Dos meses y medio después del primer toque de queda, ya podríamos asegurar que todos los españoles hemos perdido algo, muchos incluso la vida. Pero los que quedamos, hemos perdido el trabajo, hemos perdido la facturación, hemos perdido poder adquisitivo, y hasta hemos perdido la ilusión en una tropa de gobernantes que desmoralizan al más pintado. Porque, a decir verdad, nunca este Gobierno ni este Presidente nos ha tocado la fibra, nunca nos han hecho sentir ilusionados en nada. Pasotismo inicial, despropósitos después, mentiras por toneladas, improvisaciones, y demás cosechas de los sociocomunistas. Y todos, en conjunto, también hemos ganado algo entre todos, endeudarnos de por vida, nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.
Pero hay novedades, y de las gordas. Porque a los dos gobiernos paralelos desde el primer momento de la investidura, socialistas por un lado y podemitas por otro, ahora parece que surge la transversalidad entre los socios, unos de un grupo se alían con algunos del otro grupo y viceversa. Porque la jugada de Bildu y la reforma laboral ha sido obra de facciones de ambos gobiernos, a escondidas de los otros. Que vergüenza de gobernantes, pero son los que hemos elegido los españoles.
Y medio país engañado con que España no podía seguir sin Gobierno. Después de mociones de censura, de elecciones y de más elecciones, damos con nuestros huesos en la cruda realidad de un Gobierno desleal con la unidad de España, con los principios de España y con la democracia de España. ¿Qué no podíamos seguir sin Gobierno? Claro que sí podíamos, que nos dejen en barbecho, que igual que se deja descansar la tierra, también los españoles nos merecemos el descanso de estos parásitos que nos chupan hasta el tuétano. Pero barbecho sin cobrar, sin sueldo para nadie (me refiero a los políticos de todas las instituciones del Estado y a toda la estructura de asesores y sinvergüenzas que merman los recursos del país, legislatura tras legislatura).
La calle se está poniendo caliente, el clima político se vuelve irrespirable, y la convivencia entre españoles cada vez más complicada. Dado que el rescate europeo es imposible, ya que los sociocomunistas no aceptarían una derrota de esa índole, sólo nos queda que este Gobierno caiga por su propio peso y que volvamos a elecciones para finales de año. Esperemos que la Justicia haga su trabajo y no permita que muchos de los que hoy nos representan puedan volver a presentarse. Mientras, Felipe VI atento al cambio de régimen. Si la curva viene muy cerrada, volantazo que te pego.
