Más de 200 agricultores afectados por el temporal de 2009 no han cobrado aún las ayudas

Más de 200 agricultores de La Palma, sobre todo de los municipios de Fuencaliente y Mazo, no han cobrado aún las ayudas por el temporal de lluvia y viento de diciembre de 2009 que arrasó con cultivos y numerosas infraestructuras, y que en su momento aprobó el Gobierno de Canarias, según denunció en el último pleno del Cabildo el portavoz del PP, Carlos Cabrera, que pidió la intervención de la presidenta para buscar una solución.

Cabrera indicó que ni en los presupuestos regionales de 2011 ni tampoco en los de este año se consignó una partida para estas ayudas cuando fueron aprobadas en su día, por lo que lamentó el consejero del PP que se esté jugando con cosas tan importantes que afectan a tantos agricultores.

La presidenta del Cabildo, Guadalupe González Taño, reconoció que cuando Pilar Merino era consejera de Agricultura visitó las zonas afectadas, que se iniciaron entonces los expedientes y que efectivamente en 2011 no se contemplaron partidas para abonar las ayudas, por lo que se han hecho gestiones, y se seguirán haciendo, con el Gobierno de Canarias, para que los agricultores puedan recibir las ayudas.

Sin embargo, Cabrera ha asegurado que el actual consejero de Agricultura, Juan Ramón Hernández Gómez, le ha comunicado a los afectados en una reunión que es un tema que viene de atrás y que ahora no hay dinero para abonar dichas ayudas.

El Gobierno canario sacó estas ayudas para paliar los daños producidos por el temporal de lluvias y vientos los días 22 y 23 de diciembre de 2009, en las explotaciones agrícolas y ganaderas de todo el archipiélago. Estas ayudas se tenían que abonar a los beneficiarios una vez fueran concedidas, pero no ha sido así.

El temporal de diciembre causó importantes destrozos en la agricultura y la ganadería sobre todo de los municipios de Fuencaliente y Mazo, que fueron los más afectados. En Fuencaliente, el agua y el lodo sepultaron fincas enteras de plátanos en la costa y arrasaron con numerosas extensiones de viñedos, causando además daños cuantiosos a la cabaña ganadera.