El servicio de información INFOISLA.ORG puso en marcha el pasado marzo la iniciativa "Palmeros en el mundo" para conocer las historias de los palmeros "perdidos" por el mundo. El concurso se enmarcó en la celebración del sexto aniversario del portal web de información que promueve la Asociación ADER-LA PALMA.
El resultado han sido 58 historias de los cinco continentes y de 15 países diferentes: Australia, Omán, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, México, Sudáfrica, Namibia, Argentina, EEUU y por supuesto Venezuela son algunos de los países donde residen actualmente los 58 palmeros que se han animado a contar su historia. Sin embargo, la palmera que más lejos vive y por tanto "La palmera más perdida" se encuentra en Wellington (Nueva Zelanda), se llama Sara González y trabaja de coordinadora de negocios en una gran empresa de telecomunicaciones.
La pareja de Sara es de Wellington, "….y después de visitar el país durante unas vacaciones en 2004, decidimos "recoger los bártulos" y ver qué tal se nos daría la vida por aquí…", cuenta Sara.
Sara González es por tanto la ganadora del concurso. El portal INFOISLA iniciará hoy los contactos con ella para facilitarle una visita a la isla en sus próximas vacaciones o en la próxima Bajada de la Virgen 2010, si así lo desea, o en caso contrario la organización le enviará a la tierra del kiwi un trocito de su isla.
La búsqueda de nuevas perspectivas económicas y el amor son los principales motivos que han llevado a muchos palmeros a residir en otros países lejos de La Palma. Pero también existen motivos solidarios como Kátima (Namibia) que trabaja para Unicef, María Ángeles (México) en proyectos para la gestión de recursos naturales en comunidades indígenas.
También existen palmeros con profesiones curiosas y/o relevantes como José Gregorio (Omán) geólogo de petróleo, Manuel Vidal (Francia) ingeniero aeronáutico del AIRBUS, Enrique Concepción (Argentina) piloto comercial, Alfonso Rubio (España) Director del Colegio Oficial de Ingeniería en Informática de Cataluña, Hermitey (EEUU) profesor de español o María Marisbel (Bélgica) que posee un restaurante en el que seguro se podrán comer papas arrugadas con mojo palmero. La religión también llevó a otros países a personas como María Digna (Lazio -Italia), religiosa de María Inmaculada desde 1975 que se dedica a la investigación histórica de los siglos XIX y XX.
Muchos palmeros son hijos o nietos de emigrantes, especialmente en Venezuela, pero existen también los nuevos emigrantes que buscan otros países donde desarrollar sus profesiones como Gabriela investigadora de la Universidad de Humboldt o Jonathan ingeniero de telefonía móvil ambos en Alemania.
ADER-LA PALMA mantendrá en el portal INFOISLA.ORG la sección "Palmeros en el mundo" para que otros palmeros que no hayan tenido la oportunidad puedan compartir sus historias y curiosidades si así lo desean.
El País más lejano de La Palma por Sara González.
Nueva Zelanda es un país muy joven, con una población de sólo 4 millones de habitantes. Casi un cuarto de la población está concentrada en Auckland, que a pesar de no ser la capital, es la ciudad con más movimiento. Wellington, donde vivo, es al capital, y aquí somos alrededor de 300.000. Eso quiere decir que es una ciudad muy cómoda para vivir, sin aglomeraciones y sin agobios. Es fácil tropezarte con caras conocidas por la calle, casi como en La Palma. El resto de la población está repartida entre las dos islas… Esto, en un país de 200.000km2 significa que hay muchas zonas sin habitar, lo que quiere decir que es una delicia y un auténtico privilegio ver enormes extensiones de naturaleza casi virgen… Los paisajes son realmente espectaculares y muy variados. Desde bosques tropicales hasta playas pasando por fiordos, glaciares, geisers, volcanes, zonas geotérmicas, aguas termales, bosques tropicales, cuevas, cascadas… Peter Jackson no pudo haber elegido mejor lugar para reflejar La Tierra Media y rodar la trilogía de El Señor de Los Anillos. Es una auténtica maravilla que además se preocupan por conservar. Los neozelandeses, o kiwis, como ellos mismos se denominan, son muy respetuosos con el medio ambiente, y siempre intentan protegerlo de agresiones exteriores. En el pasado se han extinguido algunas especies e intentan que no vuelva a suceder. El kiwi por ejemplo, un ave autóctona, símbolo nacional, está en peligro de desaparecer por los depredadores introducidos tras la conquista. Los neozelandeses son muy deportistas y aventureros. El rugby es el deporte rey y el equipo nacional, los "All Blacks", el orgullo del país. Un kiwi, Edmund Hilary recientemente fallecido, fue el primer hombre en alcanzar la cima del Everest, y es todo un símbolo para el país. También fue un kiwi, AJ Hackett, el primero en hacer "puenting", o bungging, desde la Torre Eiffel. Eso refleja el carácter valiente y aventurero de los neozelandeses: tirarse desde un puente, o plataforma es uno de los reclamos de este país , conocido también por la oferta aventura: Lanzarte en paracaídas, hacer rafting, subirte en lancha rápida, en canoas, helicópteros, avionetas, nadar con delfines salvajes, con focas, montar en quads, a caballo, escalar un glaciar, visitar una isla con un volcán en actividad, explorar cuevas… son algunas de las actividades que puedes hacer por todo el país. Una forma muy habitual de recorrer las islas, tanto los turistas como los residentes, es en caravana. El país entero está acondicionado con campings para este tipo de turismo. Los neozelandés son muy amables y tienen un carácter relajado. Son informales en el vestir y en el trato. No se aprecian grandes diferencias sociales o protocolarias. En las grandes ciudades conviven diferentes culturas y religiones que son aceptadas y respetadas por toda la sociedad. Debido a su corta historia, sin tradiciones ancestrales, los kiwis están abiertos a entender y experimentar con lo mejor de cada cultura. Es muy enriquecedor. En el país convive una mayoría de población originaria de Europa, junto con los maorí, pobladores del país en el momento de la conquista británica, y emigrantes de islas del pacífico y Asia. Así resulta muy fácil integrarte.
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