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Puntallana

La Palma, epicentro del folclore navideño

  • El Rancho de Ánimas de Teguise conquistó al numeroso público de esta edición
  • El sonido de las castañuelas y el tambor dominó la jornada

La Casa de la Cultura de Puntallana registró un lleno completo este sábado para disfrutar de uno de los festivales de música tradicional más singulares de cuantos se celebran en Canarias, el Encuentro Insular de Danza y Música de Navidad, que se ha consolidado en esta ya su cuarta edición como una cita obligada para los amantes de la cultura popular. Poder disfrutar de los sonidos de la Navidad de distintos municipios de La Palma, reunidos en esta cita, representa una oportunidad única en esta iniciativa promovida por la consejera insular de Cultura, María Victoria Hernández.

El Encuentro trae todos los años un invitado, que cierra el festival. Este año le tocó el turno al Rancho de Pascua de Teguise (Lanzarote), que despertó un notable interés entre el público por la singularidad de sus voces, la instrumentación (figura una espada) y la danza del besapié del niño con el que se despidieron.

Bajo la dirección de Antonio González Batista, la agrupación conejera, hizo entrada en el salón de actos interpretando el Corrido, mantenido con ciertas pausas que iban marcando el ritmo de este canto que simboliza el anuncio de los pastores del nacimiento de Jesús. A continuación interpretaron las Desechas, que es el canto de adoración al recién nacido y por último, antes del besapié, las Pascuas.

Timple, requinto, castañuelas, espadas, panderetas y triángulo fueron los instrumentos que emplearon. La agrupación, que fue despedida con un cálido aplauso, hizo entrega al Cabildo y al Ayuntamiento de Puntallana de dos discos y un cancionero. Al igual que la concejal del Ayuntamiento lanzaroteño que se desplazó con el grupo, Olivia Duque, también agradeció al pueblo palmero la acogida, en las personas del presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, y el alcalde de Puntallana, José Adrián Hernández.

El Encuentro arrancó en la calle, con la actuación de la Danza de Marineros, de Puntallana, que actúa tradicionalmente en la festividad de Santa Lucía, compuesta por siete parejas de niños, portando los arcos de colores, dirigidos por Goretti Rojas.

Ya dentro de la Casa de la Cultura, le tocó seguidamente el turno al Grupo de Pastorcitos de Villa de Mazo, que actúan en las misas de Nochebuena y Reyes. Desde que recuperó este número Myriam Cabrera, hace cuarenta años, se ha mantenido con ciertas intermitencias. Bajo la dirección de Bernardo Pérez y Carmen Nieves González, interpretaron el Baile de los Pastorcitos, con castañuelas y tambores.

A continuación intervino la Agrupación de Castañuelas y Baile de Pastores de Barlovento. Actúan en la misa del 24 de diciembre, si bien hacen salidas nocturnas de luz por los distintos barrios del municipio. Coordinados por Silvia Rodríguez e Itaisa Hernández, emplean para la interpretación de los toques, que recuperaron trece años atrás, las castañuelas, el tambor y la flauta de caña.

La Rondalla de Divinos de San José , de Breña Baja, actuó a continuación, dirigida por Fernando Díaz Bravo. Con unos 25 componentes y alrededor de 16 años de historia, la instrumentación que emplean son la guitarra, timple, bajo, tambor, pandereta, flauta, clarinete y castañuela.

Uno de los momentos esperados de la jornada es el tradicional baile del Grupo de Pastores de Tijarafe, que actúan cada 24 de diciembre y 6 de enero en el templo parroquial del municipio. Bajo la dirección de Marcos Lorenzo y Marina Barreto, interpretaron varios villancicos, al ritmo de las castañuelas, el tambor y el acordeón.

"Rotunda", como la calificó el conductor del acto, Víctor Hernández Correa, fue la siguiente actuación a cargo de la Agrupación de Castañuelas de Breña Alta. Tomaron la totalidad del escenario con la fuerza del sonido de las castañuelas, interpretando temas como el Sirinoque, Tajaraste o el Baile de Pastores, bajo la dirección de Adalberto Expósito.

Antes de dar paso al grupo de Lanzarote, hizo su aparición Echentive, destacando como es habitual por la fidelidad al vestuario tradicional y por su labor de recuperación folclórica. Este año sorprendieron con la interpretación de años nuevos, propios de la isla colombina, que fueron traídos a Fuencaliente por una familia gomera que se hizo cargo del faro.

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