Stop a los muros de hormigón y piedra en la lava del Volcán de Martín

La isla de La Palma y Fuencaliente en particular tiene tantos recursos naturales, que algunos pasan totalmente desapercibidos por falta de señalización o incluso desconocimiento. Tal es el caso de las dos coladas lávicas históricas que cruzan la carretera general de este municipio, la del volcán de Martín (1646) y El Charco (1712), ambas en buen estado de conservación pero prácticamente desconocidas para muchos nativos y turistas.

Por los motivos que señalamos más adelante, queremos hablar en este momento sobre la lava del volcán de Martín. Cuando éramos chicos nos llamaba la atención lo que conocíamos con el nombre de "la recta", pues siempre ha sido el trozo de carretera más recta que hay en el sur de la Isla, construida precisamente en su totalidad sobre la colada del volcán de Martín. Este amplio frente de lava que penetró en el mar por varios sitios, es conocido entre los fuencalenteros por el nombre de "el malpeis", (deformación de la palabra malpaís) que fue durante muchos años lugar de pastoreo, especialmente para las familias del barrio de Las Caletas, pues aunque no lo parezca, estas escorias volcánicas albergan una interesantísima riqueza florística endémica y muestran esa maravilla de la lenta pero implacable colonización de las plantas sobres las rocas volcánicas, además del enorme interés geológico que representa.

Pues bien, actualmente se está terminando el desanche de la carretera precisamente en este lugar y como es de suponer, si se siguen los mismos criterios que en el resto de las obras, los muros de piedra cortada y hormigón causarán un daño irreparable a un lugar cargado de historia y de una belleza singular.

¡Por favor!, a quien corresponda, ¿por qué tanto empeño en hacer paredes costosísimas, incluso donde no son necesarias?,¿por qué no se hacen igual que en otros lugares montañosos como en el norte de España y otros lugares de Europa donde se emplea solamente piedra grande sin nada de hormigón, mucho más económicas y más mimetizadas en el paisaje? Este sistema de construir paredes, introducido en los últimos años, sobre todo por parte de las distintas administraciones, merecería un capítulo aparte y una profunda reflexión, porque se está causando un daño irreversible a nuestra Isla y perdiendo una cultura centenaria como es el oficio del paredero tradicional.

Todo el frente de la colada lávica del volcán de Martín es una pedrera de basalto y no hay necesidad de añadir paredes, simplemente cortarlo y dejarlo al descubierto, como estaba en la vieja carretera antes de los desmontes y como se ha hecho siempre en esta isla; incluso en carreteras recientes, como las de La Cumbre o La Grama, donde prácticamente no hay paredes. Los cortes en la lava y más si es histórica, son como una radiografía del interior de la misma, mostrando las distintas etapas eruptivas. Esto sería un interesante atractivo turístico suprimiendo las paredes, dejando algunas zonas para aparcar, haciendo pequeños senderos y algún mirador e instalando paneles explicativos.

El volcán de Martín es uno de los más bonitos de la Isla y también uno de los más conocidos entre los turistas, prácticamente todo su amplio campo lávico se encuentra muy bien conservado, meterle ahora un muro de hormigón en todo su frente, haciendo de muralla infranqueable entre la carretera y la lava, sería un error irreparable. Y decimos de hormigón porque es así, en este tipo de paredes las piedras son un elemento decorativo, una gran masa de hormigón a modo de "sándwich" es lo que las sustenta.

¡Por favor!, recapacitemos sobre lo que se está haciendo, a Fuencaliente lo están dividiendo en dos partes, estos muros no solo impiden el libre acceso de las personas sino incluso de la fauna terrestre, no se puede aparcar, están cortando muchos caminos, impiden cualquier aprovechamiento agrícola, dificultades de acceso en caso de incendios, causan un gran impacto visual, etc. Una isla que presume de ser Reserva de La Biosfera, debía realizar sus obras públicas con criterios de más sostenibilidad.