El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma ha iniciado el procedimiento administrativo para proceder a la demolición del edificio de viviendas del albergue municipal de Timibúcar, última fase del proceso de reposición de viviendas Timibúcar-Mirca, fruto de un convenio firmado en el año 2011 entre el consistorio capitalino, Gobierno de España, Gobierno de Canarias y Cabildo de La Palma.
El presupuesto de esta actuación es de 101.641 euros y su plazo de ejecución es de dos meses a partir de la fecha de contratación de la obra, que podría tener lugar a mediados del próximo mes de mayo.
El edificio que se pretende demoler, conocido popularmente como "La Incubadora", data de mediados de los años 50 y está formado por 18 viviendas distribuidas en cuatro pisos, que conformaban el parque de viviendas municipales en régimen de alquiler.
En diciembre de 2012 los vecinos que vivían en él pudieron trasladarse a la nueva edificación construida en la calle Galguén, por lo que el viejo edificio fue sellado, ya que su estado de conservación era deficiente y no cumplía las condiciones generales de habitabilidad.
El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Juan José Cabrera Guelmes, señala que con esta intervención "culmina un largo proceso de reposición de viviendas en la zona de Timibúcar, que ha resultado muy beneficioso para los vecinos, si bien aún estamos a la espera de resolver de forma favorable la negociación respecto a las viviendas de Mirca que también forman parte de este proceso".
El alcalde señala que la demolición del antiguo albergue municipal permitirá, además, poner a disposición del Ayuntamiento "una importante parcela de suelo público cuyo uso deberá definirse en el futuro".
PALMERAPG
Y con la presencia de la Banda de Música.
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Sin la mayor trascendencia y sólo para los que como yo, vecinos del barrio asistimos un domingo con ambiente de fiesta la inauguración de este edificio. Sería el año 55 o 56 del siglo pasado cuando el alcalde, delegado del gobierno y jefe local del Movimiento, Don Manuel Fernández, con sus sempiternas gafas de sol, peinado a la brillantina y bigotito "a la época", dio por inaugurado el edificio con el regocijo de los afortunadas familias a las que les había tocado cada vivienda.
Como una de las condiciones que contaban para los necesarios puntos a la hora de ser afortunado ciudadano era lo por otro lado bastante común de "familia numerosa", el humor palmero pronto bautizo el subsodicho edificio con el nombre de "la incubadora".
Todavía somos bastantes los que nos acordamos de la fiesta de aquella mañana de domingo.
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