que se imponga desde arriba si los de abajo no están de acuerdo, no hay nada que hacer, y de esta "rebelión" palmera alguien debería sacar conclusiones porque si el PP es el "enemigo" político, CC también lo es, y porque si siguen sin escuchar a sus militantes y a sus votantes, que son los que los han colocado donde están, en las próximas elecciones no van a tener ni quien les pegue los carteles y eso para un partido con tanta historia sería triste.

Hay quien dice que con esta alianza quien gana es el PP, yo quiero pensar que es La Palma, y que es injusto que CC se vaya a la oposición porque fue la lista más votada, muy cierto, pero esa misma lectura habría que aplicarla por ejemplo al Gobierno canario donde los nacionalistas llevan gobernando muchos años sin ganar las elecciones, unas veces, las más, con el PP y ahora con el PSC-PSOE. No hay pactos buenos ni malos porque la ley los permite, y si no que cambien la norma para que gobierne la lista más votada y fin de la historia. Aunque me temo que ese día no llegará porque a los grandes partidos no les interesa.

Son tiempos duros para todos y para todo, y en un momento de extrema debilidad los partidos políticos y los que dirigen la cosa pública deberían estar a la altura, evitando los circos, porque son un referente para la sociedad, pero también es entendible la postura de los que han dicho sí a la disciplina pero no a las imposiciones a cualquier precio, y la respuesta nunca debe ser ni las expulsiones ni las disoluciones como el PSC ha "ejecutado" en la Isla porque eso demuestra el poco talante democrático de quien lo aplica. Es como si unos padres echan a un hijo de casa por desobedecer sus órdenes. Con mano dura, con soberbia, y sin escuchar a los demás no se solucionan los problemas, se agrandan, y eso es lo que ha hecho el PSC-PSOE en La Palma.

A tiempo están de arreglar el desaguisado que no es bueno para nadie. Deberían hacerlo por sus militantes palmeros que se lo han pedido de forma casi unánime, ya que trece de las catorce agrupaciones locales han apoyado el paso dado en el Cabildo. La mayoría no puede estar equivocada. Por Digna Martín.