Antonio Tabares, nuestro Max

Los premios son una serie de coinicidencias en la que intervienen numerosos factores. Difícilmente hacen justicia, pero estar en la parrilla de salida para conseguirlo ya es todo un triunfo, aunque después la balanza se incline hacia otro lado.

En esta ocasión, el escritor palmero Antonio Tabares no ha terminado de culminar el recorrido espectacular con su obra "La punta del iceberg" – Premio Tirso de Molina, Premio Réplica, representada por Delirium Teatro en Canarias y por el equipo del Teatro La Abadía en la Penínsular y llevada a la gran pantalla por el cineasta David Cánovas – con la concesión del Premio Max, para el que fue finalista de la XVIII edición de los considerados Goyas del teatro en la categoría a la mejor autoría teatral.

Los premiados fueron Laila Ripoll y Mariano Llorente, por "El triángulo azul". Al lado de Tabares, se quedó también sin su Max el veterano escrito Francisco Nieva, que pese a ser todo un clásico de la dramaturgia española no ha recibido esta distinción. Toda una lección para entender que hay carreras de fondo que no siempre se coronan con un premio.

Antonio Tabares había declarado semanas antes de la gala, que se celebró este lunes en Barcelona, que ya se sentía premiado con el hecho de estar entre los finalistas. Sin duda, el escritor palmero está entre los grandes escritores de teatro español, avalado por una carrera cargada de distinciones.

Su talento, al igual que su personalidad, realista y humilde, pese a los notables elogios que ha recibido su trabajo, continuará ofreciendo grandes textos a los lectores y amantes del teatro. La Palma, sin duda, tiene su Max en Antonio Tabares.