La compañía Delirium Teatro pondrá en escena en julio la nueva obra del escritor palmero.
El próximo mes julio se cumple medio siglo de un suceso que conmovió a la isla de La Palma y al conjunto del Archipiélago: la desaparición del pesquero El Fausto, de Tazacorte, con las cuatro personas que iban a bordo. El dramaturgo palmero Antonio Tabares ha escrito un texto teatral sobre este episodio de la historia local, que aún sigue vivo en la memoria del pueblo bagañete, y cuya representación está ultimando la compañía Delirium Teatro.
Bajo la dirección de Seve García Noda, el texto de Tabares subirá al escenario el próximo mes de julio. El estreno será en Tacoronte (Tenerife), la primera semana de julio, mientras que el 19 se presentará en Tazacorte y al día siguiente en el Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma.
El reparto está compuesto por Irene Álvarez, Lioba Herrera, Carmen Hernández, Soraya González del Rosario y Pablo González Pérez. Un proyecto teatral que realizan Delirium y Tabares, que se reencuentran con esta obra en la que el escritor aborda un capítulo de la historia de su isla natal, La Palma, como ya hiciera en otro de sus textos dramáticos, aún no representado, La sombra de Don Alonso, en el que recrea al político e intelectual republicano Alonso Pérez Díaz.
El escritor palmero, cuyos trabajos le han valido el reconocimiento de algunos de los más prestigiosos premios nacionales de escritura teatral, actualmente tiene en la cartelera del Teatro La Abadía de Madrid otra de sus obras, Una hora en la vida de Stefan Zweig.
En esta nueva obra de Tabares, en lugar de la vida del prestigioso escritor austríaco, los protagonistas serán los hermanos Ramón y Heriberto Concepción, su primo Miguel Acosta, los tres pescadores de Tazacorte, que junto con el mecánico de El Paso, Julio García, partieron de El Hierro rumbo a Tazacorte casi 50 años atrás y nunca más volvieron. Y sus familias, que no vieron regresar por el horizonte de la costa de Tazacorte a sus seres queridos en El Fausto, en medio de una niebla de interrogantes.
Antonio Tabares.
La embarcación, coincidiendo con la celebración de las Fiestas del Carmen, había parado la actividad pesquera y se empleó para el traslado de plantones a El Hierro y otros materiales, como explosivos, para fincas que se iban a destinar a cultivar plátanos en la Isla del Meridiano. Así lo ha descrito el investigador Luis Javier Velasco en una monografía que publicó en el año 2014 sobre este caso.
La espera de los familiares de los tripulantes de la embarcación el 21 de julio se convirtió en desesperanza cuando el barco no regresó a Tazacorte, pero cinco días después resurgió la esperanza, cuando se comunica que un buque británico lo ha localizado a unos 100 kilómetros de la costa de La Palma.
Según el estudio de Velasco, encuentran a la tripulación en buen estado y le dan agua, alimentos y combustible y le indicaron la ruta que debía seguir para regresar a La Palma. Pero esta llama de esperanza se apaga cuando el barco vuelve a perderse en la inmensidad del Atlántico, donde ni las embarcaciones ni los aviones que salieron en su búsqueda encontraron algún resto de El Fausto.
El pesquero de Tazacorte reapareció en octubre, cuando el carguero italiano Anna di Magio se encontró la embarcación a 1.700 millas de Venezuela. Allí solo hallaron el cuerpo de Julio García, el mecánico de El Paso que estaba trabajando en El Hierro. El infortunio del barco tuvo un último capítulo, dado que mientras era remolcado por el carguero hasta un puerto venezolano se hundió.
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Andromaco
Recuerdo ese desafortunado suceso con gran desazón, nos invadía ese sentimiento angustioso del deseo de recuperar a sus tripulantes y que alguno de los dos barcos que, al parecer les encontraron, fuesen sus salvadores, prestando la máxima , escrupulosa y metódica ayuda para que no ocurriese un nuevo desvío de la ruta correcta para su regreso a La Palma.
Si bien fue un extraño caso, para gente que llevaba haciendo esa travesía decenas de veces, no para algunos que hasta se atrevían a barajar urdidos planes y entre ellos, contaban los de sin ninguna intención de regreso a Tazacorte.
Nunca se sabrá lo ocurrido, si bien es posible intuir, no sin cierto atrevimiento y sin pruebas, cuales podrían ser sus verdaderas pretensiones.
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